7: El gran fracaso de Argentina

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22 de noviembre, debut de la selección

JAZMIN.

Por mucho que quisiera pensar en Emiliano y en nuestra adorable amistad, no podía darme esos lujos. El mundial Qatar 2022 había empezado y los chicos no tenían cabeza para nada. Teníamos que apoyarlos, no podíamos distraernos con otra cosa.

Enzo y Julian estaban muy centrados. Ellos y los del equipo se dedicaron a observar los primeros dos días del mundial, ya que probablemente los equipos ganadores serían sus futuros rivales. Scaloni debía armar una buena estrategia, pero por el momento se acoplaría al estilo de ellos. Eso es lo que Enzo dijo.

El 22 de noviembre había llegado, los chicos estuvieron entrenando ayer toda la tarde y toda la noche. Eran un equipo unido, Scaloni quería que funcionen como una mente sola, en conjunto, complementándose. A mi me parecía una buena estrategia.

Antes de partir al estadio Lusail, en la habitación, me acerqué a mí hermano y lo abracé, con lágrimas en los ojos. Como si no fuera poco, ese mismo día me había llegado el periodo y estaba muy sensible. De todas formas, objetivamente; Aveces me era difícil de creer lo lejos que Enzo había llegado. Definitivamente era un ejemplo a seguir.

Juli nos observaba desde el sofá, con una sonrisa tierna. Tenía entendido que su novia ya había llegado pero Julian siempre quería estar donde Enzo.

—Pase lo que pase, sabemos lo mucho que luchaste para estar acá —Enzo me abrazó con fuerza. El estaría en la banca por hoy pero quién sabe como sucedan las cosas, capaz sustituyan. Claramente no deseaba que nadie se lastime, pero en éste o en otros partidos mí hermano debe lucirse. Se lo merece.

—Te amo, hermana pesada —Enzo dejó un beso en mí frente y sonrió— El que necesita todas las suertes son los primero titulares.

—No hay titulares, Enzo. En la cancha, en la banca, en las gradas y detrás de las pantallas; todos somos Argentina.

Sonreí ante lo que dijo Juli y me puse la gorra de la AFA. Traía una remera albiceleste con el nombre de mí hermano y su número. Que estaba muy cerca del número de Emiliano.

—Dale, vamos entonces. Hoy no podemos llegar tarde.

Me dolía la vagina, la puta madre. Bueno, los ovarios, cólicos de mierda.

Exclamó la dulce princesa.

. . .

Enzo y Juli tuvieron que marcharse con los de la selección y yo me fui con los familiares de los jugadores. Antes de ir al estadio me encargué de buscar del aeropuerto a Valentina, la novia de mí hermano y a la pequeña Olivia que traía una remerita de la selección. Luego, fuimos las tres juntas al estadio, las había extrañado.

—¿Cómo se portó Enzo mientras no estaba? —quiso saber Vale, mientras subíamos las gradas.

—Re bien —reí— Engañándote con Julian, únicamente.

—Ah, piola —Vale soltó una risotada— Su otro novio, decís.

Valentina era consciente de lo mucho que Enzo quería a Julian y solíamos hacer bromas sobre ello todo el tiempo. Como que Juli era el cuerno y cosas así.

Teníamos un acceso especial en la parte de arriba, donde podríamos ver el partido en una especie de mini bar. Allí estaban todas las novias y esposas de los jugadores, con sus respectivos hijos. Vi a Anto, con los nenes, a Emilia, a Oriana (la novia de Paulo Dybala). También a la infaltable Gema, que traía un top albiceleste con el apellido Martinez y el número 23. Lucía feliz, grabándose con su teléfono. Al parecer le hablaba a sus seguidores sobre que su novio iba jugar hoy y que sí o sí iban a ganar.

Fugaces | Dibu Martinez (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora