Caleb.
La jale del brazo y ella cayo encima de mi, comencé hacerle cosquillas, me gustaba mucho su risa, es mejor que escuchar una canción, quería a mi hermana, somos realmente unidos y mi deber es cuidarla ya que es la pequeña aunque tengamos la misma edad y no importaba.
Bese su cuello y sus mejillas repetidamente mientras sigue riendo mientras trataba de escapar de mi pero mas fuerte la envuelvo en mis brazos.
— ¡Por favor Caleb! — Ella grita aun riendo— Detente estas peinándome el cabello, además estas todo desnudo ¡Para de una vez!
— No, pequeña bandida. No voy a parar, no estoy desnudo y tu fuiste la que viniste aquí a fastidiar.
— Ya te dije que tenemos que ir a clases ¿Lo olvidaste? — Dice mirándome con una ceja arqueada.
— Oh mierda— Golpeo mi fuerte con la mano.— Lo había olvidado, Leah. Lo siento, anoche tuve una reunión con papá y otros empresarios, no he dormido nada. — Digo bostezando largamente, quería seguir durmiendo.
— Aw pobre mi hermanito. — Ella alborotado mi cabello casi rubio con su mano mientras ríe — Si estas cansado entonces quedate aquí y descansa, no quiero que luego parezcas un zombie ahora eres Rey y tienes que cuidarte más, yo podré ir sola hoy a la universidad.
— ¿Estas loca? — Frunzo el ceño y la miro muy serio — Y ¿Dejarte con esos tipos? Que seguro van a estar de pervertidos detrás de ti? Iré contigo, no importa sino duermo ahora, lo haré después.
— Por dios Caleb ¿Por que eres tan exagerado? — Pone los ojos en blanco e iba a levantarse pero hago con su cuerpo quede debajo del mío y ella me mira sorprendida.
— Soy tu hermano y no pienso dejar que nadie se aproveche de ti ¿Lo entiendes? Eres una princesa, Leah ¿Sabes cuantos chicos intentaran sacar provecho de eso? Antes que eso ocurra, los mato a todos. Voy a cuidarte con mi vida y ¿Sabes por que? — Murmuro tan cerca de su rostro que siento su cálida respiración y nuestros latidos sincronizados.
Ella niega con la cabeza con las mejillas sonrojadas.
— ¿Por que? — Susurra débilmente.
— Porque te amo, Leah. Eres mi melliza, eres una parte de mi, pequeña bandida. — Me inclino para darle un beso en la mejilla.
Después de darle el beso nuestras miradas se encuentran, no se cuanto estuvimos así pero tenerla tan cerca de mí, me acelero el pulso mas de lo normal, Leah tenia unos preciosos ojos avellanas que siempre me han gustado pero hoy se veían mas increíble que otros días tenían un brillo que no había visto nunca.
— Eres hermosa. — Ni siquiera se porque lo dije en voz alta, es bastante raro que ya estemos esta situación, es mi hermana así que no te confundas Caleb.
— Gracias ¿Podrías levantarte? Estas aplastándome. — Dice tratando de bromear pero se que esta nerviosa por lo que acaba de pasar.
Rápidamente me levanto y ella sale debajo de mi para colocarse de pie y arregla su uniforme con sus manos.
Cojo mi pantalón que tengo cerca de la silla, ya que no quería seguir incomodandola por estar semi desnudo.
— Voy arreglarme, baja a desayunar nos iremos juntos.
— Eres igual de terco que papá. — Dice cruzándose de brazos mientras hace una mueca.
— ¡Hey! No utilices las palabras de mamá en mi contra— Le advierto señalándola con el dedo.
— Lo que sea, pequeño idiota.
Antes de que pudiera replicar, ella ya había salido de mi habitación tenía mucha suerte que la quisiera sino la fuera sentado encima de mis piernas para darle un par de nalgadas.
Luego de cepillarme, bañarme y vestirme con el estúpido uniforme de la universidad ya estaba listo para ir junto con mi hermana; en realidad hacia todo esto por ella porque fácilmente pude haberme negado ir a estudiar pero no quería dejarla sola sabía perfectamente que Leah tenía problemas para adaptarse aun nuevo lugar y conseguir amigos. Me prometí que este año iba a ayudarla y que pudiera sentirse cómoda.
Baje desayunar junto a mi familia mientras por la casa los sirvientes me decían “Buenos días majestad” Aun no me acostumbraba a que me llamarán así es raro.
Cuando llego al comedor ahí estaba mi papá, mamá, Julie, Tobías y mi melliza.
Me siento junto a mi hermano menor quien me saluda juntando nuestros puños.
— Buenos días familia. — Digo mientras le doy un mordisco a un trozo de pan.
— Buenos días cariño ¿Listos para el primer día? — Dice mi bella madre mirándonos a mi y a Leah.
— Si listos— Dijo al mismo tiempo, a veces hacíamos esos. Creo que es cosa de gemelos, es muy chistoso a Leah le molestaba.
— Les deseo mucha suerte chicos, Caleb cuida a tu hermana — Dice mi padre mirando con severidad, Leah simplemente pone los ojos en blanco claramente irritada y continúa comiendo.
•
Nos despedimos de todos y subimos a un bentley negro que nos esperaba afuera del castillo para llevarnos al instituto mientras íbamos en camino, mire de reojo a Leah estaba entretenida con su celular como si quiera a toda costa ignorarme.
Baje mi vista hasta sus piernas descubiertas y trague saliva ¿Por que tenia usar esas jodidas faldas? pienso molesto, eran una distracción.
— Esa falda es muy corta, Leah. Deberías bajarle más el ruedo ¿No crees?
— No comiences con esa estupidez por favor. — Bufea enojada conmigo.
Unos minutos después llegamos a la universidad, al ver la caravana de autos, todos se nos quedaban viendo. Aun a estas alturas es incomodo toda esta atención pero es así cuando tu familia es poderosa y dueña de todo.
Los chicos me odiaban por ser príncipe, ya que conseguía a todas las chicas y ahora que soy Rey seguro me iban a detestar mucho más.
El guardaespaldas le abre la puerta a Leah pero antes de que pudiera bajarse la tomo del brazo.
— Hablo en serio.
— ¿Por que te haría caso?
— Porque soy el Rey. — Con una pizca de arrogancia.
— Wow bajale a tu ego y vete a la mierda Rey de Villa Hermosa— Se burla pero sus ojos chispean de rabia— Controlarás la vida de este gente pero no la mía.
Sale enojada del auto, cerrando la puerta con fuerza, cierro los ojos apoyando mi cabeza en el respaldo del asiento.
Creo que la he jodido.
La foto del multimedia es Caleb.
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El Romance Prohibido Del Rey (Book#3).
RomanceLa tercera parte de la saga de la familia real Bomer. CALEB BOMER Y LEAH BOMER