Capítulo 25

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Los días comienzan a pasar volando el vida de Atsumu y Kiyoomi.

El cuarto mes llega en un suspiro y con ello, Naori Miya comienza a querer tener contacto con sus padres, pero Atsumu y Omi son lo suficientemente tontos como para no entender qué significa esto hasta que Kashima les explica qué pasa en las semanas de embarazo.

—Los síntomas se reducen, comienzan a ser más llevaderos, especialmente las náuseas. Ha comenzado el segundo trimestre, que abarca la semana trece a la dieciocho.

Atsumu y Kiyoomi festejaron ante eso.

—El bebé sigue desarrollándose. Comienza a crecer y a estirarse —Kashima explica poniendo aquel líquido en la barriga de Atsumu—. Pero primero vamos con tus síntomas y la manera en la que notarás que tu cuerpo comienza a cambiar.

Bokuto, Hinata y Atsumu observan atentos los dedos de Kashima pasarse sobre su piel y Omi es el único que está prestando atención.

—El útero comienza a extenderse debido al crecimiento del bebé, así que comenzará a notarse tu panza. El crecimiento de tu útero probablemente haga que te duela el abdomen y que tu vejiga se comprima, cosa que hace que sea más frecuente la necesidad de orinar. También pueden comprimirse los nervios de las piernas y producirse calambres nocturnos —Atsumu parpadea atontado y Kashima mira a Omi—. Y si pasa eso, tú tienes que ayudarlo con masajes.

—Está bien, no tengo problema.

—Viva el amor... —murmura Bokuto sonriente y se gana un codazo de Hinata.

—Los pechos también sufrirán cambios; la areola se oscurece más y se notan las venas por los cambios de flujo sanguíneos, así que si tu nariz sangra o tus encías se hinchan o sangran, es común. Se lo conoce como Gingivorragia y Epistaxis. Es algo normal en los embarazos.

—¿Sucede a menudo?

—Algunas veces. Es depende de la persona; usualmente los embarazos son así. Pueden haber quienes lo sufran mucho, teniendo un millón de síntomas y demás como también hay quienes lo pasan desapercibido en todo ese aspecto. Incluso hay madres y padres que no sienten contracciones en los partos y es normal. Los cuerpos actúan distinto.

Atsumu asiente, pensativo.

—Respecto a las náuseas y vómitos, les explicaré mejor como sucede todo: Estos se reducen, en algunos casos desaparecen, debido a la estabilización de las hormonas. En otras palabras, tu cuerpo ya entendió por completo que estás esperando un bebé y dejará de torturarte.

Atsumu festejó en silencio.

—Lo que aumenta en este proceso es la progesterona y los estrógenos; esto hace que también aumente la producción de melanina, haciendo que, usualmente a final de mes, aparezcan algunos lunares especialmente en tu barriga y también aparezca la Línea Alba, que es un oscurecimiento lineal de la piel que va del pubis al ombligo o, a veces, hasta más arriba.

Mucha información. Atsumu está intentando entender todavía que supuestamente sus síntomas se irán.

—Los cambios hormonales también serán importantes este mes. Todo, en tu cuerpo, se asentará así que no tengas miedo de tus próximos despistes o cosas de las que te olvides, es tu cerebro preparándose para la paternidad.

—Y con las emociones pasa lo mismo, ¿no? —Hinata acota de brazos cruzados, observando a Kashima.

—Exactamente. Te sentirás más positivo, tranquilo y feliz si es que has tenido miedo, en algún momento, de perder el bebé.

Atsumu recuerda que casi muere cuando creyó que había perdido al bebé por culpa de su desmayo. Simplemente asiente en silencio.

—Ahora vamos con los síntomas del bebé.

The Baby and The Sugar Baby | Sakuatsu Donde viven las historias. Descúbrelo ahora