Parte 53

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Estaba muy nerviosa, ayer sábado me había dedicado a buscar vestidos por internet mientras estaba en el restaurante, Acacia me ayudaba con ello, al final elegí un atuendo que mi madre me dijo ya que no tuve el suficiente tiempo para elegir uno en el centro comercial, ella había rebuscado en mi armario mientras que yo daba vueltas por mi habitación diciendo cosas sin sentido, sacó una falda a cuadros que no recordaba que tenía, unas botas negras y un abrigo que aún se encontraba en su bolsa. Me termine de duchar y me lo coloque esperando verme bien para esta noche.

Me coloque un labial color vino que encajaba bien con mi color de piel, después me coloque perfume en las muñecas y en otras partes de mi cuerpo, decidí que mi cabello se miraría bien al natural, solo le puse fijador para que no se volviera loco a...

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Me coloque un labial color vino que encajaba bien con mi color de piel, después me coloque perfume en las muñecas y en otras partes de mi cuerpo, decidí que mi cabello se miraría bien al natural, solo le puse fijador para que no se volviera loco a la mitad de la cena. Bajé las escaleras para reunirme con mis padres, ellos hacían pareja con sus vestimentas, estoy segura de que esta fue idea de mi madre.
Papá: vas demasiado guapa para una simple cena.- reí nerviosa y mire a mi madre.- en fin, vámonos antes de que se haga más tarde.
Aitana: de acuerdo.- sonreí, tomé a mi mamá del brazo y salimos juntas para luego subirnos a la camioneta de mi padre.
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Mi padre tocó la puerta con delicadeza, se acomodó elegantemente el saco y tomó a mamá de la mano. La puerta se abrió mostrándome a un elegante Oliver, llevaba puesta la camisa que yo le había regalado, su cabello estaba perfectamente peinado y de su casa salía un olor exquisito.
Papá: buenas noches, Ferrer.- Oliver vaciló un poco sin saber cómo responderle y sólo sonrió abriéndole paso a mis padres.
Aitana: hola.- le dí un silencioso y rápido beso en los labios para que mi padre no se diera de cuenta de ello, no aún.- buenas noches, Oliver.
Oliver: buenas noches a todos, la cena ya está servida.- podía ver lo rosadas que estaban sus mejillas y sus labios temblorosos. Él nos señaló la puerta de la cocina y nosotros nos dirigimos hacia allá siendo guiados por Oliver.
En cuánto entramos nos quedamos impresionados por los deliciosos platillos que estaban al descubierto sobre el comedor, había un par de velas en el centro de este y un jarrón con flores frescas.
Oliver: tomen asiento, espero que la comida sea de su agrado.- mis padres escogieron sus propias sillas mientras que Oliver apartó la silla que se encontraba a su costado para que yo me sentara ahí.- les serviré.- mis padres parecían estar impresionados, y admito que yo también.- este platillo de aquí son fideos con costilla, este de aquí es merluza rellena de gambas, este otro es salmón con verduras, también prepare crema de calabaza, espero que les guste.
Aitana: muchas gracias.- sonreí tomando mi plato, a mi me había servido fideos con costilla y mis padres habían elegido merluza y salmón, él también comía fideos, de bebida nos sirvió una copa de vino.
Papá: debo admitir que me sorprendió mucho tu invitación, Oliver.- se limpió la comisura de sus labios y después lo miró fijamente.- lo creería de Dylan, pero de ti si me pareció muy extraño.
Mamá: sí, a mí también, por lo que deduzco que esta cena tiene un propósito o un tema en específico ¿no?- Oliver me miró con nerviosismo y después suspiró.
Aitana: sí, ahora que ya hemos avanzado con la cena y que lo disfrutamos, nos gustaría decirles algo a ambos.- sonreí, mi padre dejó el pañuelo sobre la mesa y me miró, parecía que con él no había necesidad de ninguna palabra.
Oliver: estos últimos dos días y hasta el momento, he estado pensando en que palabras serían las correctas para poder tratar este tema con ustedes.- tomó mi mano por debajo de la mesa dándole un suave apretón.- Aitana y yo tuvimos una conexión un poco extraña desde el principio, las coincidencias entre nosotros sucedían a cada rato, tanto que me fue imposible no desear estar cerca de ella a cada momento.- me miró sintiéndose más confiado de lo que decía.- me dí cuenta de lo mucho que ella me agradaba y de que quería hacer las cosas bien desde el principio, me gustaría que ustedes me den el permiso de poder salir con ella.
Mamá: ¡dios mío!- dijo emocionada cubriéndose los labios, le sonreí enseguida.
Papá: ¿es una broma, verdad?- la sonrisa de ambas se borró cuando miramos la expresión de mi padre, mi felicidad se detuvo.- ¿te das cuenta de que eres mucho mayor que ella?
Aitana: papá...- se levantó de la mesa con brusquedad y no pude evitar asustarme.
Papá: no importa las cenas adineradas que prepares, tampoco las palabras que digas, estoy en desacuerdo y nada me hará cambiar de opinión, así que te voy a pedir que te mantengas alejado de mi hija.
Oliver: señor Gael, hablemos cómo lo que somos y no nos alteremos.- habló pacíficamente pero esto no funcionó con mi padre, mi mamá lo tomaba del antebrazo tratando de tranquilizar su enojo. Mi padre le arrugó por completo la camisa a Oliver cuándo lo tomó del cuello de esta misma.
Aitana: ¡papá, basta!- el llanto ya comenzaba a acumularse en mis ojos.
Papá: no te quiero ver cerca de ella ¿me escuchaste?- Oliver no respondió nada, solo se quedó ahí esperando a que mi padre se decidiera a soltarlo, cuándo por fin lo hizo mi madre lo llevó hacia ella.
Mamá: Aitana, te esperaremos en el auto.- ni siquiera pude defender lo que sentía ya que lo sacó rápidamente de la cocina y seguramente de la casa, miré a Oliver, este se levantó y me envolvió en sus brazos con ternura.
Aitana: me siento avergonzada...- me besó la frente y nuevamente me dejó respirar el olor de su perfume.- no creí que esto pasaría así.
Oliver: no tienes que decir nada y tampoco sentirte mal por ello ¿de acuerdo?- suspiró.- ahora ve con ellos a casa.
Aitana: no, quiero estar contigo.- me separó de él y rodeó mi cara con sus manos para regalarme una sonrisa, sé que esto le estaba afectando pero quería actuar frente a mí.- no, Oliver, me quedaré contigo.
Oliver: no, Aitana.- sus palabras sonaron tan frías, tan apuñalantes.- quiero que vayas con ellos y descanses, nos veremos después.
Aitana: no me daré por vencida contigo ¿de acuerdo?- me sonrió y asintió, sé que solo quería hacerme sentir tranquila y en realidad pensaba lo mismo que mis padres.- lo digo en serio, Oliver Ferrer, no me voy a dar por vencida contigo.

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