Capítulo 44

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Era el mismo infeliz que recordaba, con su sonrisa de “yo no hago daño a nadie” y su pretenciosa voz relajante y engañosa. El humano Yugyeom estaba a lado de nosotros con ojos voraces y una mujer humana colgada de su brazo. 

—Qué gusto verte —dijo él con voz amigable—. Te ves bien.

«Te ves bien. Si lo hubiera visto los primeros días luego de la mierda que le hizo...»

—Gracias… —Jungkook respondió con dificultad; lo sentía temblando, sus manos se movían inquietas y su asombro y nostalgia había pasado a ser terror, estaba pálido.

—Oh, mucho gusto —el idiota me observaba con la misma mirada de puto mentiroso—. Mi nombre es Yugyeom, tú debes ser el novio de Jungkook. ¿Ves, cariño? Te dije que era homo. —dijo lo último girándose hacia la mujer a su lado. 

«Quiero golpearlo. Necesito golpearlo. Voy a golpearlo».

Me moví con intenciones de arremeter contra él. Lo iba a mear, sin duda lo haría, pero no, Jungkook me detuvo.

—Sí, él es mi novio —mi humano asintió envolviendo su brazo con el mío—. Empezamos a salir hace poco.

—Ya veo, cambias rápido de blanco. —Yugyeom sonrió, pero era una sonrisa diferente... Venenosa. 

—Sí, casi tanto como tú. —le regresó Jungkook con el mismo tono. 

Podía sentir su corazón latiendo rápido, adolorido, y era tan estresante. Había creído que siendo humano podría protegerlo mejor pero, ¿cómo protegerlo de sus propios sentimientos? Era evidente que ese idiota aún le importaba, aún lo quería, y yo no podía evitar eso.

Sentí algo parecido a un calambre en el pecho el cual se extendió por el resto de mi cuerpo, una contracción que preferí ignorar. 

Yugyeom le sostuvo la mirada con severidad antes de volver a su estado relajado de siempre. La mujer que iba a su lado parecía casi tan falsa como él mismo. 

—Cuídate, Jungkook —dijo finalmente a manera de despedida—. Deberíamos salir otro día.

Apreté los puños.

Ellos avanzaron y casi al mismo tiempo Jungkook soltó mi brazo y empezó a empujarme fuera de la mesa.

—Vámonos —pidió con respiración temblorosa—. Toma las bolsas. —musitó dándome las compras que llevábamos. 

Salimos de la cafetería envueltos en un silencio incómodo que perduró hasta casi llegar a la casa. Me detuve poco antes y lo obligué a girar hacia mí.

—¿Qué me hace falta? —pregunté— ¿Qué me hace falta para hacer con tu corazón lo que provoca él con solo aparecer?

Jungkook abrió los ojos con asombro, sus labios cayeron. —Tú no eres él. No tienes que ser él. 

—Puedo ser lo que quieras, puedo ser lo que necesites, sería perfecto solo por tí —insistí—. Pídemelo, dime qué es lo que necesitas, te quiero ver feliz porque tú me haces muy feliz a mí.

Jungkook volvió a intentar hablar pero no pudo.

—¡Oye Jungkook! —el humano Changkyun se asomaba desde la ventana— ¡Ya tengo hambre!

Jungkook suspiró, parecía aliviado de haber sido interrumpido. —Ya voy. —su voz tensa se relajó apenas un poco y empezó a avanzar de nuevo hasta nuestro hogar.

Mientras lo veía alejarse poco a poco me sentí pequeño y abandonado. Inútil. Quería ser yo, quería ser la misma luz brillante que salvara a Jungkook, justo como cuando él asomó la cabeza detrás del contenedor de basura y me rescató. Pero yo no podía hacer algo como eso porque a final de cuentas no soy completamente humano. 

—Si no puedo yo, entonces haré que alguien más lo sea. —dije decidido.

Le buscaría la felicidad a mi humano sin importar nada. 










BLACK CAT. ➸taekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora