Pov Bruno
Me encantaba la clase de deportes o educación física como se empecinaban el profesor que la nombráramos, sin embargo justo esta mañana no me sentía de ánimo, Eran las 7:00 am y me encontraba formado a medio patio copado por ese frio matutino que te enrojecía las mejillas esperando a que el Director, dejara de darnos su habitual sermón aburrido que todos ignorábamos con disimulo, Sí estaba aquí era nada más porque Elisa, me había arrebatado de la comodidad de mi confortable y cálida cama, según ella llamándome dulce y amablemente en más de cinco ocasiones, de las cuales solo escuche una o quizás más, ¡quién sabe! uno no está a esas horas de la madrugada para prestar atención a las manías histéricas de sus progenitores por llegar a tiempo al colegio, el simple timbrar del despertador ya me ponía de malas, terminando en la mayoría de las ocasiones apagado de un manotazo en el piso de alguno de los rincones de mi habitación, me arrebujaba y cuando de nuevo estaba entrando en ese sueño ansiado —Bruno Ferret, llevó más de treinta minutos hablándote de buen modo y tu no haces caso arriba —exigió elevando su voz en un tono molesto y fastidioso para mis tímpanos y no satisfecha de un tirón me despojo de todos mis edredones lanzándolos al piso «por suerte para mi pudor a media noche me había levantado al baño y viéndome desnudo de la cintura para abajo, me coloque un pantalón de pijama holgado» —Ashhh no, ¡hace frío! —me queje alejándome del extremo donde estaba de pie al lado de mi cama y reacomodándome en el extremo contrario asumí una posición fetal para protegerme del abrupto cambio de temperatura, alcance a escucharla reír en voz baja y entonces uso uno de sus últimos recursos, comenzó a moverme el colchón intempestivamente como en aquella película de terror con malísimos efectos especiales de los los 70's "el exorcista" por un segundo creí que saldría volando por los aires, bueno quizás no fue tan fuerte pero, para alguien que estaba aun prácticamente dormido, así se sintió, abrí los ojos de par en par y me gire para verla, arrugue el ceño enfurruñado al comprobar que efectivamente era ella y no un terremoto, aprovechando mi somnolencia camino del lado de la cama donde me había resguardado y me tomo de la muñeca de la mano —arriba, tienes veinte minutos para estar listo, por eso siempre te vas sin desayunar —se quejó, mientras me arrastraba al baño, di un tirón para soltarme —Ya Elisa, tú y tus formas nazis de despertarme, siempre —le reproche frenándome a la entrada del baño, me soltó y elevando ligeramente la comisura de sus labios se justificó —Sí, tu solo te levantaras, no tendríamos que lidiar con todo este numerito, todas las mañanas "ogro adolescente"—me contestó haciéndose la graciosa con ese sobrenombre que se le acababa de ocurrir, eleve la mirada aun parpadeando y bostezando cuando ella abrió la puerta del baño y me dio una palmadita sobre el pantalón, solo fue eso de hecho pensándolo bien, se pareció a uno de sus expresiones cariñosas de antes, pero ya nada era como antes, esa simple acción me recordó la noche anterior, la forma en la que me había castigado, incluso por una fracción de segundo sentí un leve escozor, llevándome a revivir todos esos sentimientos incomodos, mi actitud cambio drásticamente e indignado le lance una mirada punitiva —¿que ahora hasta por esto me vas a pegar? —le reclame con una actitud segura «claro está que tapándome el trasero con una mano, solo por prevención» pero sin perder mi aire orgulloso, «la estaba retando» gire el pomo de la puerta dejándola allí con esa expresión culpable y preocupada, insistió un par de ocasiones, desde el otro lado de la puerta preguntando ¿sí aun me dolía? ¿sí le permitía revisarme? ¿sí me encontraba bien? hasta que ya desquiciándome le respondí —No tengo nada y claro que no te voy a dejar revisar, ya tuve suficiente exhibicionismo con ayer, me puedes dar algo de privacidad para bañarme —exigí elevando mi voz sin llegar a gritar, la escuche suspirar con pesar —Sí, claro te esperamos abajo y siento lo de la palmadita, ya eres mayor para eso, no lo volveré a hacer, solo date prisa, el auto de tú padre está en el taller, así que me acompañara a dejarlos en el colegio y después, lo llevare al trabajo y no quiero que se desespere y suba a presionarte —Esta bien —conteste cortante, sus pasos se perdieron al mismo tiempo que mi garganta se encogió en ese momento me entro un poco de shampoo en los ojos, me ardieron haciéndome lagrimear un poco, me los talle para aliviar el escozor, bueno quizás no había sido, nada más el jabón —lo acepté para mis adentros en un pensamiento alicaído —No pasa nada con las palmaditas mamá, siempre y cuando estemos solo tú y yo, de hecho no me desagrada, aunque jamás lo aceptare, el verdadero problema son los golpes con esa vara— me refregué los ojos quitándome los restos de jabón y cualquier evidencia del rastro de posibles lágrimas, cerré las llaves de la regadera y me apresure, no quería discutir con Carlos, no esta mañana.
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Bruno y los elegidos.
Fanfiction¡Sectas! Creemos que todos estamos inmunes, excluidos de estas y durante las noches, nos repetimos eso no me pasara a mi, pues con esta fan fiction, deseo acercarlos a esa posibilidad latente, entre la realidad y los quiebres de la vida, que siemp...