Capítulo 23.

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Caleb

Llegue al colegio de mi hermano Tobías, tenía que arreglar esa situación y poder sacarlo de la carcel pero tenía que ir hasta la raíz del problema y se encontraba en este colegio.

No solo tenia que lidiar con lo de Tobías sino también con el tal Frank que no solo amenazaba a mi y sino también a mi hermana, tenia que averiguar sobre Belén Wesley y porque quiere que la libere de la prisión.

Mi guardaespaldas me abrió la puerta y entre al colegio ante la mirada atónita de algunas personas, trate de ignorarlos mientras caminaba por el pasillo y llegaba a la oficina del director.

Luego de entrar, el director me expreso su solidaridad diciendo que no creía en absoluto las acusiones contra de mi hermano.

— Seguro todo se trata de un malentendido, el príncipe Tobías es buen chico no lo veo metido en asuntos de drogas, Majestad.

— Lo se pero estoy haciendo todo lo posible para sacarlo de la correccional por eso he venido aquí.

— ¿De que se trata? — Pregunta con curiosidad.

— Es un asunto que me gustaría tratar con Ron ¿Èl vino hoy?

— Si, Ronald? — Asiento haciendo una mueca desagrado al escuchar el nombre completo de ese imbecil — Ya se lo hago llamar.

Unos minutos después entra Ron con cara de malhumorado, es alto, musculoso y tiene un aspecto de criminal.

— Lo que le han dicho, yo no lo hice. — Dice poniendo una cara idiota y haciéndose el inocente pero yo sabia que eran puras mentiras.

— No es por eso que te he llamado, es que su Majestad quiere hablar contigo, los dejare solos entonces. — Dice el director cerrando la puerta detrás de él.

Ronald me miro confundido y frunciendo los labios, yo tenía ganas de golpearlo con fuerza hasta que me dijera la verdad de que él le monto una trampa a mi hermano pero me controle solo me le quede mirando con rabia mientras él se cruza de brazos para luego poner una sonrisa burlona, cabrón.

— ¿A que se debe la gran visita de su alteza real? ¿Por que quiere hablar conmigo? Debería estar tratando de sacar a su hermano de la cárcel. —  Sin dejar de sonreír.

— Tu y yo sabemos que fuiste el culpable de todo, a mi no me engañas hijo de puta pero tu vas a pagar lo que hiciste, te lo juro que lo harás. — Digo furioso pero él solo se ríe de mi y fue lo que colmo mi paciencia.

— No se que mierda estas hablando, no tengo nada que ver con Tobías.

— Claro que si, le tendiste una trampa a él amenanzandolo con lastimar a Jeannette pero no descansare hasta que seas tú quien estes detrás de las rejas.

— ¿Me crees idiota? Seguro tienes algún audífono encima pero no te diré nada porque soy inocente, no tengo nada que ver con asuntos drogas, buscate a otro culpable.

— Yo se que el único culpable eres tú y pagaras por ello, idiota. — Lo agarre del cuello de su camisa y pegándolo contra de la pared, su cabeza golpeo en ella y chillo de dolor. — Esto no se va a acabar, entiendes? Dejaras a Tobías y a su novia en paz.

— Podrás ser el Rey pero eso no quiere decir que trates a todos como basura, así que quita tus sucias manos de mí.

Me empuja haciendo que lo suelte entonces me alejo de él mirándolo con asco.

— Tienes razón no vale la pena pelear contigo, pero esto no se va a quedar así. Yo se la clase de rata que eres, Ronald.

Paso por su lado golpeando su hombro y respiro profundo por la adrelina que pasa por mi culpa tuve que controlarme bastante para no golpearlo porque falta no me hacía.

El Romance Prohibido Del Rey (Book#3).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora