Extra 2: Para ambos [2]

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—Estoy saliendo con Dazai.

La sonrisa "sádica" del mafioso, de pronto se torno en el acompañamiento de una mueca sorpresiva, para luego, volver a sonreír como antes.

—Además, ambos empezaremos a vivir juntos.

Chūya no puede ni debe de pensar en las posibles reacciones de su jefe, pues no le conoce a tal punto. Por ello, en más de una ocasión temía decirle su estado amoroso actual por eso, porque no sabía cómo actuaría; no obstante, Osamu le aseguro que nada negativo pasaría: probablemente, aseguro esto al ser la persona que mejor puede leerlo.

—Ya veo... Así que Dazai-kun, por fin puso sus manos sobre ti. —Arqueó una ceja.

Bosu, si me permite... —El otro asintió—¿Usted ya lo sabía?

—No, para nada. —Bajó sus brazos— Lo que pasa es que yo siempre había imaginado que entre ustedes dos había algo; ahora veo, que ustedes mismos han alargado esto, por más de siete años... En fin, no es sorprendente: por un momento lo fue para mí, pues iba en contra de mis cálculos. Mi sorpresa fue el tiempo que se tardaron para aclarar sus sentimientos.

Nakahara estaba asombrado, y además de eso, sin palabras.

—Entonces..., ¿no le molesta?

—He de confesarte, Chūya-kun, que cuando lo creí ambos aún estaban en la Mafia. Dazai-kun era mi mano derecha, así que le permitía de todo; no obstante, él ya no lo es, ahora, ese criterio cae en manos del presidente de la Agencia. Por mi parte, si lo que quieres es un "permiso", con todo gusto te lo doy... Tan solo, espero que ambos sean concientes y estén de acuerdo a cualquier tipo de consecuencia, ya sea positiva o negativa. Eso es todo.

Con la felicidad y confianza en su pecho, el bajo chico, curvo todo su cuerpo logrando así una postura que demostraba respeto y agradecimiento.

—Muchas gracias, bosu.

—Puedes retirarte.

—Que así sea.

Levantó su rostro, y con cuidado se retiró de la pulcra sala.

Al salir, Kouyou lo esperaba.

—Anē-san. ¿Qué hace aquí?

—Esperaba que salieras.

De forma simple, ambos comenzarón a recorrer los silenciosos y limpios pasillos de la sede.

—¿Por qué ahora?

—¿Disculpe?

—¿Por qué después de tanto tiempo, decidiste salir con Dazai, Chūya? Ahora que ambos están separados, no solo por sitios, sino por ideales, contextos y personas diferentes.

—Sabe, Anē-san... Ni yo mismo lo sé. Tan solo se dió, y tan solo lo acepte...

Siguieron su rumbo al son de sus pisadas. Continuaron con el tema, pero ya no mantenía la misma seriedad que en un inicio.

—¿Y ahora vivirás con él?

—Sí.

—¿Qué acaso no te da miedo dormir entre las sucias cosas de la momia esa? Además, serás tú el que siempre cocine, haga la limpieza y demás; ¿o acaso crees que el vagabundo ese sabe valerse por sí mismo? —Chūya se carcajeó.

—Claro que no... Se que es un tipo descuidado y que, aún con lo inteligente que es, es incapaz de prender un fuego o sacar una olla; barrer y seguramente lavar..., pero, de todas formas quiero intentarlo...

それはそれでした [Eso Fue Todo]  «Sōkoku»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora