Missing; Desaparecido

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— ¡Confiesa de una vez! ¿DÓNDE LO TIENES? — Kim Taehyung se encontraba con sus manos esposadas sobre la mesa en esa habitación de cuatro paredes grises, en una un espejo donde él sabía que lo miraban desde el otro lado.

Un interrogatorio, estos últimos tres días había estado muerto del pánico encerrado en una celda, con la incertidumbre acerca de lo que había pasado con Jungkook, maldijo mil veces el momento en el que conoció a Park Jimin, al verdadero.

Habían abierto una investigación por el secuestro y por supuesto descubrieron todas las imágenes, y no olvidemos los archivos que tenía con información sobre el rubio, y además de eso su cuenta anónima en Instagram dedicada a dañar la reputación de Min Yoongi que para su grandiosa suerte reportaron como desaparecido justo ayer a la noche al haber pasado más de cuarenta y ocho horas desde la última vez que fue visto.

Claramente el primer sospechoso de eso fue él.

— Yo no lo tengo, ni siquiera he tenido contacto con él — la agente encargada del caso lo miró incrédula, Lalisa Manoban estaba completamente convencida de que el pelirrojo era culpable.

Y siendo sincera, cualquier persona que hubiera visto los archivos y la cuenta pensaría exactamente lo mismo.

— Claro, esperas que me crea eso cuando la evidencia muestra que le tienes un odio hasta cierto punto irracional a Min Yoongi, y además de ello también lo mantenías vigilado como al joven Jeon Jungkook. Un testigo afirmó haberte visto charlando con él hace exactamente — miró su reloj unos instantes — noventa y cuatro horas.

Tenían que estarlo jodiendo, él sólo había hablado con Min para intentar advertirle de Jimin.

Porque, sea como sea, a pesar del inmenso rencor que comenzó a guardarle desde que se metió con la persona que le gustaba, él sabía que Yoongi no merecía caer en manos de ese psicópata.

Sin embargo, no es como si hubiera podido hacer gran cosa, apenas habían cruzado palabras puesto que el pelinegro parecía un tanto atareado ese jueves por el trabajo, y su antigua amistad no había quedado en los mejores términos, por decirlo de alguna forma.

[...]

Cuarenta y ocho horas atrás (sábado).

Hoseok miraba de un lado a otro mientras sus dedos tamborileaban sobre la mesa se madera, su café hace rato se había enfriado y con cada minuto que pasaba se sentía más desesperado.

¿La razón? Yoongi ya debería haber llegado hace unas...

¿Tres horas? Sí.

Acordaron verse en esta cafetería ayer, pero lo dejaron para hoy puesto que el jefe del pelinegro le había pedido reemplazar a uno de sus compañeros a cambio de darle el sábado.

No habían hablado desde entonces.

Se cansó de llamarle y escribirle una y otra vez después de la primera hora de retraso sin recibir respuesta, pensó en la posibilidad de que fuese el tráfico, pero la casa de su mejor amigo no estaba tan lejos como para tardarse tanto incluso si las calles estuvieran imposibles.

Además, él ya le hubiera avisado.

No era demasiado dado a las supersticiones ni mucho menos a creer en cosas como la intuición. Para nada, él sólo creía en las cosas que podía ver y comprobar, sin embargo, por alguna razón esa mala sensación que tenía lo estaba comenzando a alterar.

Suspirando se levantó, pagó la bebida que ni siquiera pudo terminar y se decidió a ir a casa de Yoongi a ver si es que acaso este se había quedado dormido, o en el peor de los casos si algo le había pasado.

Cuando estaba un par de cuadras lejos de la cafetería su teléfono comenzó a vibrar, se extrañó al ver el nombre que iluminaba la pantalla.

— ¿Hola? — podía escuchar sollozos al otro lado de la línea, eso lo puso más nervioso de lo que estaba — ¿Señora Jeon?

H-hobi, estamos en el hospital, Jungkook — rompió en llanto de nuevo, luego de eso se escuchó interferencia y la voz de la mujer fue remplazada por la del padre de su amigo que también estaba algo descompuesta, aunque más estable.

Seok, es que nos informaron hace un par de horas que Kook estaba aquí desde ayer, le van a hacer una cirugía de emergencia y — hubo una larga pausa, el peliblanco no tenía palabras, estaba en shock — n-no sabemos si resistirá. Intentamos contactar a Yoon ahora pero no contestó, si tienes la posibilidad de avisarle también a él, hazlo por favor.

Después de esas palabras su cerebro no pudo procesar nada más hasta que escuchó el sonido típico de que la llamada había sido terminada.

Su reacción instintiva fue apresurar el paso a la casa de su mejor amigo, si antes estaba algo preocupado ahora estaba a nada de entrar en pánico. Fue peor cuando recordó todo lo que había sucedido los últimos días.

El repentino mensaje de Jungkook, el conejo...

Mierda.

[...]

Llegó jadeando y casi sudando a la pequeña casa de una planta. Ni siquiera se molestó en tocar la puerta, sacó la llave de repuesto que Yoongi escondía debajo de una maceta que estaba al lado y entró.

A simple vista todo se veía normal. Entró en la habitación encendiendo la luz.

Todo estaba desordenado, mucha de su ropa en el suelo, el ordenador sobre la cama desarreglada y el celular de Yoongi estaba con la pantalla rota a unos metros de la misma.

No entendía nada.

Salió rápidamente en dirección al hospital mientras marcaba el número de la policía.

[...]

Cuando los padres de Jungkook le contaron todo incluido la participación de Taehyung en ello se quedó en blanco.

Ellos no reaccionaron muy diferente cuando él les contó acerca de Yoongi, entre todos acordaron ir a reportarlo a la estación en cuanto el rubio saliera de cirugía.

Obsessed | JimSuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora