¡Estamos solos!

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Pov Bruno

Mi corazón dio un brinco, latiendo acelerado. En el exabrupto olvide mi condición, me incorporé apoyando ambos pies la punzada no tardo en atravesar la planta de mi pie, y el dolor hizo que al alcanzar una de las muletas recargadas en la esquina de la puerta, para sujetarme a está, la otra cayera con ese ruido metálico escandaloso, me aferré con la muleta de la que quede en pie, apresurado me agaché, recogí la otra muleta y jale la palanca del inodoro, como una estrategia demasiado infantil para acallar el ruido que delataba mi paradero exacto, intentando ganar tiempo para una «excusa».

—No sé qué te dijo Camilo, ni que creyó haber visto, yo no sé dónde está tu teléfono —respondí sin flaquear, mi tono de voz era seguro y determinado

Del otro lado de la puerta sería difícil saber que verbalizar aquella falacia, hizo que todo mi cuerpo se tensará.

—Di un giro brusco en mi tono de voz mostrándome indignado —Increíble ya ni en el baño tengo privacidad —me queje, borrando el historial de llamadas, sin saber que más podía hacer para que no me descubriera, lo guarde en el bolsillo de mi pants y sabiendo que probablemente sería el primer sitio en el que buscaría «al catearme» si revisar entre mis ropas a la fuerza, al día de hoy lo creía capaz de eso y más, lo cambie al frente de la sudadera, pensando que ahí se notaba menos.

Entreabrí la puerta del baño saliendo al pasillo, Carlos se aproximaba hacia mí, unos cuantos pasos nos separaban para quedar frente a frente, la manera en la que me veía me decía que no me creía nada de lo que argumente.

La puerta principal se abrió de golpe

—Patricio ven acá ¡vuelve! —ordenó —un hombre vestido con traje y corbata de aspecto pulcro y de ojos cansados, supuse «Benjamín» que intentó detenerlo del hombro sin lograr frenar uno solo de sus pasos, de un tirón se lo sacudió sin mayor esfuerzo, mi padre se giró quedando frente a él.

—¿A quién le estabas hablando así? —con ojos fieros lo encaró —Alcance, a escucharte imbécil, "castigar" eso fue lo que dijiste ¿no es así? ¿Es tú hijo? —lo interrogó.

Ante el mutismo de mi padre y sus ojos que se mostraron imperturbables y fríos hacia él —se dirigió a mi —¿chico este tipo es tú padre?

Asombrado, elevé las cejas, cohibido, y algo perturbado por la apariencia de este hombre solo atiné a asentir.

Portaba barba de al menos tres días, el cabello grasoso le caía al lado de las mejillas, su aspecto era desalineado, aunque portaba traje, era obvio que hace unos días no se cambiaba de ropa y su aliento etílico no tardo en llenar todo el lugar, aunque el detalle que más me perturbo era su forma de mirar a mi padre «con desprecio» sin dejar de alternar entre mi reacción.

—Bruno, no te le acerques, no tienes por qué contestarle a este tipo, —dijo interponiéndose entre ambos de forma protectora y resuelta —No sé quién sea usted y la verdad es que tampoco me interesa, de modo que le agradeceré que no se entrometa en asuntos privados y nos deje pasar.

—¿Te pega, no es así? no tengas miedo, dímelo y le daré una paliza, la que se merece —sus ojos se volvieron espejos revelando ese "déjà vu" de en lo que yo podría convertirme, develándome su temor, la fragilidad de aquel niño que el paso de los años había disfrazado de hombre, uno en extremo violento.

—Patricio —dije que es suficiente, no te das cuenta de que estas importunando a este hombre y asustando al chico —intercedió Benjamín tomándolo por el brazo y arrastrándolo hacia afuera.

¡¡Está era la ayuda por la que rogué tanto!! Por la que incluso recé las noches anteriores. Entonces ¿Qué me sucedía? ¿Por qué era incapaz de articular palabra? ¿de mover alguno de mis músculos? De contarles mi situación, de pegar de gritos acusando a Carlos por quererme llevar en contra de mi voluntad al campamento, eran un par de adultos y por lo que escuché se dedicaban a casos de «adolescentes» Sin embargo no dije nada ¿por qué? era sencillo ese hombre me causaba temor ¡Ayudarme! ¿Cómo podría hacerlo? Cuando él mismo, era quien evidentemente necesitaba ayuda urgente. Era un desconocido.

Bruno y los elegidos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora