Leah
Desperté sintiéndome cómoda pero a la vez acalorada, un brazo aprisionaba mi estómago dejándome sin escape, una pierna metida entre las mías y un aliento cálido detrás de mi cuello que me causa un cosquilleo, no puedo evitar reír cuando un resoplido de parte de Caleb llega a mi nuca, trato de no moverme no quiero que despierte, él no ha estado durmiendo mucho desde su coronación, siempre estaba agotado era mucho responsabilidad para un adolescente de 18 años.
Ahora tenía ganas de hacer pis de repente, maldije en voz baja. Con mucho cuidado comencé a retirar su brazo pero él se muevo y gruño en mi oído apretando más a su cuerpo, volví a maldecir al darme cuenta que lo había despertado.
— ¿Leah? ¿Estas despierta? — Su voz ronca me causa una sensación de cosquilleo en mi estómago.
— Buenos días Caleb. — Murmuro para darme la vuelta, me quede embelesada con lo bello que es y esos ojos claros son tan impresionantes tan parecidos a los de nuestro papá.
— Buenos días nena. — Iba a darme un beso pero enseguida brinque fuera de la cama, aun estaba confundida con todo lo que paso anoche con Caleb, nos habíamos besado cuando eramos hermanos, nos criamos juntos y ¿Como es posible que pronto me ame de manera diferente? Aun yo lo veía como mi hermano pero no niego que cuando me beso, me había gustado, no sabia explicar lo que sentí.
Fui al baño para hacer pis, dejando a Caleb confundido cuando salí del baño, él estaba acostado con su brazo encima de su rostro, al sentirme en la habitación volteo a mirarme y su ceño se fruncio.
— ¿Que pasa, Leah? — Me pregunta preocupado.
— Nada — Sonrió para tranquilizarlo. — Solo tenia urgencia de ir al baño.
Él suelta una carcajada que me hace reír también, su risa es tan contagiosa, la amo.
— Ven aquí. — Le da un par de palmadas a la cama, me acerco algo tímida y no es para menos solo estaba con una camiseta que encontré de Caleb. Sus ojos bajaron y subieron por mi cuerpo, se me hizo sonrojar pero accedí a sentarme a su lado, su mano fue a parar a mi pierna acariciándola suavemente y me tense. — Acercate un poco, no muerdo. — Dice bromeando pero estoy tan nerviosa que ni digo ni hago nada.
Caleb suspira largamente al darse cuenta que no hago lo que pide entonces me jala del brazo para lanzarme encima de su cuerpo sin dejarme reaccionar entonces me besa suavemente en los labios pero cuando trata de profundizarlo me separo de él y esconde mi cabeza en su cuello y me da otro beso pero en mi hombro.
— No sabes lo feliz que estoy de que estés aquí, eres mi teroso mas preciado Leah. Se que aun tienes tus dudas pero tenemos tiempo para aclararlas todas, aun nos queda una vida por delante juntos, tu y yo. — Apoyo mi cabeza en su pecho poco después para mirarlo y él pasa un mechón de mi cabello detras de mi oreja. — Nunca me cansare de decirte lo hermosa que eres.
— Basta, Caleb. — Digo sonriendo siento mis mejillas arder, a veces se me es difícil creer cuando la gente dice que soy bonita, si miran a mi hermana Julieta, ella si es hermosa, nunca podre compararme con ella en ningún sentido y eso ponía mi autoestima por el piso e igual que Lisa, esa chica lo tenia todo y mi hermano por algo se había fijado en ella cuando la conocio ¿Como competía con eso? — No lo soy.
— ¿Por que no te gusta recibir cumplidos? — Dice un poco molesto y yo me encojo de hombros. — Creeme cuando te digo que lo eres, Leah. No solo por fuera sino también por tu forma de ser, eres unica.
— Eso fue realmente lindo, Caleb. — Sonrió como enamorada por sus palabras, me había subido un poco el autoestima y se lo agradecía.
— Ya se que soy lindo sobretodo sexy — Dice con arrogancia y yo lo golpeo en el pecho no muy fuerte, ambos nos reímos poco después.
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El Romance Prohibido Del Rey (Book#3).
RomanceLa tercera parte de la saga de la familia real Bomer. CALEB BOMER Y LEAH BOMER