Capítulo 69

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El ambiente en el lugar estaba bastante tranquilo, había música suave que no tenía intenciones de poner a bailar a nadie, Dylan iba a la mesa de postres y traía algunos bombones para darme cómo sí yo fuese una niña pequeña y después se ponía a platicar de las cosas de la vida que él aún no comprendía, Oliver estaba sentado junto a Camila, mientras se tomaba una copa con un líquido amarillento, eso me causó celos tengo que admitirlo.
Noté cómo una pareja se acercaba a él y este simplemente ponía los ojos en blanco, al final los reconocí, eran sus padres, estos comenzaron a hacer ademanes con las manos, además de que junto a ellos estaba Camila, llevaba puesto un vestido largo bastante bonito y su cabello caía en ondas sobre su pequeña espalda, también llevaba una copa entre las manos.
Algo malo tuvieron que haber dicho ya que Oliver se puso de pie derramando el líquido sobre la mesa pero sin hacer un escándalo, Camila lo tomó del hombro diciéndole algo que claramente no podía entender, era demasiado cuidadosa con él, se acercó a sus padres y mientras los señalaba con su dedo índice les dijo algo con la mandíbula tensa, luego entró a la casa.
Aitana: iré al baño ¿de acuerdo?- Dylan asintió mientras trataba de separar el chocolate de una almendra. Me puse de pie dejando mi bolso sobre la mesa y después entré a la casa, la puerta principal estaba un poco abierta así que deduje que estaría afuera, la abrí con sumo cuidado y pude ver su espalda ancha y su cabeza dirigida al cielo, además de que expulsaba humo y su mano sostenía un cigarrillo recién encendido.
Aitana: hola...- sé que mi voz sonó insegura y temblorosa, pero no tenía razones para no sentirme así.- no creas que te seguí...es mera coincidencia.
Oliver: entonces quédate, yo entraré.- sentí nuevamente ese nudo fastidioso en la garganta, él se dió media vuelta pero lo tomé de la mano, el haber tocado su piel me dió escalofríos, incluso me detuve a acariciar su mano con mi pulgar, él se sacó de mi agarre y me miró fijamente, tan fijo que sentía que mis piernas temblaban.- ¿qué es lo que quieres?, mi noche ya está yendo para la mierda, no lo arruines más.
Aitana: no quiero hacerlo, Oliver.- sus palabras me herían y sé que él podía notarlo.- me gustaría hablar contigo sobre lo que sucedió.
Oliver: anteriormente te dije que no quería escucharte, ¿qué te hace pensar que eso ha cambiado?- suspiré y baje mi mirada al suelo, sentía la necesidad de pellizcarme al costado de mis uñas.- olvida ya lo que sucedió entre nosotros, y olvídame también a mí, imagina que nunca nos conocimos ¿de acuerdo?
Aitana: no me hagas pensar que lo que mi padre me dijo es cierto, Oliver.- él me miró fijamente y tensó su mandíbula.- quiero explicarte la razón del porque lo hice.
Oliver: no me interesan tus razones, Aitana, solo quiero estar tranquilo...te estoy pidiendo que no me busques más.- sentí cómo sí me hubiese dado un golpe en el estómago, quería evitar llorar frente a él pero claramente me fue imposible, las palabras de mi padre resonaban en mi cabeza como si se tratara de un disco rayado.
Aitana: mi padre tenía razón entonces, tú solo me querías para una sola cosa y cuándo conseguiste satisfacer tus deseos, luchar por lo nuestro ya no fue necesario, es por eso que ahora no quieres ni siquiera escucharme...ni siquiera me dejas disculparme por lo que hice, tú simplemente me borras de tu vida como sí nunca hubieses sentido absolutamente nada por mí.- sentía que me ahogaba en el llanto, ni siquiera el viento que hacía podía secar mis lágrimas.
Oliver: te equivocas, Aitana, tú la cagaste y tienes que asumir tus putos errores.- me apuntó con su dedo índice, sentía que incluso me odiaba.- dejarte ir en ese momento también fue un acto de amor, ¿sabes siquiera lo mucho que me dolió?- burló irónico y después limpió la comisura de sus labios.- no, por supuesto que no lo sabes, siempre estás pensando en ti, en lo que tú sientes, eres una maldita egoísta, estaba dispuesto a luchar por ti a cada puto segundo sin importar nada, y tú no fuiste capaz de enfrentar a tu padre, eso significa que no me amaste tanto cómo para correr el riesgo.- los pasos de alguien captó por completo la atención de Oliver, me giré para limpiar mis lágrimas, era Camila.
