Cuando llegamos, Vale tardó en salir, estaba peleando con la máquina de impresión, de nuevo.
- ¡Espera sólo un momento, Olivia! - gritaba desde atrás, mientras que yo no dejaba de reír. Pobre de ella, esa máquina siempre le sacaba canas verdes.
Timothée permaneció tranquilo, observando las cosas en el local, hasta que Vale apareció por fin detrás del mostrador.
- ¡Listo! - me sonrió.
Cuando Vale desvió la vista de mí, la posó en la única otra persona que estaba conmigo. Timothée la miraba embobado.
- Oh - musité
-Vale, te presento a un amigo, Timothée, ella es Valerie - dije al interpelado
-De la que tanto te he hablado; Valerie, el es Timothée, mi vecino.
La cara de Timothée era de sorpresa, asombro y fascinación, y en sus ojos existía un brillo que hace unos minutos no se encontraba allí.
- Hola - balbuceó.
- Hola - respondió ella.
Ambos se sonrieron y luego Vale me dedicó su atención a mí.
- ¿Fotos nuevas? - me preguntó, entusiasmada.
- Ya lo sabes - reí e hicimos lo de siempre.
Luego de unas horas de que Timothée y Vale se conocieran más, decidimos él y yo que era hora de regresar. El sol ya se había puesto cuando Timothée y yo caminábamos hacía el edificio.
-Tú amiga es muy bonita - musito, ruborizado ligeramente
-Muy simpática, además.
Me solté a reír.
- Creo que lo pude haber adivinado - admití y él enrojeció más, la pálida piel de sus mejillas se pintó de color rojo.
- ¿Por qué dices eso? - preguntó, avergonzado.
- Por tu cara y cómo la mirabas.
- ¿Tan obvio era? - hizo un mohín.
- Algo.
Ambos reímos.
- ¡Tim! - dije, de pronto, quizá sacándole un susto por la forma en que me miró
- ¡Tu sabes italiano!
- Emm... sí - musitó sin comprender; y es que había cambiado de tema repentinamente.
- Dime que significa... - hice memoria para acomodar las palabras en orden y tratar de pronunciarlas correctamente
- "Che bella coppia che fate"
A lo mejor Joseph creía que ya se me había olvidado lo que el muchacho de la heladería nos dijo y que no me quiso traducir, pero para mala suerte de él, yo tenía muy buena memoria.
- Qué bella pareja hacen - dijo Timothée.
- ¿Disculpa?
Tim rió.
- Eso significa.
Abrí los ojos ante lo poco evidente y ante la ilógica idea de que me emparejaran a mí con Joseph. Luego me solté a reír de nuevo; no sabía si estaba avergonzada o de verás divertida.
- ¿Por qué? - inquirió Timothée.
- Porque... lo vi en la televisión, en una película. Quería saber qué significaba - inventé.
- Claro - musitó.
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- Buenas noches - dije, fingiendo un bostezo.
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EL MANUAL DE LO PROHIBIDO/JOSEPH QUINN
Romance¿Alguna vez has deseado algo prohibido? Como si esa cosa estuviera en la lista de "No toques, no codicies" pero que cada momento te incita más a tenerlo. Falso y pérfido eran sinónimos de mi nombre. De todos los papeles que pude protagonizar, era d...