Sé que me demoré en seguir con esta historia, pero bueno... me estaba tomando un descanso después de terminar con Cam. Necesitaba salirme de su mundo y meterme en este de nuevo. En fin, ya estoy de vuelta xDD Espero les guste el cap. no es muy largo, pero ya saben... es la etapa de presentaciones y eso :D
Capítulo III: Mala mentirosa
De no ser porque Neil apestaba como paciente, todo el asunto de ser una buena samaritana habría acabado ni bien puse un dedo sobre su piel caliente. Pero voy a pensar que Dios o algún ente superior más allá del universo conocido —desconocido para mí—, todavía creía en la redención de mi alma; porque ni bien lo toqué, el objeto de mi posible recaída comenzó a roncar. Cabía la posibilidad de que estuviese muy cansado, cabía la posibilidad de que sólo se hubiese dejado anestesiar por el efecto "masajes" —algo en lo que parecían caer el 90% de mis pacientes, por cierto—, o cabía lo posibilidad de que simplemente se hubiese aburrido de estar bajo mis manos, ¿acaso no había dicho antes que tenía ganas de una siesta? En fin, fuese una u otra la razón, mientras presionaba sus tensos músculos no pude dejar de pensar que esto debía de ser una señal. Una bastante clara, si me permiten el atrevimiento de especular sobre los modos místicos de comunicación.
Es decir, si Neil no hubiera caído en coma —lo cual parecía que había ocurrido, por lo rápido que se durmió— la conclusión más obvia hubiese sido que en cierto punto del masaje, lo volteara de forma insinuante y le ronroneara algunas palabras al oído para invitarlo a jugar con la Sussy irresponsable. Aquella que con los años se había ganado a fuerza de pulso, su título de ninfómana. No que en verdad lo fuera, dicho sea de paso, pero mi hermano me había colocado el apodo a mis dieciséis o diecisiete años, y en la familia parecía ya como uno de esos chistes recurrentes. Ya saben, las típicas tonterías que se cuentan en cada reunión, como para rememorar aquellas viejas rencillas entre hermanos. Normalmente éstas siempre corrían más entorno a Lucas y a mí, porque Sam era demasiado tímida para ser objeto de burla de nadie, y Lara era demasiado intimidante como para intentar molestarla y no salir gravemente lastimado en el proceso. Pero con mi hermano era distinto, yo le decía niño autista, él me decía zorra ninfómana y así nos queríamos nosotros.
Sacudí la cabeza, sacando esos recuerdos de mi mente. Y terminé por presionar por última vez a Neil, antes de deslizarme lejos de su cuerpo. Él obviamente no se dio ni por enterado del final de la sesión, así que lo dejé relajarse un rato en mi cama. Estaba acostumbrada a que la gente se durmiera en medio de mi trabajo, por lo que muchas veces los dejaba solos para permitirles un tiempo de reencuentro con su cuerpo. De nada valía llevarlos hasta ese punto de relajación, para luego sacarlos abruptamente de ellos con un "despierta, holgazán". Y aunque ganas no me faltaban con este holgazán en particular, opté por ser profesional y le eché una manta sobre el torso, para que no se enfriara y sólo empeorara su condición. Una vez feliz con mi decisión súper madura, miré al cielo para asegurarme de que no fuese pasado por alto mi comportamiento, y luego me dirigí al cuarto de baño.
Por mucho que me hubiese abstraído trabajando en la espalda de Neil y observando sus tatuajes, no iba a dejarme distraer del objetivo real por el que estaba en Portland. Esto era más que sólo estar allí para reforzar mi título de ninfómana, en realidad estaba allí para demostrar que podía ser algo más que eso. Es decir, ¡joder! Si mi hermano el autista —no crean que veo el autismo como algo malo o negativo, pero les juro que hubo una ocasión en que realmente tuve la sospecha de que Lucas lo fuera— era capaz de tener una relación normal y establecerse casi por completo con su novia, yo malditamente era capaz de dejar mi vida licenciosa y ser una madre respetable. Pero no se confundan, esto no es porque se tratara de una competencia entre hermanos, no quería hijos sólo porque mi hermanita menor acababa de tener uno y tampoco quería involucrarme con alguien, sólo porque Lucas al parecer era más socialmente capaz que yo de hacerlo. ¡No! Yo quería esto porque toda mi vida lo quise.
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Lista del Padre Perfecto. (Libro 3)
RomanceTodo empezó con el nacimiento de mi sobrino, antes de eso yo estaba bien. Es decir, no excelente, pero razonablemente bien. Pero entonces llegó él con sus ademanes de chico bueno, su carita de ángel, sus chupetas, sus sonrisas enigmáticas, sus ojos...