24: El día en que el mundo se vistió de Albiceleste

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JAZMÍN.

No podía explicar lo que estaba sintiendo en éste momento, eran demasiadas emociones que procesar. Sorpresa, alegría, confusión, nervios.

¿Había oído bien?

Emiliano Martinez, el gran arquero argentino, el hombre del que estoy enamorada hace casi dos años... ¿Me estaba pidiendo ser SU novia, a mí?

Miré a Emi, incapaz de poder responder. Estaba, como es que se decía... en shock.

—Daaaale wacha, decí algo —Ota habló, con una sonrisota de felicidad— No lo dejés al nene así.

Me dí cuenta que todos se habían quedado callados, expectantes a mí respuesta. La música seguía sonando, dándole un ambiente bonito a la escena.

Volví a mirar a Emi, encontrándome con sus dulces ojos marrones, mirándome con ansia. Su gran altura frente a mí, aquella sonrisa tan bonita que resaltaba su hoyuelo.

¿Ésto era real? ¿realmente estaba sucediendo?

Suspiré, cerrando los ojos un momento. Analicé lo que iba decir, pensando bien las cosas. Habían tantos factores por los que podía negarme. Gema, por ejemplo.

Que Gema se vaya a vender empanadas ¡Decíle que sí!

Gracias por tus consejos, consciencia.

—Yo... —carajo, hablá como una persona normal Jazmin— ¿Estás seguro? Estamos en plena final del mundial, necesitás concentrarte.

—¡Aaaaah! —Kun se dejó caer en la
silla, frustrado. Parecía que estaba viendo una novela. —Decíle que sí nomas pelotuda.

—La inteligencia no es de familia —añadió Enzo, negando. Los chicos rieron y Emi levantó la mano, para calmarlos.

—No me la presionen —pidió, comprensivo. Le agradecí con la mirada y Emi volteó a verme— Entiendo lo que decís, Jaz. Y si vos creés que es muy pronto, lo dejámos.

—¡No! —esos fueron Ota, Leo y Kun.

Los miré con extrañeza y ellos se hicieron los boludos, mirando el techo.

Juli, por otro lado, estaba de pie con los brazos cruzados y aunque tenía a Emilia agarrada su brazo. Sus ojos demostraban... ¿Desánimo? Cuando se dió cuenta que lo estaba viendo, sonrió y asintió como diciéndome; es hora de avanzar, Jazci. Decíle que sí.

Pero —Emi continuó hablando— Tenés razón, es la final y estoy nervioso, todos los estamos. Sin embargo, nada me alegraría y motivaría más que mi novia esté ahí para apoyarme. Sé que lo nuestro sucedió fugazmente, pero ¿sabés que características tienen las estrellas Fugaces? Que aunque sean rápidás, son fuertes, son capaz de arrazar con todo. Y eso es para mí nuestra relación, Jaz. Decíme que sí.

—Ay no, me muero de la ternura —se expresó Antonela, siendo abrazada por Leo.

Yo también, Anto. Yo también.

—Sí, sí quiero —terminé por responder, abriendo los ojos grandemente. ¡¿Le había dicho que sí?!

—Y bueno, si no querés no pasa nada... —Emi siguió con su discurso, sin darse cuenta de mí respuesta.

—¡TE DIJO QUE SI, PELOTUDO! —le gritó Ota, en la cara, luego corrió en dirección a Kun y se abrazaron con felicidad. —¡OEEAAA, VAMO' A TOMA'!

Bueno, ellos más felices que la pareja. Parecían ellos los novios.

—¿Qué? —Emi estaba confundido— ¿Me dijo que sí? —pasó a mirarme— ¿Me dijiste que sí?

Fugaces | Dibu Martinez (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora