Capitulo 20.

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Caleb

No se en que momento llegamos a mi cama, pero estábamos allí aun besándonos y es como si se tratara de un maldito sueño aunque uno demasiado increíble e iba a aprovecharlo al máximo, la escuche gemir cuando mordi su labio y acaricia su cadera con mi mano por debajo de su camisa, no iba a mentir que me excito escucharla soltar ese gemido de placer que había causado yo.

- Caleb...Caleb...Caleb, para ya. - Susurra Leah en contra mis labios y coloca sus pequeñas manos en mi pecho empujandome un poco.

No quería apartarme de ella, quería seguir besándola, tocándola y desnudarla. Pero sabía perfectamente que tenía que llevar las cosas con calma, no podía echar a perder esta oportunidad con Leah, así que la suelto con pesar haciendo una mueca de fastidio ruedo a un lado de la cama apoyando mi cabeza en el respaldo, ella se apoya con su codo en la cama mirándome con sus bellos ojos avellanas, estiro mi brazo y acaricio su cabello rubio, la escuchó suspirar.

- Amaba cuando tu cabello era negro ¿Por que te lo teñiste? - Frunciendo el ceño nunca había entendido porque lo hizo y cuando le preguntaba, ella me esquivaba.

- No quería parecer diferente, todos aquí son rubios y yo pelinegra. Todos me miraban raro más que todo en el colegio. - Su cuerpo se estremece por los recuerdos, la miro sorprendido porque nunca me di cuenta que Leah sufría en silencio por lo que la gente pudiera pensar de ella solo por su apariencia, había veces que la había triste al llegar del colegio pero nunca me moleste en averiguar que realmente le pasaba y ahora me sentía culpable.

- No tenia idea, Leah. Lo siento mucho. - Ella parpadea sorprendida porque me haya disculpado.

- ¿Por..Por que te disculpas?

- Por no darme cuenta de que te sentías intimidada por lo que todos decían de ti, si hubiera sabido eso antes, te fuera protegido más y a cualquiera que se haya atrevido a ofenderte le fuera hecho tragar sus palabras, eres una de las mujeres mas hermosas que conozco apartando a mamá y a Julie. Te amo por lo que eres Leah, no importa lo que el mundo pueda pensar de ti, si te amas a ti misma y tienes fe, todo estara bien y por eso me quedare a tu lado.

Los ojos de Leah se llenan de lágrimas y comienza a llorar, preocupado me acerco a ella para envolverla en mis brazos, besar su cabeza y frotar su espalda tratando de consolarla.

- No llores, Leah. Me duele a mi también verte tan rota ¿Por que no me lo dijiste? Sabes que pude ayudarte, soy tu hermano. - Planto un suave beso en su cuello mientras la escucho sollozar. - Por favor, mi amor.

Leah se aparta enseguida de mis brazos y seca sus lágrimas, sus manos y baja la cabeza avergonzada puedo notar un leve rubor en sus mejillas.

- ¿Que pasa? - Ella deja de llorar lo cual es un alivio pero aun seguía preocupado porque no quería mirarme. - Leah por favor mírame.

- Es que esto que esta pasando entre nosotros es demasiado, Caleb. Has dicho una gran verdad "eres mi hermano " somos familia de sangre, eres mi mellizo ¿Como puedo estar aquí en tu cama? ¿besandonos como si fuéramos novios? Has dicho que amas ¿cuando paso? Es que no entiendo, como puedes estar enamorado de tu propia hermana, es que es tan loco y prohibido en todos los aspecto, eres el Rey de una nación y no puedes tener relaciones con alguien de la familia real esta en las reglas. - Murmura nerviosa y asustada para luego morder su labio.

- Yo también estoy asustado con todo esto, ni siquiera se en que momento paso de que me enamore de ti pero lo estoy y es el sentimiento más hermoso que he tenido por alguien, Leah. Yo no puedo ver más como mi hermana cuando te deseo como la mujer que eres, quiero que seas mia en todas las maneras posible.

Sus pestañas están húmedas y sus ojos brillosos, esos jodidos labios, sus labios se ven tan rojos y deseables que no puedo resistir más así que me acercó a ella para besarla de nuevo, Leah deja que lo haga, la acuesto en la cama colocandome un poco sobre ella sin aplastarla.

Quería enseñarle que no estoy jugando que estoy enamorado de ella y mis sentimientos son reales, ambos tenemos miedo pero juntos saldremos adelante.

Jadea suavemente cuando acaricio su piel por debajo de su camisa subiéndola lento hasta que en un movimiento rápido la quito de su cuerpo, revelando su sostén de encaje negro, sentí una punzada en mi entrepierna, no queria hacer una estupidez.

Baje mis labios hasta su cuello dejando pequeños besos húmedos allí, hasta llegar al escote de sus pechos ¡jodida mierda! No mentiría sino dijera que sus pechos se ven perfectos, me gustaría tocarlos y besarlos pero no creo que a Leah le guste... Por ahora.

- No te escondas de mi.- Cuando intento cubrir sus pechos con sus brazos pero no la deje, bese uno de ellos por encima del sostén y ella jadeo con sorpresa. - Eres tan hermosa.

Ella gime al sentir mi erección rozarla cuando me moví enseguida se quiso apartar de mí y deje que lo hiciera, no quería que se sintiera más incomoda de lo que esta.

- Creo..Creo que debería irme a mi habitación. - Balbucea incorporándose en la cama, cepillando su cabello con sus dedos y su vista baja hasta mis bóxer y veo que se sonroja a un más, me muerdo el labio para no reírme me da ternura que sea tan inocente.- Hab sido muchos besos por hoy, además tengo mucho que pensar.

- Leah...- Tomándola del brazo antes de que se levantara. - Quedate conmigo esta noche, duerme aquí por favor.

- No lo se. - Dice con timidez tra.

- Te juro que no haremos nada, solo dormir, tengo mucho que hacer mañana por lo de Tobías.

- Esta bien, entonces me quedo - Sonríe y vuelve acostarse a mi lado, iba a colocarse la camisa pero no se lo permití. - Estas pervertido hoy. - Dice bromeando, la abrazo fuerte sintiendo su increíble olor y el calor de su cuerpo junto al mió, amaba dormir con Leah.

- Es que así es mucho mas cómodo, cariño. Me gusta sentir tu piel contra al mio - Ella se da la vuelta quedando de espaldas y le doy un beso detrás de su cuello.

- Me gusta que me digas cariño.

- Tendrás que acostumbrarte porque de ahora en adelante te diré muchas palabras cariñosas y te tratare como una princesa, mas de lo que eres. - La escucho soltar una risita y luego bosteza- Buenas noches, nena. Descansa.

- Te quiero Caleb.

El Romance Prohibido Del Rey (Book#3).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora