Capítulo 30.

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Leah.

No podía dejar llorar ni temblar del miedo, mis manos están atadas hacia atrás y tengo los ojos vendados. Había perdido la noción del tiempo desde que me trajeron aquí, solo quería irme con mi familia, deseo que Caleb este aquí y me saque de este lugar.

Solo reconocía el sonido de las olas muy cerca, eso quiere decir que estábamos en una casa en la playa. Mi garganta se tranca por las lágrimas al recordar lo que descubrí en la biblioteca, me habían utilizado y engañado por tanto tiempo que fui una tonta al no darme cuenta, toda mi vida era una completa farsa.

No tenia la vida perfecta, no tenia nada, todo lo que la gente pensaba de mí es verdad, me dolía profundamente y solo quería escapar de allí para alejarme para siempre de todo lo que me hace daño pero para eso tenia que renunciar a una de las personas que mas amo y es Caleb Bomer, suelto un sollozo al recordar esos momentos preciosos que hemos pasado juntos, mi mente se abre como un álbum de fotografías y de sólo pensar que ahora serian recuerdo porque lo más seguro es que no volvería más.

Escucho el sonido de las pisadas en la casa y mi cuerpo se tensa enseguida, alguien toca mi cabello y volteo evitando que me toque.

- ¡No me toques! - Le grito a mi captor, quien sigue tocando uno de mis mechones de mi largo cabello y después con sus dedos va hacia mi mejilla, gimo al sentir ese contacto sintiendome indefensa de no poder defenderme.

- No voy a hacerte daño. - Me sorprendió de que se tratara de una mujer, no reconocía aquella voz tampoco.

- Entonces ¿Por que no me dejas ir? ¡Por favor! ¡Quiero regresar a mi casa! - Digo lloriqueando. - Mis padres seguro estarán preocupados, por favor te lo pido.

- Eso no sera posible por mucho tiempo, Leah - Dice tocando de nuevo mi cabello. - Tu cabello era negro pero decidiste pintarlo para parecerte a esa familia de hipócritas. - Escupe con veneno cada una de sus palabras. - Pero tu no le perteneces a ellos, pequeña.

- ¿De que esta hablando? - Le pregunto confundida ¿Como sabe todo eso?

Entonces quita el vendaje de mis ojos, parpadeo un par de veces para adaptarme a la luz del día. Levanto la mirada y me encuentro con la mujer que esta enfrente de mí.

La detallo en un milisegundo, su cabello negro largo, ojos del mismo color parecen fríos y llenos de odio, su rostro se ve tenso como si se estuviera contenido a soltar la rabia que lleva adentro, su piel es morena, esta bastante delgada pero definitivamente es hermosa y joven.

Había algo en ella que me recordaba a .

- ¿Te recuerdo a alguien, Leah? Se que en tu cabeza tienes demasiadas dudas y yo estoy aquí para aclararlas todas.

- ¿Quien eres? - La miro con el ceño fruncido.

- Mi nombre es Belén Wesley.

Siento que mi corazón iba a explotar y de nuevo quise llorar, ella esta enfrente de mi mirándome sin ninguna expresión en su rostro, no podía descifrarla, ella parecía tan fría y sin ninguna emoción. Eso me hizo sentir mas incómoda, se acercó a mí y mi cuerpo tembló pero me sorprendió que quitara las sogas de mis muñecas, las masajeo con mis manos me dolian un poco.

Ella se sienta en la silla que esta enfrente de mi mientras se cruza de brazos mirándome fijamente, me muerdo el labio tan fuerte que comienzo a sentir el sabor metálico de la sangre, mi cabeza maquinaba con rapidez determinando si golpearla y salir corriendo u obligarla a decirme que rayos estaba sucediendo y porque todo gira entorno a mí.

El Romance Prohibido Del Rey (Book#3).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora