Parte 57

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El día por fin había llegado, mi madre me había dejado un pastel decorado con fresas sobre la mesa y una vela apagada en el centro, además de una tarjeta que decía "feliz cumpleaños, te amo, princesa de mamá", me sentí un poco triste por no haberla visto ahí cómo todos los años y no recibir un abrazo de mi padre, tendría que acostumbrarme a eso.
Todo el día estuve buscando videos o tutoriales de maquillaje que me ayudarán a verme más bonita, el vestido estuvo sobre la cama desde que yo desperté y a su lado las zapatillas, además de un conjunto de lencería precioso de color negro que Acacia me había ayudado a elegir, mi vestido era de color negro, era una tela muy suave y tenía tirantes delgados, me llegaba a la mitad de los muslos, también había comprado unas zapatillas con listones se cruzaban hasta la pantorrilla.
Cuándo termine de abrocharme los listones me senté frente a mí tocador y comencé a ponerme el maquillaje que me había aparecido en unos de los tutoriales, discreto pero sexy, después me coloque crema corporal y un poco de perfume en el área de las muñecas, detrás de mis oídos, etc. Mi madre sabía que esta noche saldría con Oliver e incluso entre ella y Acacia me ayudarán a decir que yo me quedé a dormir en casa de mi mejor amiga, todo estaba perfectamente planeado y presentía que todo saldría bien.
Fuera se escuchó el claxon, Oliver ya estaba aquí, me miré por última vez en mi espejo y me retoque el labial, también tomé mi bolso y metí mi celular, me sentía muy nerviosa y creo que mis manos temblorosas lo harían demasiado evidente, abrí la puerta principal y salí, frente al auto se encontraba Oliver vestido elegantemente, llevaba una camisa negra con los primeros botones libres y dejando ver los tatuajes de su antebrazo, su cabello estaba alborotado y la enorme sonrisa en su rostro me hizo temblar, se acercó a mí y me tomó de la mano mientras me veía de pies a cabeza con fascinación.
Oliver: y yo pensando que la noche era la más bella.- dejó un beso suave en mis labios manchandose un poco con mi labial, pasé mi dedo por la comisura de sus labios para retirarle la mancha.- no hay duda de que eres la más preciosa de todo el mundo, ni siquiera las estrellas logran opacarte.
Aitana: ese fue un gran halago, mira que decir que ni las estrellas pueden opacarme es demasiado bello.- lo abracé y me dió un beso en la frente acariciando mi cabello.- ¿te he dicho lo mucho que me gusta tu perfume?
Oliver: creo que unas 100 veces.- burló, le dí un beso en la parte descubierta de su pecho y escuché un suspiro.- oh...no hagas eso ahora.
Aitana: de acuerdo.- reí.- ¿nos vamos?
Oliver: quiero saludar a tus padres, cariño.- sentí que la sangre se quedó estancada en mi cuerpo y mi mente se detuvo enseguida.- creo que sería de muy mala educación si no los saludo.
Aitana: claro...pero mis padres no están en casa ahora.- él arqueó una de sus cejas.- aún siguen trabajando, creo que hoy cerrarán una hora más tarde el restaurante, mi madre me avisó hace un rato.- no quería que mis nervios me traicionaran ahora mismo pero mi voz temblaba.- ellos ya saben que yo pasaré contigo esta noche así que nos podemos ir tranquilamente, después habrá tiempo para saludarlos y así.
Oliver: uhm, de acuerdo, entonces vámonos.- asentí, me abrió la puerta del copiloto y miró nuevamente mi casa, luego se subió para comenzar a conducir con cuidado.
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Llegamos a su casa, todo parecía estar normal alrededor, caminamos por su jardín y después abrió la puerta, se colocó detrás de mí abrazándome por la cintura, sobre el piso de la sala había pétalos de rosa y veladoras en miniatura que decoraban el inicio de las escaleras, la mesa de centro y algunos rincones de la sala.
Oliver: ahora voy a cubrirte los ojos ¿de acuerdo? ¿confías en mí?- asentí sintiéndome emocionada, rápidamente mi visión se cubrió totalmente con un pañuelo rojo, me tomó de la cintura nuevamente para guiarme, lo único que tenía claro es que íbamos en dirección recta, aunque hubo ocasiones en las que estuve apunto de caerme, eso no sucedió gracias a él, sentí nuevamente las caricias del suave viento y el poco frío erizó mi piel. Comenzó a deshacer el nudo del pañuelo y después me dejó contemplar todo lo que había enfrente, la piscina estaba llena de globos rojos y blancos, también había pétalos regados por doquier, había colocado una mesa doble con algunos platillos, un ramo de flores que descansaba sobre una de las sillas, una botella de vino y un par de copas, también había unas cuántas bolsas de compras en el suelo, justo a lado de una de las sillas, sobre la pared estaba mi nombre decorado con globos blancos y el número 21 pegado con globos de elio.
Oliver: feliz cumpleaños, preciosa.- me dejó un suave beso en la mejilla y después se colocó a mi lado.- te he comprado unas cuantas cosas, espero que te gusten, cariño, ven.- me tomo de la mano con delicadeza y me llevó a una de las sillas para sentarme, estando ahí, quitó el ramo de flores de su silla y después me lo entregó.
Aitana: están preciosas.- sonreí abrazandolas con delicadeza.- no sé que decir, me has dejado sorprendida, me encantó todo lo que hiciste y me encantas tú.

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