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Encontrandose en las instalaciones dadas a la Agencia, Osamu miraba y miraba su computador, el cual solo mostraba una pantalla en suspención. Todos los demás miembros trabajaban debidamente y él, simplemente "huevoneaba".
Sin embargo, cuando en la pantalla de su celular vió el nombre de contacto por el cual tenía guardado a su pareja (Snail), con muchisima rapidez, contestó. A los momentos, el peli anaranjado comenzó su relato, en cuanto al tema de la mudanza refería.
Para empezar, mentiría si dijera que la pereza en su persona en cuanto a realizar su propio equipaje, y como tal llevarla hasta su nuevo apartamento, no estaba ahí. No obstante, en el momento en que su bonito ser de pupilas cerúleoa le llamó y básicamente, le pidió ayuda —aunque al joven no lo halla "demostrado"—, gustoso quiso y aceptó (según su perspectiva). En teoría, las energías que no mantenía llegaron a él, a la velocidad en la que llega un relámpago atraído por el campo magnetico de la Tierra a esta.
Dió un gran brinco desde su asiento, sorprendiendo a más de un detective; tomó sus pocas cosas y a gran velocidad salió de aquel recinto en la última planta, asotando tras de sí aquella puerta y llamando la atención de los recientes espectadores.
—¿Ahora qué pasa con el ímbecil? —Soltó de improvisto Kunikida.
—Creo que se trata de Chūya-san —contestó el amigable Atsushi.
—Seguramente... —concordó la doctora de la Agencia—. Cualquier cosa, situación o lo que sea que tenga que ver con ese chico de la Port-Mafia, provocan estas reacciones en él.
—Así es compañeros —intervino Kenji—. ¿Qué acaso no vieron la enorme y sincera sonrisa que tenía al salir?
Los otros tres suspiraron; luego Atsushi sonrió.
—¿Quien diría que Dazai-san podría hacer esas reacciones?
—¿Quien diría que las veríamos? —concluyó Kunikida. Todos los demás asintieron.
Para los detectives de la Agencia mirar el nuevo comportamiento de su compañero suicida: del más simplón, el humano que menos interés demostraba en cualquier ámbito..., ese ser que muchas veces se refirió a sí mismo como "indigno" de ser humano; para todos ellos, aquellas acciones les sorprendía y les agradaba. Muchas veces creyeron que aquello era irreal; pero ver su sincera sonrisa, les confirmaba sí o sí, que Osamu había cambiado: un cambio para él y para estar en compañía del ser que más quería: su persona favorita.
Cuando menos se lo esperaba, sus blanquecinos oídos oyeron algunos gritos que no supo cómo identificar. A los instantes, unos toques a su puerta, llegaron.
—Pase —permitió.
La descendiente de las agujas fue abierta a una velocidad apropiada; automáticamente, la presencia de una mujer cruzando los cuarenta y cinco años: un color de cabello castaño claro y una agradable sonrisa..., hizo acto de aparición.
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それはそれでした [Eso Fue Todo] «Sōkoku»
RomanceAmbos estuvieron en la Port-Mafia; después, Chūya estuvo ahí, pero Dazai, se quedó en la Agencia Armada de Detectives... Así, sus tiempos no volvieron a coincidir... "Yo realmente no te odiaba. ¿Cómo podría odiarte? Tú, que a pesar de casi obligarme...