Obsessed | JimSu

Confused; Confundido

Se había sorprendido gratamente cuando al despertar no había cuerdas atándolo al respaldo de la cama ni atándolo al final de la misma, ¿Jimin lo había olvidado o lo estaba haciendo a propósito?

Se acercó rápidamente a la puerta abriendo esta y comprobando que tampoco tenía seguro o alguna traba del otro lado que le impidiera abrirla completamente. Era extraño.

Su subconsciente había empezado a sentirse confundido después del primer mes cautivo, aunque realmente él no tenía ni la menor idea de cuánto tiempo había pasado, su sentido de orientación dejó de funcionar a las dos semanas.

Y sí, se sentía confundido, porque aún le tenía miedo a Jimin, este no era exactamente dulce y amable con él la mayoría del tiempo, pero de un modo u otro se sentía seguro cuando dormía junto a él y eso ahuyentaba las pesadillas en su totalidad.

Eso le daba temor, porque no debería sentirse seguro al lado de una persona que literalmente tiene una pared rellena de sus fotos y que había sido capaz de asesinar a un animal inocente de la forma más cruel existente.

De todas formas, él aún no sentía que estuviera perdiendo la cordura, su lado racional funcionaba la mayoría del tiempo, y todavía temblaba asustado cuando Jimin lo subía a su regazo o cuando lo besaba.

Sí, él todavía estaba cuerdo, nada de qué alarmarse.

Por esa razón fue que decidió salir de la habitación, aunque sólo tuviera uno de los suéteres grandes que le gustaba usar en invierno, y nada debajo puesto. Agradecía que el castaño no se metiera con él a la ducha y que no lo hubiera forzado a nada sexual, pero eso era todo lo que le había dado para vestirse.

¿Vergonzoso? Totalmente, aunque no es como si tuviera demasiadas opciones, o formas de protestar, por lo que decidió ignorar ese hecho.

La luz del sol lo cegó por un momento, había ventanas frente a la habitación donde estaba que daban al exterior, que como esperaba, era una pradera enorme, no se veía ni siquiera una casa a lo lejos.

Había dos puertas más en ese corredor, pero ambas estaban candadas, lo que le decía que Jimin le hizo esto probablemente a propósito. No sabía cuánto tiempo tardaría en regresar, así que debía darse prisa.

Bajó las escaleras descalzo yendo directo a lo que parecía ser la puerta principal, también sin ningún tipo de seguro.

Cuando finalmente estuvo en el exterior, se sintió contrariado y perdido. No sabía dónde estaba y no parecía que hubiera calles cerca u otras personas, se parecía bastante a las afueras de la iglesia donde asistió la mayor parte de su infancia, sólo que esto era mucho más aislado.

[...]

Caminó por lo que parecieron horas, sintiendo que no estaba llegando a ninguna parte; lo único que veía a su alrededor era árboles y pasto, comenzaba a anochecer, tenía hambre y se sentía cansado, desprotegido.

¿Por qué siquiera estaba anhelando volver? Jimin se enojaría con él por esto y Yoongi realmente le temía cuando se enojaba, parecía casi otra persona.

Intentó regresar sobre sus pasos consiguiendo ver la fachada de la sencilla casa de dos pisos donde estaba tal vez otras dos horas más tarde.

Las luces estaban encendidas, Jimin había llegado.

Se acercó casi al borde de las lágrimas y trató de abrir la puerta, pero esta vez sí estaba candada. Tocó dos veces, retrocedió un poco y miró al suelo, a los dos minutos escuchó pisadas lentas y la puerta finalmente se abrió dejando ver el rostro al que estaba acostumbrándose con un gesto estoico.

— Miren quién regresó... Entra — el castaño se hizo a un lado mirándolo fijamente, el conocido temblor regresó a su cuerpo y entró esperando lo peor. La puerta fue cerrada con fuerza haciéndolo sobresaltarse y poco después sintió como fue tomado del mentón y obligado a mirar a su ajeno — ¿Qué pretendías lograr Yoongi? Yo confié en ti, te consolé después de cada pesadilla y ¿Así es como me pagas?

Y aquí estaba ese sentimiento de confusión de nuevo, él sabía que no debía dejar que esas palabras le afectaran, él sólo quería su libertad de vuelta, pero esos ojos lo miraban tan decepcionados...

— L-lo siento y-yo-

— ¿Sabes? No sé por qué regresaste, si tanto quieres irte debiste hacerlo cuando pudiste. Sin embargo, ya que volviste, espero que estés listo para afrontar las consecuencias de tus actos mi amor. No fuiste un buen niño.