Cap 5

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Tristan

Habían pasado tres semanas desde el incidente con Caleb, afortunadamente comenzó a comportarse de una buena manera. Hacia todos sus deberes, ayudaba en tareas de la casa, era amable con todos y lo mejor, no había recibido ni una queja suya.

Después de su semana de evaluación, podía notarse más tranquilo, iban a dar casi las 12:00 pero decidí dejarlo recomponer el sueño perdido en sus desveladas por estudiar. Alcé la taza de café, alejando mis ojos del periódico por un momento, al reconocer la voz de Ian.

—Buenas tardes— saludó, tomando una taza para servirse café, creo que los dos podíamos tomarlo a cualquier hora del día.

—Hola— correspondí su saludo —¿Cómo va todo?

—Va bien ¿sigue en pie ir al acurario?

—Sigue en pie— confirme —Jeremiah y Jack ya están aquí junto a Maria.

—¿Y el mapache?

—Dormido.

—¿Todavía?

—Descansar un poco no le hará daño.

—Cierto— se sentó a mi lado —¿Qué lees?

—Las palabras del presidente, sin duda me parecen una estupidez.

—¿Cuándo no? Ya no sabe ni que decir.

Reí, dándole un asentimiento —Iré a despertarlo, tiene que desayunar y ducharse.

—¿Saldremos a la 1:00?

—Si.

Deje la taza en el lavaplatos, antes de subir las escaleras para llegar al segundo piso, avance a la habitación de Cay, cerrando mi puño para tocar la puerta. No obtuve ninguna respuesta así que abrí la puerta.

—¿Mapache?

—¿Mmhh?— gruñó desde la cama.

—Arriba, mapache, ya es hora— me acerqué a moverlo un poco, cuando giró en la cama pude ver su sábana húmeda, lo que me hizo fruncir el ceño —¿Cay?

Creo que de igual manera pudo sentirlo cuando su brazo tocó el colchón, sus ojos se abrieron al instante, recorriéndose, dejando ver una mancha de humedad. Bajó la cabeza encontrando su pantalón de la misma manera, por su ceño fruncido y confusión pude saber que era lo que estaba pasando.

—Mapache, eso es completamente...

—Fuera— jaló la manta para cubrirse.

—Cay.

—¡Fuera!— ordenó, más bien en una súplica, por la situación, lo mejor era darle su espacio.

En cuanto cerré la puerta, miré a Ian al borde de las escaleras junto a Tate —¿Todo bien?

—Podemos decir que si— avancé hacia ellos —Pídele a tu madre que prepare waffles, por favor — le pedí a Tate quien asintió, bajando.

—¿Qué pasó? ¿Esta bien?

—Creo que tuvo un sueño...ya sabes.

—Oh— sus cejas se alzaron —¿Es el primero?

—Supongo que si, se veía confundido.

—Pobre— miró en dirección a la puerta.

Asentí caminando a la habitación de servicio para tomar un juego nuevo de sábanas y una cobija.

—No puedo creer que tendrás una plática con tu hermanito sobre esto— me sonrió con diversión —¿Quién lo diría?

—Lo se, también me sorprende— reí, cerrando las puertas —Iré a dejarle esto, adelántate a desayunar con los demás si gustas— palmeé su hombro antes de volver a la habitación de Caleb, toque la puerta antes de abrirla, encontrando las sábanas y la manta al lado de la puerta. Se escuchaba el agua correr desde el baño, así que deje el juego en la orilla del colchón, ya más tarde tendría la oportunidad de ponerlo.

𝑫𝒆𝒔𝒅𝒆 𝒄𝒆𝒓𝒐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora