The end; El final

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¿Cómo podría terminar alguien que nunca ha recibido afecto y que ha sido rechazado por la vida que ha llevado, en las manos de un psicópata si no es de otra forma que acabado?

El mundo en realidad se compone de personas fuertes que se aprovechan de mentes frágiles, susceptibles, como la de Yoongi.

Nadie (ni siquiera yo) tendría una explicación clara del cómo funciona la mente de Jimin, del origen de sus actitudes, de los motivos de sus impulsos. Que en realidad no pueden ser llamados impulsos, porque cada paso de inicio a fin ha sido totalmente planeado por este personaje.

Park Jimin jugó con todas las mentes involucradas en esta historia, teniendo claro desde el principio cómo iba a terminar y asemejándose a aquel titiritero que hala de las cuerdas de sus muñecos a su antojo.

Sobre todo, con Yoongi. Al principio le dejó creer que lo amaba, que toda la obsesión mostrada no era más que su forma de enseñar afecto, que estaba totalmente dispuesto a ser su lugar seguro.

Claro que aquello significó el cielo para una persona que se había sentido rechazada toda su vida, el concepto de amor que Yoongi tenía no era claro porque no tenía las suficientes bases en su infancia que le ayudasen a definirlo.

No vivió rodeado de personas que le amaran, tampoco creció viendo a alguna figura de apoyo, ni siquiera presenció peleas que le dieran, aunque sea un concepto de lo que podía ser el amor.

Cayó fácilmente en la falsa comprensión y seguridad que los brazos de Park parecían ofrecerle, porque en realidad no había nada más a lo que aferrarse si ni Hoseok, ni Jungkook estaban en su camino para hacerle reaccionar.

Luego de esa primera fase, Jimin mostró su verdadero rostro ante él, quitándole todo el amor que creyó haber estado recibiendo para sustituirlo por indiferencia, en ocasiones malos tratos. Eso lo llevó a cuestionarse qué había hecho mal como para volver a ese punto de rechazo que no podía tolerar.

Fue el primer momento en el que su mente se confundió, ya no sabía si sus anhelos estaban orientados a escapar o si lo que realmente quería era seguir sintiendo que le importaba a alguien un ápice, aunque esa persona lo hiriera por gusto.

Con el paso del tiempo sumado a los cambios drásticos en las actitudes de Jimin, Yoongi no encontró otra salida que rendirse ante lo que le estaba sucediendo, un día simplemente se cansó de intentar escapar y se dispuso a aceptar lo que sea que el mayor le diera, fueran golpes duros, sexo violento u caricias tintadas de ternura.

Se sintió casi como en una danza para una melodía indescriptible, donde su cuerpo se sentía impropio, donde sus movimientos eran gráciles, donde no sabía cuál sería el siguiente paso, pero las manos de su captor parecían saber con exactitud cómo guiarlo.

No tenía idea de cuándo acabaría todo, hasta que finalmente sucedió.

El quiebre.

El final de su danza, improvisada para él, pero tácita para las manos sobre su cuerpo.

[...]

Las manos sobre su cadera ejercían un agarre fuerte mientras su cuerpo se balanceaba rudamente sobre la cama en la que durmió desde que despertó allí gracias a los movimientos de la persona sobre él.

Se sentía ido por completo, como si su cuerpo no fuera suyo a pesar de que podía escuchar el tintineo de las cadenas en sus muñecas, sentir los empujes dentro suyo y la presión en el lugar donde sabía que quedaría algún moretón lindo según Jimin, eso estaba bien, si significaba que no sería rechazado por él.

Aquel rostro que le observaba con esa sonrisa que le causaba tanto miedo le tenía fascinado en una forma que nunca había experimentado antes, para ser sincero no sabía si lo que le sucedía era producto del montón de medicamentos que había tomado o de su mente desesperada por adormecer sus sentidos con el objetivo de bloquear el dolor por lo poco gentil que él era cada vez que le tocaba.

A cada minuto le era más difícil mantenerse consciente, como si aquella danza a la que se había sometido hace una eternidad según lo sentía hubiera sido sustituida por una caída sobre las nubes de un lugar que no podría llamar cielo jamás.

Fue traído a su realidad cuando con un gemido ronco Jimin había alcanzado su clímax dentro suyo haciendo que por inercia él alcanzase el propio. Se había acostumbrado a ello desde la primera vez en que no logró llegar y fue castigado por la misma razón, a pesar de que suene turbio.

El castaño se acercó para besarle mientras sus manos al fin dejaban descansar a sus pobres caderas magulladas y subían con lentitud hasta posarse en su pálido cuello.

— Yoonie, eres realmente precioso así, tu cuerpo se me hace más apetecible con esas marcas tan lindas — cuando le sonreía de esa manera, algo dentro de él sentía que era correcto — ¿Recuerdas lo que te dije hace unas semanas, amor?

Negó un poco asustado.

— Te dije que tu último aliento sería mío, ¿No es así? — asintió — debes sentirte afortunado, ese día es hoy precioso — no tuvo tiempo de reaccionar o responder antes de que fuera besado de nuevo con ímpetu mientras las manos en su cuello se apretaron al punto en el que terminó de perder la consciencia y la vida siendo los labios contrarios la última sensación vívida.

Así fue como su danza acabó y su cuerpo que nunca había sido realmente suyo se desplomó entre los brazos de lo único a lo que su mente se aferró.

Obsessed | JimSuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora