Bueno, a ver... me tomé dos madrugadas para escribir este cap. Así que espero que me haya salido decente. Sobre el capítulo en sí sólo les voy a decir que tengan la mente abierta, ¿ok? Antes de apuntar con el dedo alguien, piensen que todos tenemos motivos distintos para hacer tal o cual cosa ;) En fin, espero les guste, no tardé nada esta vez.
Capítulo XI: Tradición vs novedad
Neil
Su boca estaba completamente entregada al beso, por eso cuando la sentí lo bastante osada como para jugar con mi barra en la lengua, supe que no íbamos a dilatar el asunto ni un segundo más. Y por mí eso no podría estar mejor que bien.
—Podemos ir a la camioneta —ofrecí, tratando de recordar que no había razones para parecer un adolescente cachondo, metiéndole mano a su novia por primera vez antes de que llegaran sus padres del trabajo. Éramos adultos por Dios, y esa tumbona por muy cómoda que se sintiera, no era una jodida cama donde un adulto que se precie de serlo le metería mano a una mujer como Sussy. Y yo había planeado algo más horizontal para este momento, porque sí, había planeado que este momento llegaría.
—No —respondió, frotándose convenientemente contra mi erección. Bien, infiernos, sería allí entonces. Después de todo la tumbona tenía sus ventajas.
—Muy bien. —Metí una de mis manos bajo su falda, sintiéndome con las ansias de un explorador dejado en una isla completamente virgen. Fui subiendo por la cara interna de su muslo, descubriendo palmo a palmo cada centímetro de piel suave, tersa y caliente, hasta toparme con la frontera de sus bragas.
Encaje, esta mujer iba a matarme.
Le di un leve jaloncito al elástico, arrastrando el delicado material dentro de mi puño hasta que fui correctamente recompensado con el sonido de la tela rompiéndose. Sussy se apartó de mi boca en un exabrupto, sosteniéndose de mis hombros para darme una mirada entre molesta y encendida.
—Vas a comprar otras.
—Diez más —bromeé, a tiempo que terminaba de deslizar los retazos de tela lejos de su cuerpo. Ahora sí estábamos dentro del negocio, señores, no había cosa más sexy que una mujer vestida pero sin bragas.
Ella siguió con la mirada el recorrido de su ropa interior, antes de bajar sus ojos hacia el centro de ambos donde mis pantalones parecían cada vez más apretados.
—¿Quieres que me haga cargo de eso?
Sin duda ella iba a tener que hacerse cargo de ello, porque no había una posibilidad en el cielo que yo regresara a casa de ese modo. Pero antes, tal vez, valdría la pena dejar unos puntos claros. La levanté del trasero lo suficiente como para liberar mi cuerpo de su peso y arrastrarme hasta el respaldo de la tumbona, entonces la dejé sentarse en mis piernas en toda su gloria de muslos abiertos.
—Adelante.
Sussy mordió suavemente su labio inferior, para luego colocar una de sus manos en el respaldo junto a mi cabeza y ayudarse a incorporarse casi por completo. Su cuerpo quedó suspendido sobre el mío, mientras bajaba su mano libre y con movimientos seguros jalaba los tres botones que cerraban mis jeans. Un solo segundo después, ella tiró de mis bóxers liberándome a su exploración y justo cuando creí que iba a seguir de largo como si nada, se detuvo dejando ir un leve silbido entre dientes. ¿Una exhalación, quizá? Una extraña expresión cruzó por su rostro, a tiempo que apartaba sus curiosos ojos de mi entrepierna y los posaba en mí. La pregunta prácticamente podía verse escrita en su mirada, la tomé de la barbilla para plantarle un rápido beso en los labios.
—¿Pasa algo? —Tuve que hacer un pequeño esfuerzo por no reír o venirme allí mismo, ella podía lograrlo con ese brillo hambriento con que me devolvió el escrutinio.
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Lista del Padre Perfecto. (Libro 3)
RomanceTodo empezó con el nacimiento de mi sobrino, antes de eso yo estaba bien. Es decir, no excelente, pero razonablemente bien. Pero entonces llegó él con sus ademanes de chico bueno, su carita de ángel, sus chupetas, sus sonrisas enigmáticas, sus ojos...