Parte 31

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Cuándo llegue a casa ya no había nadie, solo había una nota sobre el comedor que me avisaba sobre el desayuno en el refrigerador, no tenía apetito así que lo deje en el mismo lugar. Solo llegué a cambiarme de ropa y salí en dirección a mi trabajo.
Cuando llegue mi madre estaba haciendo lo que a mí me correspondía, en cuánto me miró me entregó el delantal y dejó un beso en mi mejilla, no tuvo oportunidad de preguntar nada por la cantidad de gente que había por atender, Acacia entró a tropezones y con el cabello desordenado.
Acacia: lo siento por llegar tarde, me dormí un rato pero parece ser que no escuché la alarma.- le sonreí y me dispuse a atender a los clientes. No me sentía concentrada, mi mente vagaba mucho en aquellas palabras que Oliver me había dicho, me daba asco recordar lo que había sucedido, me sentía sucia por dentro y por fuera.
Atendí unas cuantas mesas y mi madre me llamó para hablar conmigo, dejé las cartas sobre el mostrador y me dirigí a dónde ella se encontraba.
Priscila: aproveche ahora que el trabajo se calmó un poco.- acarició mis hombros.- ¿sucede algo?, cuándo llegaste pude ver qué habías llorado, además de que te ves distraída, cómo sí algo estuviese pasando.
Aitana: no, mamá, es tu imaginación.- reí y evadí su mirada.- es sólo que me dormí muy tarde ayer con Acacia, además de que bebí un poco más de lo permitido y tengo un ligero dolor de cabeza, es todo, se debe a la resaca.
Priscila: uhm, ya veo.- hizo una mueca acomodando un mechón rebelde que se desprendió de mi cabello recogido.- entonces tú y Acacia vayanse a descansar, cómo castigo tendrán que trabajar en su día de descanso, así que no trates de evitarlo, deja el delantal ahí y vete a casa con tu mejor amiga.
Aitana: estoy bien, trabajar me ayuda a distraerme.- le sonreí y ella negó enseguida.
Priscila: te he dicho que te vayas a casa, hoy contraté a más personal así que no tienes que preocuparte por el trabajo pendiente, ve a casa, come algo rico y duerme lo que reste del día, le diré a tu padre que trabajaste muy duro y te dejé ir antes a casa.
Aitana: de acuerdo, mamá.- ella me besó la frente y me sonrió.- sí necesitas ayuda con algo, dime, vendré más rápido que un correcaminos.
Priscila: por supuesto, lo haré, vayan con cuidado.- asentí, salí de la cocina y le hice una señal a Acacia para que me acompañará.
Acacia: ¿qué pasa? ¿por qué te ves tan demacrada?- negué evadiendo el tema de conversación.
Aitana: mamá nos dió permiso de irnos antes a casa, creo que nuestro aspecto de zombies no ayuda mucho con la imagen del restaurante.- ella se burló y yo intenté hacer lo mismo, se quitó el delantal y lo colgó sobre un gancho, después tomó su bolso para salir de ahí tomando mi brazo.
El clima era cálido pero por razones obvias lo sentía molesto, el sol me fastidiaba y la multitud en las calles me estresaba.
Acacia: ayer quedé muerta y ni siquiera me di cuenta.- burló.- lo último que recuerdo fue haberle dado un beso a Axel cuándo nos hicieron un círculo, después él me despertaba con desesperación diciendo que teníamos que irnos cuánto antes porque tenía una cita en el médico, pero todo fue uns alucinación.- estaba feliz, podía sentirlo en su tono de voz.- ¿te fuiste por la noche? al despertar ya no te miré y tampoco pude preguntarle a Oliver ya que estaba dormido, no me gusta entrar a su habitación sin avisar.
Aitana: sí...me fui por la noche.- mentí claramente, no quería que me hiciera preguntas que no me animaría a responder.- te ví descansando tan cómodamente que lo último que quería era molestarte, además congeniaste muy bien con Axel.
Acacia: siempre nos hemos llevado bien, claro, a escondidas de mi primo.- suspiró.- nunca le ha gustado que me relacione con sus amigos o socios, por lo tanto, algunas veces nos quedamos platicando hasta que el sol se asoma, hemos salido a tomar café y algunas veces nos escapamos a bailar.
Aitana: me dí cuenta que entre ustedes hay una química muy fuerte, ¿nunca han intentado nada?- ella se recargó en mi hombro mientras caminábamos a la parada de taxis.
Acacia: nunca, aunque creo que está de más decirte que ese chico me gusta.- suspiro.- pero no creo que se pueda lograr nada, es el mejor amigo de Oliver, le prometí que jamás me metería con uno de ellos.- al parecer recordó algo ya que comenzó a reír con picardía.- aunque nos hemos besado un par de veces, sobretodo cuándo traemos tragos encima, nos hemos toqueteado también pero nada pasa de eso.
Aitana: bueno, yo creo que ustedes harían una muy bonita pareja.- se levantó de mi hombro y me miró con ilusión.- lo digo en serio, se complementan muy bien, ambos viven el momento y no le tienen miedo a nada, claro que eso fue lo que ví ayer, capaz solo fue momentáneo así que desmienteme.
Acacia: pues tienes razón, él es un chico muy extrovertido, no le tiene miedo a nada y le encanta descubrir cosas nuevas.- suspiró sin dejar de sonreír.- nos parecemos pero a la vez somos totalmente diferentes, no sé si me puedas entender.- me encogí de hombros.- por cierto, Dylan me llamó hoy por la mañana preguntándome por ti, estaba muy nervioso, le dije que ya estabas en casa y creo que se quedó un poco tranquilo, también menciono que te había llamado desde muy temprano pero que no respondiste ni sus llamadas ni sus mensajes.
Aitana: uhm, que raro, no escuché mi celular.- comencé a buscarlo en el bolsillo de mi pantalón pero no estaba, también en mi bolso y no había absolutamente nada, trate de hacer memoria para saber si de casualidad lo deje en mi casa, pero no, lo último que recuerdo fue cuándo se me cayó en el césped al momento de caer a la piscina. Mierda.
Aitana: creo que olvidé mi celular en casa de tu primo...
Acacia: si quieres podemos ir por el antes de ir a descansar.- negué rápidamente y ella me miró extraño.- ¿por qué no?
Aitana: mejor ve tú por él, ¿sí?, es que necesito ir a descansar porque mis párpados me pesan.- parece que no la convencí.- por favor.
Acacia: de acuerdo, te lo llevaré a tu casa cuándo lo tenga en mis manos.- asentí y recargue mi cabeza en su hombro.

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