Camila: lo siento si soy inoportuna...- tomé un poco de aire y apreté mis ojos tratando de borrar cada rastro de llanto.- me enviaron a buscar a los que faltaban en la cena, ya se anunciará la noticia, ¿vienen?
Aitana: claro, gracias Camila.- le sonreí y después pase entre ellos dándole un golpe con el hombro a Oliver, sentía que el mundo se hacía cada vez más pequeño y que estaba a nada de aplastarme, me encontré con Dylan cuándo este se dirigía a buscarme, me tomó del mentón mirándome directamente y me abrazó con fuerza dándome un beso en la frente.
Dylan: ven, vamos a sentarnos.- asentí, me tomó por los hombros y camine a su lado hasta que llegamos a la mesa, él apartó la silla para que pudiera sentarme y después se sentó él. La gente comenzó a tomar sus respectivos lugares mientras que una persona se encargaba de entregar las copas llenas de lo que parecía ser vino.
En la mesa grande estaba Acacia junto a sus padres y su pequeño hermano que descansaba en el portabebé, Axel se encontraba a un costado, quizás anunciarían su noviazgo, aunque al estar Axel presente ya era mucho que decir.
Maggie: buenas noches a todos.- la madre de Acacia sonrió mostrando sus brillantes dientes.- primero que nada nos gustaría agradecerles por estar presentes esta noche, la primera de varias, no queremos hacer larga esta noticia ya que estamos más que emocionados por ya decirla.- miró al padre de Acacia y él asintió apretando la copa entre sus manos.
Raúl: cómo todos saben, mis hijos y mi esposa son lo que más amo en el mundo.- los miró sintiéndose orgulloso, sentí inmensas ganas de llorar al recordar mi situación actual con mi padre.- por el momento mi pequeño Julián aún no se da cuenta de mi apoyo hacia él y su crecimiento, por ahora me voy a dirigir a mi pequeña ya no tan pequeña, Acacia, ella sabe que mi apoyo siempre será incondicional, buscaré la manera de aconsejarla correctamente sin que haya algún daño de por medio, ya sea emocional, físico o psicológico, siempre trataré de ver por su bienestar.- miró nuevamente a todos los demás, su voz temblaba.- hace mucho tiempo conoció a una persona, Axel, al principio he de admitir que no me gustó por su egocentrismo, al final terminó ganándose mi confianza y también me ganó a mi hija.- todos se rieron haciendo un gesto de ternura.- hoy para mí es un placer informarles y decirle a él...que sí, que puede tomar la mano de mi hija y ponerle ese anillo de compromiso.- todos parecían sorprendidos por la noticia, yo también, Axel le sonrió a los padres de Acacia y se acercó a ella con el micrófono en sus manos.
Axel: aún no nos casamos pero.- tomó la mano izquierda de Acacia y lentamente colocó el anillo.- desde ya, te prometo serte fiel, incluso en mi despedida de novio.- Acacia se sonrojó y algunas lágrimas brotaron de sus ojos, le dió un beso en los labios y después lo abrazó, las personas los acompañaron con una ronda de aplausos y después sus padres levantaron las copas e invitaron a los demás a hacerlo también. La bebí en un instante tratando de que ese líquido deshiciera el nudo necio de mi garganta.
Acacia dejó a sus padres y caminó hasta mí con sus brazos extendidos, me dió un abrazo que de verdad necesitaba pero que ella claramente no lo sabía, comencé a llorar como una niña pequeña.
Acacia: no, ¿por qué lloras?, me harás llorar a mi también.- me tomó de las mejillas limpiando mis lágrimas e hizo un puchero.
Aitana: no, son lágrimas de emoción.- reí, aunque las lágrimas salían cómo tubería rota.- estoy muy feliz por ti, creí que anunciarían su noviazgo pero no un compromiso.
Dylan: yo también lo pensé, al principio fue bastante raro ver a Axel parado a lado de tu padre.- burló.- pero estoy muy contento por ustedes, deseo que sean muy felices.
Acacia: gracias, les agradezco demasiado que hayan estado aquí conmigo.- abrió sus brazos para que ambos la abrazaramos, así lo hice, mi cara quedó por encima de su hombro y entonces pude ver a Oliver, me miró por unos segundos y después giró sus ojos de mala gana mientras bebía nuevamente ese líquido amarillento, luego se acercó a Axel y lo abrazó.

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