Extra 3: Para ambos [3]

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Nos situamos un 7° de Abril. El Soukoku, que hasta la fecha mantiene una relación amorosa, da, por primera vez, una visita a su (esperan) próximo apartamento. Para esto, el menor —en edad— de la pareja, ya había visitado más sitios como esperanza de nuevos hogares: no obstante, ninguno era lo suficientemente aceptable para llevar a su amado ahí. El que hoy visitan, no había sido visto por ninguno de los dos; sin embargo, el castaño, asegura que no había sido necesario.

 El que hoy visitan, no había sido visto por ninguno de los dos; sin embargo, el castaño, asegura que no había sido necesario

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—Verás, Chūya yo... elegí este sitio, pensando en lo comodo que podría ser para tí.

Aquello era cierto. Dazai, en su mayoría buscaba lugares que le dieran a su peli anaranjado la seguridad de un "hogar"; él, al contrario, solo buscaba un sitio en el que poder leer en paz, y claro, pasar tiempo de calidad con su pareja —prioridad—. El sitio que visitaban, de alguna manera, juntaba todo aquello de una espléndida forma.

—Dazai... ¿Cómo esperas que entremos y veamos el lugar?

—Chū-chū, se nota que no tienes ni la mínima idea del funcionamento de estos sitios, ¿verdad?

—Por supuesto que no, por eso te pregunto —Se agitó.

—Claro, claro. Tranquilizate. —Él otro mofó.

Unas cuadras más de caminata fueron las necesarias para darles a ambos una llegada al nuevo sitio. Era un edificio de al menos cinco grandes pisos: bastante alto. Desde lejos se notaba lo llamativo que era gracias al blanco que poseía; con unos hermosos y cuidadosos toques de gris en algunos puntos estrategicos. El color que la luz le transmitía a las grandes ventanas; y, ni que decir, de la escencia parda, gracias a la vejez del edificio.

Dentro, un profesional especializado en arrendamiento, los llevó, desde la sala principal al último piso; durante el transcurso, hizo mención del poco usado asensor y de las utiles y comunes escaleras; porqué el edificio era tan viejo y demás métodos usuales en arrendadores.

—El apartamento 34. —Introdujo lo que parecía una llave de "caricatura", y abrió la perilla de la puerta— Es este de aquí.

Al entrar se podía olfatear con facilidad el característico olor de un lugar al que ya no se le da uso: un poco de polvo era la prueba de ello; porque sí, parecía ser limpiado con regularidad. Los muebles, estaban cubiertos por alguna que otra manta o plástico. Los tenues colores en la pared, como eran el gris y unos toques de blanco, le daban una pizca de elegancia. El grandioso y "viejito" piso de madera, junto a las líneas y formas de este, parecían salidos de un obsesionado con las rayas. Además, que decir del enorme y que, por alguna razón, lograba parecer antiguo, ventanal... Su grandeza iba desde lo permitivo que era con la luz, lo pulcro y bello que hacía ver el cielo hasta las calles de Yokohama: pues la altura del piso lo permitía; no obstante, su forma plana y diagonal, como si se comiera parte de la altitud en el apartemento, hacían de este, una obra única.

それはそれでした [Eso Fue Todo]  «Sōkoku»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora