Preludio a Halloween

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Pov Bruno

Los vacíos que Andréi dejo al morir, no fueron algo que me llegara de forma inmediata, en una ráfaga repentina como fue su muerte, no para nada y quizás eso, era lo que hacía su ausencia más dolorosa, eran en esos pequeños detalles de la cotidianidad en donde él, me hacía falta y es que ante su partida todo se modificó, como sí el universo intentará reordenar la estructura de nuestras vidas, reasignarnos nuevos sitios y papeles a desempeñar dentro de mi familia.

Ser el hermano de en medio era un sitio privilegiado, no se sí aplique de la misma forma en todas las familias pero para mí la vida era sencilla, a mis errores o indisciplinas no se les tomaba muy en serio; sí Carlos o Elisa me regañaban siempre podía contar con que Andréi intervendría por mí, defendiéndome, suavizando la gravedad de mis travesuras, solapándome e incluso culpándose por mí, sí peleaba con Adriana él siempre estaba allí para frenarme, recordándome que ella era la pequeña de la casa y que nuestra obligación como sus hermanos era cuidarla y no hacerla rabiar o llorar, que en los primeros años que llego para quitarme mi trono del menor de la casa, era uno de mis pasatiempos favoritos.

Y este era uno de esos instantes en los que la ausencia de mi hermano se hacía presente, justo ahora él vendría charlando con Carlos llenando el silencio del automóvil con risas, anécdotas de su día en el colegio, una nueva película, no sé, lo que fuera ellos dos, siempre tenían un tema de conversación en común, además aunque muchas veces yo intentara escapar a mi mundo interior colocándome los audífonos y subiéndole a la música de mi celular, Andréi siempre buscaba la forma de integrarme en sus pláticas y de esa forma los tres terminábamos charlando pero ahora, no tenía idea de que decirle a Carlos, además de que no estaba seguro de tener realmente ganas de hablar con él.

Al sacar a Andréi del axioma de nuestra familia era como sí ellos, mis padres esperaran que yo, tomara el papel del hermano mayor. «No lo decían directamente, era la manera en la que me trataban» lo cual no solo se me hacía imposible, sí no también injusto, pues además se trataba de ser una versión nueva y mejorada del hermano mayor, una que fuera todo un ejemplo a seguir, como Carlos siempre le exigía al final de sus sermones «Andréi, tú eres el mayor, debes darle el ejemplo a tus hermanos —esas palabras resonaron en mis oídos emergiendo de los recuerdos, justo como sí las estuviera escuchando ahora mismo» Lo peor era justo como las cosas terminaron con Andréi, ya que ahora, él estaba muy lejos de ser ese ejemplo a seguir ante los ojos de mis padres entonces ¿eso a donde me llevaba a mí? a ser el nuevo hijo mayor ceñido por las reglas y las enseñanzas de los elegidos. Aunque quizás todo eran ideas mías, especulaciones que yo solo fabricaba en mi mente, tal vez de eso se trataba en parte todo esto de crecer "pensarse demasiado todo"

«mi hermano había muerto, eso no extirpaba su paso por nuestras vidas, la huella que dejo en nosotros, no le quitaba su lugar, él era y siempre sería el hermano mayor y yo Bruno el hermano de en medio y eso, en definitiva, ni el paso de los años, ni nada lo cambiaria»

—Bruno hijo, ¿te preocupa algo? no me digas que de nuevo te metiste en un lio en el colegio —me preguntó Carlos con esa mirada que insertaba en mi cuando parecía intentar leer mis gestos para deducir la verdad, eleve las cejas apretando los labios, para no responder de forma visceral y más tarde arrepentirme —¿por qué, siempre infieres lo peor de mí? ¿Por qué, das por un hecho que hice algo malo? —le rebatí, espejeo por el retrovisor y acelero dando vuelta a la derecha, enarco una ceja y me dedico una nueva y rápida mirada, de inmediato devolviendo la vista al camino —Bueno hijo, un largo historial te precede —respondió girando el volante de nuevo a la derecha fruncí el ceño —Car... papá —me corregí a tiempo ¿a donde vamos este no es el camino a la casa? —le pregunte receloso, esperando que no me estuviera secuestrando a una nueva reunión de los elegidos, esa iglesia siempre tenía un pretexto para reunirse incluso, entre semana —Quiero que hablemos los dos a solas y pensé que podemos ir a tomar algo —me contestó con una voz impostada

Bruno y los elegidos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora