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Poco después habían regresado a su actual vivienda. Nada los detenía, por lo que los planes de volver a Yokohama, fueron alistados y, asimismo, puestos en acción.
Ir de Kioto a Nagano, era en demasía, nada largo; pero ir desde el último mencionado, hasta la ciudad más competitiva con Tokio —en cuanto a economía—, no era para nada corto: principalmente, el viaje sería largo, cansado y también agobiante. En fin, viajes. Suerte que eran dos.
Las maletas y la gasolina les incitaban a ambos, arrancar.
Y mientras avanzaban sobre la carretera, no pudieron hacer vista gorda de la deslumbrante vista que el hermoso lago, les proporcionaba. Ah, sí que extrañarían el sitio.
Más tarde, no era una sorpresa, que se hayan tomado un descanso, en un punto para nada ilegal. Pues, debido a su negación a qué Chūya condujera, este, como mínimo, le pidió que descansará un poco.
Durmieron cómodamente (aunque parezca increíble), merendaron lo necesario, y volvieron a arrancar.
Tal vez por lo largo que fue la translación, ninguno notó el vacío que solían tener, al estar solos.
Pasado un gran periodo de tiempo, una vez más, se hallaban dentro de Yokohama, próximos a su apartamento.
Sus equipajes andaban por cualquier sitio en que se pudiese mirar. Por su parte, ninguno de los dos, reclamaría o exigiría, en relación al desorden, o a las obvias necesidades económicas en el departamento y en ellos mismos. Estaban cansados, y lo único que querían era descanso. Pronto verían a sus jefes; probablemente, el de uno, no pregunte sobre lo sucedido, pero el otro... sí lo hará.
Cuando cerraron sus ojos, fueron consumidos por el cansancio y por el Morfeo. Ah, que agradable.
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Su primera visión y pensamiento fue leche. Pero que sed tenía.
Velozmente se levantó, y rumbo a la cocina, terminó sirviéndose agua: desgraciadamente, su deliciosa leche, estaba agotada.
Volvió y miró a su novio; no vio necesidad de despertarlo.
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それはそれでした [Eso Fue Todo] «Sōkoku»
Roman d'amourAmbos estuvieron en la Port-Mafia; después, Chūya estuvo ahí, pero Dazai, se quedó en la Agencia Armada de Detectives... Así, sus tiempos no volvieron a coincidir... "Yo realmente no te odiaba. ¿Cómo podría odiarte? Tú, que a pesar de casi obligarme...