𝑫𝒆𝒔𝒅𝒆 𝒄𝒆𝒓𝒐

Cap 26

༄ Tristan ༄

—Ponte a leer.

—Eso estoy haciendo.

—Llevas treinta páginas, mapache.

—Porque lo hago con calma.

—No sales de esas cinco hojas.

—¿Quién se pone a leer en la playa? El día está perfecto para salir— se quejó apuntando en dirección a la ventana  —No estoy aquí para leer un estúpido libro.

—Caleb—desvié la atención de la computadora —Tuviste tiempo para leer el libro y decidiste dejarlo al final, no te quejes porque fue tu elección.

Respondió con un bufido exasperado, el libro no tenía más de 150 hojas pero prefería perder el tiempo fantaseando con salir que en adelantar su proyecto el cual constaba en un resumen del libro.

—Esto es patético, puedo hacerlo después.

—Prometiste que lo harías hoy.

—Quiero salir.

—Llevas casi dos semanas en el agua, que le dediques dos horas a esto no te va a matar.

—Es estúpido.

—Caleb, ya.

—No quiero hacer esto— cerró el libro dejándolo sobre el sofá donde estaba recostado.

—Siéntate— ordené cuando se levantó —Termina eso, tienes todo lo que resta de las vacaciones libre. Si no lo haces ahora no lo harás después, los dos lo sabemos.

—Tu trabaja en lo tuyo, a mi déjame en paz.

Frustrado cerré la laptop enfocándome solo en él, habían sido unas vacaciones muy buenas, no quería tener que cambiar eso.

—Última oportunidad para que te sientes a hacer eso, deja esa actitud que estás tomando.

Ambos miramos el libro sobre el sofá, su ceño comenzó a fruncirse lo cual no era buena señal, había varias cartas sobre la mesa.
1- estaba molesto.
2- estaba confundido.
3- estaba a punto de hacer un berrinche.
4- estaba en desacuerdo.
5- estaba indignado.
6- iba a discutir.

Me inclinaba por la tercera en esta ocasión.

Subió a mi con notable indecisión pero terminó por tomar el libro y volver al sofá, comenzó a leer con una mala cara pero prefería eso a que no hiciera el proyecto.

Volveríamos a casa en dos días, el camino era largo, al llegar apostaba que iría directo a la cama y al otro día preparábamos todo para volver, ellos a la escuela y yo a la oficina, además, visitar a Ellie estaba dentro de los planes desde que salimos de casa.

Confirmando que estaba en lo suyo abrí la laptop continuando con lo que hacía, no era demasiado pero prefería terminar de una vez a hacerlo después.

—¿Tienen hambre?— María se recargó en la puerta —Iremos a comprar comida, Tate y Jere quieren pasta con camarón ¿Están bien con eso?

—Por mi está bien— le di una sonrisa.

—¿Cay?