¡Viviendo el aquí y el ahora!

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"Cuanto más somos capaces de volver a ser niños, de mantenernos infantiles, más podemos entender porque nos encanta el mundo y estamos abiertos a la comprensión, al entendimiento; cuando matamos nuestro niño interior, no estamos más". 

 Paulo Freire.

Pov Bruno

—Fondo, fondo, fondo un shot más Bruno y serás el ganador —coreaban miles de voces a mi alrededor.

Las lámparas que circundaban el jardín, habían adquirido un leve movimiento circular acompañado por un halo brillante que se desprendía de su circunferencia centellante. Era atrayente, aunque sí intentaba sostenerle la mirada por mucho tiempo me mareaban, mi cuerpo estaba ligero sin tensión alguna con mi mente en blanco; el mundo por fin avanzaba despacio dándome un respiro y las aclamaciones de la multitud me convertían en el centro de la fiesta, de un momento a otro todos eran mis amigos y yo era su ídolo. La música resonaba palpitando dentro de mi pecho y los latidos de mi corazón se sincronizaban con los decibeles rítmicos de cada canción sobre exaltando mi euforia.

De frente a esa mesa donde cuatro caballitos de tequila reposaban formados en hilera ya vacíos, incline un poco la cabeza admirando mi logro y azote el ultimo caballito que me acababa de beber, orgulloso eleve los brazos

—Gane, lo hice —me vanaglorie.

Recibiendo un poco más de atención de mi público, estrechando mi mano o palmeándome la espalda en mi trayecto de vuelta, ubique a Camilo sentado al borde de la misma esquina de la alberca donde se quedó en el momento que me invitaron al reto; Rubén se encontraba unos cuantos metros del lado contrario dentro del agua implementando sus técnicas de seducción con Jimena y Valentina de una forma invasiva y poco hábil, era doloroso ver el nulo éxito que tenía, las chicas lo repelían, aunque al parecer como él no lo notaba continuaba acechándolas, ensoñado pensándose todo un casanova; por el contrario tavo que no dejaba de bailotear, porque aunque yo distaba mucho de ser un experto del baile, a mí nadie me engañaba, eso que hacía en el área techada que todos designaron como su pista de baile improvisada, solo eran brincos, giros y pasos inventados, algunos demasiado graciosos sin embargo como siempre, su actitud liviana y despreocupada fue suficiente para que las chicas se turnaran para bailar con él.

Entre en la alberca, recargándome a un lado de donde Camilo movía los pies dentro del agua, observando el curso de la fiesta sin interactuar, un simple expectante, el calor del alcohol recorriendo mi torrente sanguíneo elimino mis pocos filtros y nulifico mi tacto para decir lo que pensaba, así como llego lo externe

—Camilo, es que planeas quedarte toda la noche allí sentadote, vamos tienes que divertirte —lo jale de la mano y como estaba desprevenido hice que cayera, zambulléndose dentro de la alberca.

Emergió tosiendo y se quejó —Bruno, que te sucede, ya te expliqué que yo estoy bien, así —respondió, retirándose el cabello mojado del rostro acomodándolo hacia atrás y viéndome encorajinado por hacerlo entrar a la alberca sin su autorización.

Me mofe de él —Hay sí, aquí estoy bien, ya por favor, esta es una oportunidad invaluable, única y la estas dejando pasar frente a tus ojos.

Sus cejas se juntaron, se acercó a donde me encontraba con la espalda apoyada sobre el punto de salida del primer carril, cruzo los brazos y se recargo a mi lado con la boca fruncida y de nuevo, esa expresión de culpabilidad sofocante lo invadió

—Es que no, lo logro, no puedo dejar de preocuparme, tú no conoces a mi papá

Baje la voz acortando nuestra distancia, me sentí seguro valiéndome del volumen elevado de la música para hablar con la confianza de que solo él, me escucharía

Bruno y los elegidos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora