𝑨𝒍𝒍 𝒐𝒇 𝒕𝒉𝒆 𝒈𝒊𝒓𝒍𝒔 𝒚𝒐𝒖 𝒍𝒐𝒗𝒆𝒅 𝒃𝒆𝒇𝒐𝒓𝒆

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All of the girls you loved before






— Si no te calmas juro que te atare a un árbol toda la noche. —advirtió y luego ladeo sonriendo—. Otra vez.

Sam hace una hora acomodaba cada detalle de la casa; que todo esté limpio, que huela bien, que esté bien alineado, que esté un poco a la derecha o tal vez a la izquierda. Hasta el más mínimo detalle de la casa, abajo de los muebles y por encima, cada objeto sin importancia.

— Sólo estará un rato, no tiene sentido. —se sentó sobre el respaldo del sillón.

— ¡No subas los pies! —empujó a Alisson haciéndola caer al suelo pero Sam se preocupó más que no estuviera sucio.

— Ok, suficiente. —se paró delante de ella y movió su parche de ojo haciendo que no pueda ver—. Basta, es tu novia y si no le gusta que no le importe porque es donde vives.

— No hagas más eso. —movió su parche—. No conociste su casa, viven en una mansión. Lo mínimo que puedo hacer es mostrarle que al menos, esto está limpio.

— Yo creo que Wednesday preferiría ver telarañas. —cruzó sus brazos.

— ¿Tú crees?

— A mí no me gustaría. —aclaró por la forma en la que le había preguntado.

— ¿Pero a Wednesday sí?

— ¡Es mi casa también! —se quejó—. Tendrán una mansión pero tenemos una casita muy linda en el bosque con la persona más cercana a novecientos metros, Sam. —rodó sus ojos—. Y además todas nuestras vecinos son muy buenos, la señora Lopez el otro día trajo galletas.

— La señora Lopez es una bruja y adivina que, las brujas son-

— Estoy segura que no dijiste eso cuando Wednesday Addams te daba. —Sam abrió la boca completamente ofendida—. ¿Qué? ¿Qué vas a decir?

— Retractate. O te pudres en el infierno. —la apuntó con el dedo y Alisson se lo quitó bruscamente.

— Prefiero pudrirme en el infierno.

Sam se tiró sobre Alisson para comenzar a golpearla, los golpes eran casi caricias para la pelirroja por la poca fuerza que Lister tenía pero sí le molestaban así que solo los evitaba golpeando a sus manos y no a su cara.

— No tienes fuerza.

— Y tu no tienes padres.

— Hija de-

El timbre sonó y se separaron, se dieron una mala mirada entre las dos pero Sam se acercó a la puerta para abrirla y se suavizó al ver a su novia parada con un suéter blanco y negro un poco más grande que su talle con una camisa debajo y un pantalón de color negro con líneas grises.

— Sam.

— Wednesday, pasa, como si fuera tu casa. —le dio el paso y la pelinegra entró.

— Pero claramente no lo es, ¿vives en una mansión, no? Esta no es la casa de nuestro gato, es nuestra y es un milagro que Sam hoy haya limpiado solo porque tú venías. —dijo Alisson—. Que malos modales, hola Addams. —suspiró y se acercó aunque no hizo ningún movimiento.

— Hola. —miró a la casa.

No parecía la de un gato, parecía la de un duende por la cantidad de plantas que había.

— Alisson ya se iba, conoció a la señora Lopez que hace buenas galletas y vive a novecientos metros. —comenzó a empujarla a la salida.

Había una tensión, ni siquiera se sentía como algo sexual, era tensión de enojo. Era evidente que habían peleado.

Anti-hero ; Wednesday AddamsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora