Self control; Autocontrol

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Un mes atrás.

Drogar a una persona sin su consentimiento era fácil, más si era alguien tan mental y físicamente frágil como Yoongi, él como cualquier persona cuerda que ha sido secuestrada quiso escapar.

Muchas veces.

Nunca lo logró, en su mente él caminaba demasiado lejos y no podía dar con nada más que bosque, pero ¿Cómo encontrar algo más si solamente iba en círculos durante horas?

No me sorprendía, porque esa fue la misma técnica que emplearon con él cuando era un niño de catorce años, huérfano y completamente a merced de todos para ser dañado.

Al parecer todavía no había salido de ahí.

En ocasiones parecía que se había rendido totalmente a la situación, e incluso comenzaba a hacer algo más que aceptar el hecho de que lo tenía aquí y no lo iba a dejar ir.

No iba a mentir, ese chico no había salido de mi cabeza desde la primera vez que lo vi, y ahora que lo tenía completamente me había vuelto aún más insaciable que antes, como si no pudiera tener suficiente de sus llantos, sus expresiones, su mirada perdida y suplicando por algo que no le daría.

¿Amor? Ni de cerca las sensaciones que me provocaba Min Yoongi tenían algo que ver con amor, era más necesidad, sed de encerrarlo, atarlo y volverlo lo más dependiente a mí que se pudiera.

No quería que nadie más lo viera como yo lo había visto, no quería que lo tocaran como yo lo hacía, lo consideraba mío.

A veces eso me estresaba, porque sinceramente cuando salí de Busan obligado por la estupidez de mis padres, no tenía para nada planeado encapricharme con Yoongi, y detestaba el hecho de desearlo tanto, casi como si la verdadera droga fuera él y yo un patético adicto a ella.

Quería joderlo por hacerme sentir tan jodido.

Alejado de mi propio autocontrol sentía inmensas ganas de ahorcarlo hasta ver sus ojos llorosos y escuchar su voz estrangulada por el sofoco, tal vez por la sorpresa, el terror, el dolor... Todas las emociones negativas posibles brillando en su mirada.

Poder presenciar tal espectáculo sería lo más adecuado en este momento.

Pero, tenía un plan, hecho desde que decidí que tenía que cumplir el capricho para avanzar con mi vida.

Aunque la posibilidad estuviera alejándose de mí a cada minuto.

Por fuentes confiables sabía que Lalisa Manoban estaba intentando desde hace un mes hallar tan siquiera un rastro de Yoongi.

Eso fue la oportunidad perfecta para librarme de él, así que claramente comencé a idear un plan también. Lo que indicaba, más horas de investigación, para saber cómo podía proceder y ¿Por qué no? Divertirme un poco jugando al gato y al ratón.

Sólo que ella no sabía que sería el ratón.

Lisa, como la mayoría de los abogados, en un principio había elegido ser abogada para acabar con la injusticia en el mundo y blah ya saben, convencida estaba de que podía lograr un cambio.

Sin embargo, también como la mayoría, se dejó llevar por la avaricia, y un puesto ayudando a las personas que realmente lo necesitaban, con un salario miserable ya no era suficiente para ella.

Hizo tratos por debajo de cuerda con muchas personas, mandó a la cárcel a gente inocente, y se olvidó completamente de cada uno de sus principios y su juramento de ética profesional para estar donde está.

Taehyung fue un peón, que ella utilizó sabiendo que no estaba convencida de su culpabilidad, sólo porque había un gran cheque a nombre de los Jeon esperándola sobre su escritorio.

No era demasiado distinto con Yoongi, no pudo comprobar la culpabilidad de Taehyung, pero estaba dispuesta a ensuciar el primer nombre que encontrara con tal de seguir subiendo escalones.

Qué interesante, había demasiadas cosas que utilizar en su contra para manipularla. 

Obsessed | JimSuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora