JAZMÍN.Aveces, existían personas en nuestras vidas por las cuales valían la pena arriesgarse. Emiliano era una de esas personas, estaba completamente segura.
No sabía que me había pasado, si era la emoción de haber ganado o el simple hecho de que ya no podía aguantar más ese amor hacía Emiliano que tenía guardado. No me importó nada y cuando lo miré a los ojos, supe en ese momento que yo lo quería. Quería que esté conmigo, quería que el me ame.
Y sabía que era demasiado pronto. Que quizás Emiliano todavía sentía cosas por Gema. Sabía que era peligroso, que Emiliano podría rechazarme, que las redes saltarían en mí contra porque no me conocían. No sabían lo mucho que yo deseaba éste beso y lo mucho que había aguantado, que me había controlado. Sabía las consecuencias de besar a Emiliano Martinez, el arquero de la selección Argentina. El más amado, el más odiado.
Lo sabía y de todas formas lo besé, frente a todo el mundo.
Al principio, pegué mis labios a los suyos, de forma torpe. Cerré los ojos tan fuerte porque no quería ver la reacción de Emiliano, no quería lidiar con ello, yo solo quería besarlo y demostrarle que sí, la putaa, que sí, carajo. ¡Sí me gustás!
Como era de esperarse, Emi se sorprendió. El beso no duró ni un segundo, cuando aparté mis labios de los suyos y lo miré a los ojos, yo también estaba sorprenda. Mejor dicho, asustada.
A Emiliano se le había bajado toda rabia, toda bronca. Seguía sin remera, sujetándome, mirándome sin comprender.
—No me rechacés, por fa —casi supliqué, sintiendo ganas de llorar.
Emiliano pegó su frente a la mía, cerrando los ojos. Su respiración era agitada y se unía a la mía. Éramos sólo los dos, en una burbuja que todo el estadio estaba observando, atónitos.
—Sí no lo hacías vos, lo iba a hacer yo.
—¿Qué? —lo miré confundida.
Emiliano me dedicó una sonrisa tierna, me bajó al suelo y colocó una mano en mí espalda baja. Con la otra mano, acunó mi mejilla y acercó de nuevo sus labios a los míos. Me puse de puntillas para alcanzarlo.
Volví a probar el sabor de sus labios, ésta vez más lento. Se sentía mucho mejor, porque Emiliano me estaba besando. No me había rechazado.
Sentí mariposas en el estómago, sentí mí rostro ponerse rojo. Sentí como mi corazón latía tan rápido por el.
Después de tanto tiempo, yo estaba en sus brazos.
—¡AAAAAAH —un grito agudo causó que nos separemos y volteémos a ver a Kuni, con el celular y la cámara encendida— ¡No, ustedes sigan! Adelante.
Todos los chicos saltaban y festejaban como locos. Papu se tiró contra Di Maria, Leo cargó a Antonela y la besó. ¿Sí estaban festejando el partido ganado, verdad?
Yo me reí y dejé mi mejilla en el pecho de Emiliano, el me abrazó.
Ésto parecía el final de una típica comedia romántica. Pero no, mí historia con Emiliano apenas empezaba. Y estaba muy ansiosa por ello.
Volteé y me encontré con la mirada de Enzo, estaba tirado en el suelo con Olivia en su regazo. Me dedicó una sonrisa pícara y a la vez orgullosa. Me abrió los brazos y me tuve que alejar de Emi para correr junto a Enzo. Lo abracé y el me acarició la espalda, dejando un beso en mí cabeza.
—Estás loca, Jazci —nos reímos— ¿Ahora si puedo decirte que te gustan mayores?
—Calláte —me senté junto a él, toda Argentina gritaba en el estadio. Las pantallas reproducían el gol de Lautaro y el festejo de los chicos, también reproducían mí beso con Emiliano. Seguramente iban a funarme redes, ya me lo esperaba.
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Fugaces | Dibu Martinez (TERMINADA)
Fanfiction>> Ella se enamoró primero, pero el se enamoró más fuerte. << Jazmín Fernández era la menor de cinco hermanos. Con 20 años, era la favorita y la protegida de Enzo Fernández, su hermano mayor y conocido jugador profesional de la selección de Argentin...