—Quiero llorar.
—No, ni se te ocurra. Si tú lloras, yo lloro.
—¡No doren, papis!
Exclama Naori en el medio de los asientos de atrás, emocionado por lo que se está por venir. Atsumu sonríe con un suspiro, mirando por el espejo retrovisor a su hijo: Su mirada chocolatosa y brillante entusiasmada. Nariz pequeñita y rizos oscuros, tiene algunos lunares en su rostro que son herencia de Omi y lo que ha sacado de él, es la personalidad... y el corte de pelo. Simplemente le encanta ir a la peluquería y pedir que le corten igual que papá 'Tsumu.
—Deberíamos ir bajando...
—Papi, ¿me cargas?
—Seguro.
Naori es muy cariñoso con Omi, teniendo una fijación en él. Atsumu pensó que sería apegado a él, pero se la pasa con el pelinegro. Se supone que debería molestarle, pero es lindo dormir en las noches cómodo porque un niño de cinco años no se acuesta sobre tí.
Sí, eso le pasa a Omi.
Los carteles de Fukurodani brillan sobre los ojos del niño, quien chilla con emoción cuando ya están entrando a la escuela. Hay muchos niños: ¡No puede esperar a hacer amigos! Está tan emocionado...
—¡Aiko-chan!
—¡Hola!
Una niña de cabello oscuro llega corriendo hacia a él. El guardapolvo gris con la corbata celeste y rayas blancas se ve tan bonito en la niña feliz que Naori quiere bajar y saludar a su mejor amiga.
—¡Naori!
Omi sonríe al ver el abrazo entre los niños y alza la mirada, encontrándose con la pareja de padres caminar hacia ellos. Atsumu está igual de feliz que los niños cada vez que ve a Aiko.
—¡Buen día!
Hinata Shoyo exclama con una sonrisa de oreja, tirándose a abrazar a Atsumu. Kageyama llega atrás de él con su típica sonrisa suave y tranquila, saludando con un gesto a Omi.
Aiko y Naori se suman al abrazo, solo que aferrándose a las piernas de sus padres porque no llegan a nada más.
—¡Hey, hey, hey, ¿por qué se abrazan sin nosotros?!
Lo que sí fue una sorpresa para todos fue que Bokuto Kotaro estuviera casado y en realidad tuviera un hijo. Nadie sabía de esto, ni siquiera Hinata que lo conocía desde pequeños.
La persona con la que estaba no era más ni menos que su antiguo armador de Fukurodani, aquel chico de ojos rasgados y mirada aún así bonita que te llamaba la atención por su atractivo. Era Akaashi Keiji, Atsumu solo recuerda cruzar miradas con él antes de que terminaran las nacionales en las que Karasuno perdió con Kageyama y Hinata en primer año. Omi ni siquiera sabía de él, incluso habiendo jugado un partido contra él en su adolescencia.
Dijo que tenía un hijo de tres años cuando Naori recién estaba aprendiendo a caminar. Todo pasó porque Bokuto llegó un día muy cansado y desganado, no tuvo más opción que decirle a su equipo lo que pasaba: Su hijo, que vivía en China con su marido, había involucionado respecto a su enfermedad. Era un poco peligroso y después de tantos años de tratado, el virus seguía creciendo en su cuerpo. Bokuto estaba tan triste que se largó a llorar, dejando así el entrenamiento de lado por primera vez en su vida.
Por suerte, tuvieron que pasar meses para que les avisara que gracias a aquél virus que se había fortalecido en el sistema de su hijo, eso mismo había logrado que pudieran «dormirlo» por completo. Aunque claro, debían cuidar a su hijo para que no volviera a sucederle nada relacionado con la enfermedad que pudiera despertar el virus.
Y esta era la primera vez que conocían a su hijo.
—¡Saluda a tus tíos, Akihiro!
—¡Hey, hey, hey!
Saluda más chillón, demostrando que es un Bokuto. Akaashi llega atrás de ellos con una sonrisa tranquila.
—¡Akaashi-san! —exclaman Hinata y Kageyama con emoción. Atsumu sonríe.
—Hola, chicos. Ha pasado tiempo.
Pero no pasan ni dos segundos para que se tiren a abrazarlo. Después de todo, no es sorpresa que lo admirarán por ser simplemente él.
—¡Padres, los niños ya pueden entrar!
La maestra grita llamando la atención de los mayores. Naori y Aiko se miran emocionados mientras que Omi suspira.
—Llegó el momento de la despedida...
Aiko corre hacia sus padres y Bokuto y Akaashi simplemente entran, ya sabiendo de esto. Están, obviamente, más experimentados como padres que los otros cuatro.
—Y ya sabes, Naori —dice Atsumu, de cuclillas frente a su hijo y a su lado Omi—. Nada de gritos.
—Ni molestar a la maestra.
—O a tus compañeros.
—¡Sí, papis!
Chilla, tirándose para abrazarlos. Atsumu ríe mientras que Omi acaricia la espalda del niño, sintiéndose emocional.
—Disfruta de tu primer día de clases, cariño, ¿si?
—¡Sí, papá Omi!
—¡Y haz amigos, júntate con todos!
—¡Lo prometo, papá 'Tsumu!
Entonces Naori se aleja y los mira con una sonrisa. Atsumu ya siente que va a llorar.
—¡Los quiero mucho, papis!
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The Baby and The Sugar Baby | Sakuatsu
Fanfiction-Omi, espera. -¿Justo ahora? -Tengo... no, necesito decirte algo... -¿Qué pasa? -Estoy esperando un bebé. Silencio. Puro silencio. -¿De? -Ti. Vóley, dinero, sexo. Es lo único importante en la vida de Atsumu y Kiyoomi. Hasta que a las cuatro de la ma...