𝑪𝒉𝒐𝒄𝒐𝒍𝒂𝒕 𝒄𝒉𝒂𝒖𝒅

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Chocolate caliente


El favor que Weems le había pedido era su compañía a la terapia de Wednesday. La directora sabía la condición de Sam, no usaba la vista pero sí los otros sentidos, escuchaba cosas que otros no y sabía que necesitaría ayuda extra para que no se le escapase la chica, por lo menos en dos o tres sesiones hasta verificar que no fuera capaz.

La ida en el auto era silenciosa, la pelivioleta tenía su no-vista en la ventana, la había bajado y jugaba para identificar los olores que se encontraba en el camino, algunos agradables y otros no tanto pero siempre estaba presente el olor de Neroli y Bergamota que no lograba averiguar de dónde era.

— Kinbott está en el segundo piso, muchos estudiantes de Nevermore la adoran. —dijo Weems cuando el auto se detuvo.

— ¿Esperará hasta que terminé?

— Tal vez después podamos ir al Veleta por chocolate caliente.

— Directora Weems, este débil intento de vinculación es bajo. —la puerta se abrió y Wednesday bajó.

— Yo sí quiero en realidad. —Sam le tocó el hombro a la profesora en señal de apoyo.

— Transportar estudiantes claramente no es para lo que le pagan. —dio unos pasos hacía atrás, estaba por cerrar la puerta.

— Por tu historial, estoy segura de que pretendes escapar. Vinimos para evitar que eso vaya a pasar.

— Les deseo suerte. —cerró la puerta con fuerza.

— Estos niños cada vez vienen peor. —soltó Weems y Sam rió—. Confío en que me ayudarás con la chica, señorita Lister.

— Weems, no sé de dónde sacas tanta confianza hacía mí. No está en mis planes decepcionarte. —apoyó su espalda en el respaldo—. Pero ella el otro día me salvó de que una gárgola se me cayera en la cabeza.

Larissa la miró por el espejo del auto, desafiandola, pero como Sam no la veía entonces solo sonreía tranquila.

Unos minutos pasaron, la directora recibió una llamada sobre algo de una cita, la estudiante no le prestó atención pero sí se percató de algo; cuando Wednesday bajó del auto el olor de Neroli y Bergamota también se habían ido, ¿qué traía en su mochila?

Intentó concentrarse un poco para escuchar los sonidos que sonarán sospechosos y después de unos minutos escuchó una lima.

— ¿Le molesta si bajo a comprar una manzana?

Weems asintió sin prestarle mucha atención, estaba más metida en la llamada.

Sam bajó del auto y se acercó a donde olía las manzanas para ver si su olfato conseguía algo más. Se agachó por si Wednesday llegaba a verla.

— ¿Quién te dejó salir, rarita mugrosa? —la voz del hombre la hizo descubrir a Addams entonces se acercó al olor a muerto y la siguió.

— Addams, ¿dónde vas?

— Me sentía entusiasmada e intrigada de conocer Veleta. —se escuchaba seria pero claramente Sam podía distinguir la mentira—. Sin la directora Weems.

— Oh, ¿querías una cita? —bromeó.

La de trenzas recorrió su cuerpo con sus ojos, permaneciendo en sus labios y luego volvió al pañuelo que cubría sus ojos. Sam estaba acostumbrada a las miradas, podía sentir los ojos de la chica y la forma en la que se movían sobre ella.

— ¿Dónde queda la cafetería? —sin seguirle el juego, fue al punto.

— Sígueme.

Llegaron a Veleta, no era común tener a dos estudiantes de Nevermore por esos lados, así que algunas miradas tuvieron encima. La cafetera estaba rota entonces hacía ruidos que molestaban a los oídos de Sam.

Anti-hero ; Wednesday AddamsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora