Capítulo 24

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—Esto no era parte del trato. —Jungkook se quejó, pero aún así siguió presionando más y más hasta que estuve enterrado bien profundo y luego apretó. 

—Dijiste que podía comer lo que quisiera y te quiero comer a ti. —repetí la frase que Namjoon aseguró que pondría rojito y apretadito a mi humano.

—Idiota. —fue lo único que obtuve.

Ese Namjoon y sus frases eran una estafa, la única razón por la que seguía yendo con él es porque me enseñaba cosas interesantes; me daba de comer y me daba dinero y yo solo debía quitarme la ropa y estar en poses raras. 

—Ya, muévete… —Jungkook se meneó ligeramente.

—De acuerdo.

Me impulsé hacia atrás hasta salir casi por completo y me dejé ir al frente con todo mi peso hasta llenar a Jungkook de nuevo.

Últimamente hacíamos muy seguido esto y cada vez era más fácil meterme dentro de Jungkook. Namjoon dijo que era porque él empezaba a acostumbrarse a mi tamaño pero sobre todo porque siempre estaba dilatado por hacerlo tan seguido. 

—Más, TaeTae...

Nunca estaba seguro a qué se refería con eso. ¿Quería más rápido? ¿Más duro? ¿Quería que mi polla creciera más? ¿Era eso posible? 

Otra cosa que debía preguntarle a Namjoon más tarde.

Sea como sea seguí moviéndome, esta vez el impulso era más rápido y mi vientre se estrellaba contra su trasero provocando un chasquido. La cama se agitaba, Jungkook se sujetaba de la cabecera, sus ojos estaban cerrados, sus piernas flexionadas y bien abiertas, su polla se alzaba rozando contra su propia piel y estaba muy roja y húmeda. 

Jungkook se veía muy bonito, sus mejillas ardiendo y los labios entreabiertos. Me incliné y lo besé como él me había enseñado días antes. Ahora se sentía mucho mejor, probarlo era una sensación diferente.

Lo tomé con más fuerza por las piernas y lo ajusté para seguir golpeando mucho más rápido hasta que Jungkook estuvo llorando y gimiendo, haciendo que incluso la cama se separara un poco de la pared. Mi humano sudaba y su vista clavada al techo no parecía enfocar nada, sentí aquella sensación cálida en el vientre y aumenté los movimientos. Ahora los sonidos de chasquidos húmedos eran incluso graciosos y la cabeza de Jungkook estaba casi topando contra la cabecera. Creí que en esta ocasión terminaría antes que él, pero de pronto mi humano apretó fuerte y su polla se crispó arrojando ese líquido blanquito; Jungkook se arqueó y dobló los dedos de sus pies mientras gemía y se retorcía ligeramente.

Seguí golpeando un poco más hasta que empecé a hincharme y ese mismo líquido explotó haciendo que Jungkook soltara más soniditos.

Me dejé caer encima de él con ligeros temblores y suspiré aliviado cuando mi cabeza cayó sobre su pecho.

—Cada vez mejoras más, TaeTae. —me felicitó, y finalmente soltó la cabecera para bajar los brazos y rodearme con ellos. 

—Me gusta mucho —dije en un suave ronroneo—. Se siente muy bien.

Mis párpados caían pesados. Podía escuchar el corazón de Jungkook bombeando aún acelerado y la temperatura de su cuerpo tan elevada. Cerré los ojos y dormí.

Al despertar, mi cuerpo humano había desaparecido, mi pelaje negro había regresado y lo primero que escuché de Jungkook fue un:

—¡Eres gato de nuevo!









BLACK CAT. ➸taekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora