Esta parte extra se las debía desde tiempo atrás y aquí se las tengo finalmente. Tarde, pero bien seguro.
Les dejo esto para que puedan saber algunas cosas importantes que sucedieron después del final💙
No solo sabrán qué pasó con Eddie y Amy💙 sino también algunos detalles y secretos de otros personajes.
(Estoy nerviosa por su reacción)
Por favor no me funen, disfrútenlo💙
Lo hice con mucho amor para ustedes💙
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—À demain —concluyó el hombre antes de salir del aula.
Suspiré profundamente y comencé a guardar mis pertenencias.
Me costaba mucho esfuerzo tomar clases en una escuela donde no se anunciaba el final de estas con un timbre. En donde no teníamos un receso para almorzar ni para descansar. Debíamos comer y respirar profundo para no volvernos locos en el corto tiempo entre cada clase para continuar con nuestras vidas hasta que terminaba la jornada.
Era jodida y desgastante la vida universitaria.
Por lo menos ese día era viernes y mi clase de francés era la última.
Me incorporé en los pasillos de la escuela y busqué la salida sin mirar atrás. El estómago me dolía del hambre que tenía, así que necesitaba buscar algo para comer.
Camine por la avenida principal un par de manzanas hasta llegar a la cafetería a la que solía ir casi a diario.
A pesar de estar en los primeros días de noviembre, la mayoría de las casas y negocios locales aún conservaban su decoración de Halloween. Así que, a pesar del hambre, me tomé un tiempo para caminar y admirar esas lindas calabazas en los pórticos porque sería la última vez que las vería en ese año.
La cafetería tenía un estilo europeo, con grandes ventanales enmarcados con madera tenida de color verde oscuro y un acogedor estilo de piedra tallada en todas las paredes.
La mayoría de las mesas estaban ocupadas a esa hora y en ese día de la semana. Con una pizca de esperanza, busqué con la mirada alguna vacía y preferí formarme en la fila para ordenar ya que, si seguía perdiendo el tiempo, tendría menos posibilidades de encontrar una mesa vacía.
El chico que tomaba las órdenes detrás del mostrador se veía agobiado con tantas personas ahí. Unos preguntaban si su orden ya estaba lista, otros alegaban por quién seguía en ordenar y todos parecían tener una queja, sin embargo, aquel chico seguía atendiendo a todos con una enorme sonrisa.
