|CAPÍTULO 32|

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- ¡Liv, Joe! ¿Por qué se quedaron allí? - Sharon salió de nuevo a la vista y nos tomó de la mano a cada uno, llevándonos con ella 

- Vi unos vestidos que estoy segura que te encantarán.

Le sonreí, fingiendo entusiasmo.

Nos llevó hasta el fondo de la tienda, en donde ella ya había hecho selección de tres vestidos; uno en verde, otro en morado y el último en tono tinto.

- Ve y escoge alguno que te guste, Liv, anda - me insistió.

Me gire a ellos y comencé a pasar la mano sobre cada uno, distraídamente. Azul marino, vino, negro, rojo; los colores pasaban por mi mente, realmente lo único que se diferenciaba era el color, claro esta. Pero en realidad no le estaba prestando atención alguna al diseño o diseñador.

Amigos. Aquella conclusión de él me decía que ese era nuestro destino, nada más. Si yo tenía sueños, esperanzas o cualquier tipo de especulación acerca de una posible relación futura, tenía que echarlas a la basura. Nada iba a pasar, nunca, sencillamente porque él era el novio de mi mejor amiga.

- Creo que el negro se ve deslumbrante, además se te vería estupendo - dijo a mi lado, haciéndome volver a la realidad, pero aun manteniéndome perdida en las capas de terciopelo de su voz.

- ¿Cómo?

- El vestido negro - señalo un maniquí portando un vestido negro.

Me acerque a él, sumamente atraída y Joseph me siguió.

- Es muy para pasar en una alfombra de los GLAAD ¿no crees? - me encantaba, pero había algo que no me convencía.

- ¿Ese no es el punto? Verte como si fueras a una - me dijo.

- Se te vería extraordinario, se ve que está hecho para ti. Además hay uno en azul, podríamos ir a juego. Tú usando el negro y yo el azul...

Volteé a mirarlo pero él me había ganado desviando su mirada. ¿Me había hecho una imagen mental de nosotros? Definitivamente, ¿Empezaba a tener un poco de esperanza? Claro que sí, ¿Me vería de puta madre? Joder, por supuesto que sí.

Así que me lo probé mientras que Joseph esperaba sentado afuera.

- Se te ve hermoso - dijo Joseph, cuando Sharon le pregunto qué tal, entre tanto yo tenía problemas con la cremallera del vestido.

Sentía curiosidad de qué color era el vestido de Sharon, no quería que fuéramos del mismo color y que alguna de los tuviera que cambiar el color de sus prendas.

Sharon y Joseph me miraron asombrados.

- ¿Me veo mal? - pregunté, un poco cohibida ante ambas miradas de alucinación.

- ¿Mal? Dios, Olivia, el vestido parece estar hecho para ti. Te ves magnífica - me dijo Shar acercándose a mí.

- Te ves espectacular, preciosa - musito Joseph, como un escultor admirando su propia obra de arte.

- ¿Dónde encontraste el vestido?-  me pregunto maravillada.

- Pues, Joseph... me ayudo a encontrarlo - admití, aunque debería de haber dicho "Joseph lo eligió"

- ¿En serio? - Se sorprende Sharon 

- No tienes malos gustos Joseph - dijo y rio.

- Olivia hizo que el vestido se le viera asombroso, yo solo lo sugerí- dijo Joseph con orgullo.

Pude sentir que me sonrojaba un poco.

- Tu vestido es... bonito - dije

-  Morado, claro. Tu color favorito.

EL MANUAL DE LO PROHIBIDO/JOSEPH QUINNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora