Torture; Tortura

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— Por milésima vez señora Jeon — Lisa se tomó el puente de la nariz cerrando sus ojos, conteniéndose para no gritar — mi equipo y yo estamos haciendo todo lo posible para encontrar al joven Min, pero comprenda que no es tan sencillo porque no hay ni siquiera un rastro de su paradero.

— ¿Y qué pretende que haga? ¿Sentarme a ver como mi hijo y uno de sus amigos mueren lentamente por la tristeza? ¡Soluciónelo! Por algo le pagamos.

— Y yo estoy haciendo todo lo que está en mis manos para solucionarlo, no me grite como si estuviera sentada en mi escritorio haciendo nada al respecto.

>> Ahora, no vuelva a llamar a menos que tenga información útil o que yo la llame primero — colgó deseando estrellar el celular contra algún lado.

Miró el temporizador.

Ya habían pasado cuatro horas y todavía no había encontrado el maldito lugar.

Volvió a revisar minuciosamente las hojas que fueron dejadas sobre su escritorio, debía haber un tipo de patrón o tal vez una que ella pudiera reconocer entre tantas...

— Vamos Lisa, concéntrate — había incluso unas a las afueras de la ciudad, por obviedad ella las descartó siguiendo su sentido común.

¡Bingo! La casa de la víctima.

Pero, un momento.

Se supone que su equipo ya había revisado toda la casa y la tenían con cinta policial y ella hasta se había asegurado de corroborar la información.

A no ser que él hubiera ocultado alguna parte de la evidencia o quisiera enseñarle otra cosa que ignoraron. Dios después de enfrentar a este lunático y encerrarlo de por vida en una miserable cárcel iba a necesitar vacaciones.

Tal vez tomaría unos shots luego.

[...]

Llegó al lugar viendo que había quedado exactamente como lo dejaron luego de toda la inspección, cosa que era frustrante, porque si esta persona alteró la escena ninguno pudo darse cuenta de ello.

La cosa es que era extraño, puede que demasiado fácil el que la dirección que quisiera que encontrase sea la misma donde todo empezó.

Nah, de todas formas, el tipo no podía ser tan ilustre si estaba admitiendo que tenía a una persona secuestrada y si le estaba ayudando a encontrar a la víctima.

Sin embargo, entró y revisó cada rincón de nuevo, encontrando nada.

Cuando volvió a mirar el reloj cuatro horas más habían transcurrido y se sintió patética por no escuchar su instinto desde un inicio.

Sólo le quedaban cuatro horas más, prácticamente desperdició todo un día de trabajo jugándole al gato y al ratón con alguien anónimo de quien ni siquiera podía asegurar que tuviera a Min Yoongi o que realmente supiera algo sobre el trasfondo de su carrera.

Esto era una absoluta ridiculez y ya se estaba hartando de ello.

Salió de la casa nuevamente casi llorando de la rabia y el estrés innecesario por el que estaba pasando.

El teléfono descartable sonó una vez más y ella respondió virando los ojos, pero esperando que le diera, aunque sea un empujón para saber qué carajos se suponía que tenía que encontrar.

Veo que aún no ha tenido mucha suerte señorita Manoban — si lo pensaba bien, esto parecía una cruel burla.

— Ni siquiera sé qué tengo que buscar.

Creí que ese era su trabajo, armar el rompecabezas ¿No es así?

— Ni siquiera tengo una pista o un punto de referencia de dónde partir, por lo cual, si no lo sabe es bastante complicado — recalcó con sarcasmo e impaciencia.

Su pista son las hojas que le entregué, su ego no le deja ver más allá de sí misma, y de hecho se ha ido por la opción más obvia creyendo que yo se lo dejaría tan sencillo porque no podría ser más inteligente que usted ¿Cierto? — se ruborizó sin poder evitarlo.

Este tipo la iba a volver loca.

[...]

Un mes y medio atrás.

— Las marcas se ven muy lindas en ti, mi Yoonie — sus manos recorrían el cuerpo contrario; admiración y un tipo de deseo perverso brillando en sus ojos café — más aún con esa piel tan pálida que tienes, tan sensible, fácil de magullar — le sonrió abiertamente causándole escalofríos al chico desnudo y amordazado.

— Definitivamente me encanta — le pellizcó con cierta fuerza el muslo izquierdo ampliando su sonrisa al ver cómo rápidamente la zona adquiría un sutil tono rojizo y haciendo que Yoongi apretara las cadenas que lo sujetaban a la cama mientras lo miraba con súplica.

— Oh, no me mires de esa forma cariño, sabes qué sucede cuando no eres un niño bueno conmigo. Además, si pudieras verte en este momento estoy seguro de que entenderías por qué me fascina tanto tenerte así, hasta tus expresiones son sublimes.

En ocasiones, prefería que su lado racional no funcionara correctamente por muy mal que pueda llegar a sonar esa afirmación; cuando percibía a su secuestrador y a su realidad aquí como realmente eran, el miedo era poco, casi nada para describir la emoción que sentía.

Si lo analizaba a detalle era demasiado perturbador, él literalmente había hablado una vez con el tipo y este tenía al parecer demasiado tiempo acosándolo, incluso antes de la fiesta donde supuestamente se presentaron.

Había sido capaz de dañar a la persona que le gustaba, de utilizar a su mejor amigo de toda la vida, de secuestrarlo y traerlo a un lugar tan grande y aislado que ni siquiera con tantas horas caminando había logrado divisar ni tan siquiera una casa o escuchar el ruido de un automóvil.

Sabía de la existencia de una persona de la cual ni siquiera le había podido contar a Hoseok porque el temor a que lo juzgara por ello era mucho más grande.

Y cuando lo tocaba era peor, se sentía como si fuera una especie de juguete u objeto, impotente por no poder hacer y no haber hecho nada al respecto cuando pudo hacerlo.

Esta situación era demasiado para su pobre alma.

— ¿Por dónde debería comenzar? Elige; ¿El cinturón o la fusta? 

Obsessed | JimSuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora