Cold blooded; De sangre fría

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— ¿Has sabido algo de Kookie? — al no recibir respuesta Yoongi levantó la mirada de su teléfono encontrándose con la sonrisa tonta de su mejor amigo, quien era completamente ajeno a lo que sucedía a su alrededor.

Rodó los ojos antes de chasquear los dedos frente a sus ojos un par de veces para hacer reaccionar al peliblanco.

— ¿Eh? ¿Qué pasó? — por su expresión desconcertada pudo confirmar que no le había prestado ni la más mínima atención.

— Eso te pregunto yo a ti, he estado hablando solo desde que llegaste, ¿Tiene algo que ver con ese chico? — la sola mención volvió a iluminar el rostro de Hoseok con una de sus sonrisas de corazón — Sí... Ni lo tienes que decir.

— Salí a cenar con él el lunes — dijo como si el pelinegro no hubiese hablado — y fue muy agradable, además nosotros — se interrumpió sonrojándose de pronto.

— No jodas, ¿¡Te acostaste con él!? — recibió un golpe en el hombro, notando que varias personas los habían volteado a mirar.

Hoseok quiso que la tierra se lo tragara.

— Idiota, ¿Quieres decirlo más fuerte? En Tokio no te escucharon. Y no, no es lo que piensas pervertido ¡Sólo fue un beso!

— Vaya, ahora sí necesitaré conocer al tal Jimin para aprobarlo — si su amigo estaba tan enamorado como parecía, el castaño no podía ser tan malo como creía.

¿O sí?

— Ni loco, seguro lo espantas con tu interrogatorio, pareces mi mamá — Yoongi lo miró indignado.

— Piensa lo que quieras, igual lo interrogaré. Pero, como sea, te preguntaba si sabías algo de Kook — el peliblanco frunció el ceño confundido de repente.

— ¿No te lo dijo?

— ¿Decirme qué?

— El domingo en la noche me escribió diciendo que su tía lo llevaría a una pasantía en no sé dónde por un tiempo y que se pondría al corriente con la universidad luego — el pelinegro se desconcertó.

Eso no tenía sentido para él, si Jungkook realmente se había ido se lo hubiera dicho, ellos se contaban muchas cosas, eran muy cercanos.

Iba a seguir preguntando, pero el timbre sonó interrumpiendo su conversación.

No entendía nada.

[...]

Después de tanto pensarlo y hablarlo con Jimin (o intentarlo) Taehyung decidió bajar al sótano donde estaba el que había sido su amor platónico desde hace años. Esto definitivamente no era algo que él hubiera pensado hacer nunca, estaba nervioso e inclusive asustado por la situación. Para su fortuna, todo estaba a oscuras así que el chico no pudo reconocerlo a él ni al lugar.

— Quienquiera que seas, si tu plan es dejarme morir de hambre al menos merezco saber tu identidad — a decir verdad Jungkook estaba harto de estar sentado en la misma posición desde hace tanto tiempo, ni siquiera sabía cuánto pasó allí, pero comenzaba a sentirse como una eternidad completamente desgastante.

El nulo sueño que había obtenido sumado al hambre que sentía lo volvía algo más irritable de lo que estaba. Sólo quería saber para qué lo llevaron a ese lugar que ni siquiera ha podido ver.

Sus recuerdos del día en que lo secuestraron son borrosos, sólo puede recordar con claridad que después de sus clases iba camino a su casa mientras escuchaba música como cualquier otro lunes, después en cierto punto del trayecto su mente se vuelve a cada instante más confusa llegando al momento donde pareció haber estado entre consciente e inconsciente, para finalmente despertar en una incómoda silla de madera, maniatado y sus pies también amarrados.

Taehyung tragó en seco incapaz de decir ni hacer nada, para correr escaleras arriba de nuevo y cerrar de golpe sintiéndose idiota.

Si siempre quiso estar con él ¿Por qué ahora era tan difícil? Él mismo se encargó de estropear la reputación de Min Yoongi y acabar con casi todo su círculo social que nunca fue precisamente amplio.

Oh bueno, eso tal vez era debido a que él no era un psicópata con sangre fría como había empezado a creer que era Park Jimin. El chico le habló con tanta naturalidad que casi le hizo pensar que privar a alguien de su libertad era normal.

Suspirando una vez que se hubo calmado, decidió preparar algo para darle de comer al rubio, después de todo no iba a matarlo de hambre.

[...]

Hoseok era un tonto al que ya no quería soportar, pero sería gracias a él que yo me quedaría con Yoongi.

Me besó cuando lo dejé en su casa hace casi una semana y luché con todas las voces en mi cabeza para no soltarle un puño, pero me sentí terriblemente asqueado en ese momento.

Una vez más, las cosas que hago por ti.

Ahora iba camino a la casa del otro tonto con el que había tenido que lidiar, Kim Taehyung; debía supervisar si es que no la había cagado ya con el asunto de Jeon.

Me había puesto de nuevo el barbijo, la gorra y la capucha porque seguro ni siquiera se ha atrevido a vendarlo.

Obsessed | JimSuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora