Capítulo 74

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Sentí un beso húmedo y frío en el centro de ambas cejas, me costó abrir los ojos, escuché que una puerta se cerró y luche contra la pesadez de mis párpados para poder despertar, mis ojos tardaron en adaptarse a la luz que entraba entre los espacios que había en las persianas.
La habitación estaba totalmente blanca, había un sofá largo de color beige que tenía un par de cojines blancos, además había una silla de metal y yo me encontraba recostada en una cama con sábanas azules, tenía un par de agujas debajo de mi piel que eran protegidas por trozos de cinta adhesiva, mi cabeza me dolía, parecía que me daban golpes con un martillo en la nuca y me sentía mareada.
Trague un poco de saliva al sentir mi garganta seca, todo a mi alrededor me tenía confundida y comenzaba a sentirme aterrada, no tenía idea de que había sucedido, no recordaba absolutamente nada. Escuché nuevamente el sonido de una puerta rechinante, al principio creí que se trataba de un enfermero o de algún médico, pero no fue así, mi padre apareció frente a mí mientras se limpiaba las manos con papel de color café, sin pensarlo me solté a llorar, él tiró el papel en el cesto de basura y se acercó a mi con rapidez para tomarme de las manos.
Papá: mi pequeña princesa, al fin despertaste.- me dió un beso en la frente con fuerza y comenzó a llorar también.- no sabes lo mucho que deseaba ver tus ojos, perdóname por absolutamente todo, te amo tanto.
Aitana: papá...- acaricié su mano, me dolía el cuerpo pero era algo soportable, ahora mi prioridad era poder sentir a mi padre.- perdóname por haberte ocasionado tanto dolor, soy una pésima hija.- pegó su frente a la mía y entre llanto se le dibujo una sonrisa tierna en sus labios.
Papá: eres una hija maravillosa, no te cambiaría ni aunque estuviera loco, soy un pésimo padre por haber actuado de esa manera contigo, lo único que querías era ser feliz y yo te quite la oportunidad de serlo, además de eso, te hice pasar momentos difíciles, me arrepiento de eso y haré todo lo que este en mis manos para poder remediar lo que hice.
Aitana: gracias por volver, papá.- me dió un beso en la mejilla y después se apartó un poco de mí, sus ojos estaban hinchados e irritados, además de que tenía enormes ojeras y parecía un poco demacrado.- no sabes lo mucho que te extrañé.
Papá: lo sé, mi niña, pero ya no volveré a dañarte de esa manera.- limpió las lágrimas que humedecian el vendaje que rodeaba por debajo de mis orejas.- ¿recuerdas lo que sucedió?
Aitana: no...- suspiré sintiéndome cansada.- sé que conocí a Alba, mi madre biológica y que tengo un hermano llamado Valentín.- sonreí al recordar a aquel chico, mi padre me miró nervioso.- fue increíble conocerlo, a ella le dejé en claro que no quería tenerla cerca por el momento, claro que intenté no sonar tan hiriente, después quedé en reunirme con Dylan, después de eso ya no recuerdo nada más.
Papá: bueno, después hablaremos de ese chico, nosotros discutimos cuándo llegaste a casa, bebiste demasiado, fue mi culpa el accidente que tuviste, saliste de casa sintiéndote triste y cruzaste la calle sin mirar antes, un auto te golpeó y rodaste por la carretera, afortunadamente no tuviste ninguna fractura, pero te golpeaste la cabeza con la banqueta, el médico dijo que te salvaste ya que anteriormente también habías recibido un golpe en la cabeza, una tercera vez podría afectarte en la memoria o en otras cosas importantes, así que, vamos a cuidarte más que cuando eras una bebé.
Aitana: lamento todo esto que sucedió, dejaré de darles momentos difíciles y me enfocaré en cosas buenas, lo prometo.- suspiré.- por ahora trataré de centrarme en la academia y en el trabajo con mamá, llegaré a casa y cenaremos juntos.
Papá: ten por seguro que lo haremos.- me acarició la mejilla con delicadeza.- tu madre estaba muy mal esta mañana, estuvo aquí desde muy temprano y pasó a verte, sin embargo, seguías durmiendo, debe de estar ansiosa por ver cómo está su pequeña.
Aitana: quiero verla y darle un abrazo que le haga crujir los huesos.- burló y tomó mi mano.- ¿pediste permiso en tu trabajo?
Papá: les dije que llegaría un poco tarde.- hice una mueca, no me gustaba que sucedieran este tipo de cosas que pudieran afectar en sus horas laborales.
Aitana: no te preocupes por mí, puedes irte al trabajo, no quiero que después te hagan pagar horas extras.- le dí un suave apretón a su mano.- yo voy a estar bien, seguramente Acacia ya está enterada de esto y vendrá, además de que trataré de dormir un rato más.
Papá: uhm, de acuerdo, después del trabajo pasaré por tu madre y vendremos juntos a verte ¿está bien?- sonreí, me dejó un beso en la frente y después otro más en la mano.- descansa y cubrete bien.- pasó la sábana por encima hasta que esta me cubrió por completo, no podía reír pero al menos lo intentaba, él se alejó y cuándo estaba en la puerta se despidió de mí levantando su mano y agitandola.
Solté un suspiro al notar que ya me encontraba sola, mi padre me había dejado mi celular debajo de la almohada, le agradezco a la vibración que me hizo sentirlo. Pase con esfuerzo mi mano hasta que toque una de las orillas y lo tomé con debilidad, coloque mi dedo índice detrás y este se desbloqueo al leer mi huella, tenía algunos mensajes de Acacia en dónde decía que lamentaba no poder estar aquí conmigo pero que le pediría permiso a mi madre para poder venir más tarde, también tenía un mensaje de Valentín diciendo que quería verme, sentía una increíble conexión con él, espero no equivocarme con eso.

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