𝑫𝒆𝒔𝒅𝒆 𝒄𝒆𝒓𝒐

Cap 34

༄ Caleb ༄

—Ya lo entendí, fue una mierda, lo sé...pero estaba demasiado molesto, no puede simplemente decir esas cosas y salir intacto. Su papá nunca hace nada, alguien tenía que ponerle un límite y por más que quiera decir que lo siento, no lo hago. No me arrepiento de nada.

Me respondió con un simple asentimiento cerrando la puerta —¿Te parece que está bien?

—Se que no lo está— apreté los labios recargándome en la cabecera al tomar asiento —El problema era entre él y yo, no tenía que meterla y mucho menos decirle eso. Simplemente se lo dejé en claro, primero lo hizo con Jere y ahora Ellie.

—No es una guerra, Cay.

—Parece que si.

—Vas a disculparte— habló tranquilamente —No es pregunta, vas a hacerlo— agregó antes de que respondiera —Cenaremos con ellos así que ve planeando lo que dirás.

—Pero...

—No hay peros, sabes muy bien que estuviera de tu lado o trataría de defenderte pero esta vez no puedo hacerlo, mi amor.

—María— me quejé con una mueca —Trata de entenderme.

—Lo hago, sé que enfureciste, que no mediste tus acciones y que lo hiciste para detener esto...pero no fue la manera, Cay. Estuvo mal, muy mal.

—¿Ya viene papá?

—Ocurrió un percance en la oficina, tuvo que volver— tomó asiento a mi lado —Solo somos tú y yo.

—Me va a regañar por horas ¿No es así?

—Déjame decirte que merecido lo tienes— respondió cruzando su pierna —Se que hay algo más, algo que no quieres decir.

—No hay nada más.

—Soy mamá, tenemos un don para saber cuándo nos están mintiendo, desde su postura, sus palabras, esos ojitos— alzó una de sus manos sosteniendo mi rostro —Se que no soy la tuya...pero no miento al decirte que te amo como si fueras mío, quiero que sepas eso. Siempre voy a estar aquí para ti, para escucharte, aconsejarte, regañarte si es necesario— rozó mi mejilla —Sin quitarle el lugar a nadie.

Formé una débil sonrisa dándole un asentimiento —Mi mamá está aquí— coloqué mi mano sobre la suya —Amo a Celeste...siempre será alguien muy especial para mi y adoro a los Atwood, pero...tú eres quien ha estado aquí, quien me ha soportado todo este tiempo, quien me salva del ogro de papá muchas veces. Eres mi mamá, Mari.

Sus ojos húmedos se achicaron al formar una sonrisa —Ven aquí— me jaló a un abrazo el que correspondí acurrucándome en ella —Te amo.

—También yo— acuné mi cabeza en su hombro sintiendo su besito sobre esta.

Maria en verdad era la mamá que siempre había querido, era quien se preocupaba por mi, quien siempre estaba, me demostraba que le importaba y me daba ese cariño tan maternal. Algo que nunca tuve con Harriet.
La adoraba, además hacía feliz a papá...y trajo a mi vida a dos chicos que consideraba mis hermanos.

Tomé aire cerrando los ojos cuando comenzó a acariciar mi cabello, siempre me había dado confianza pero hablar era algo que aún me costaba un poco de trabajo, aunque con ella no solía ser tan difícil.