Capítulo 34

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—¡¿En verdad eres un gatito?! —esa desconocida no dejaba de sonreír y saltar haciendo que sus orejas rebotaran— ¡Esto es emocionante!

—No, no lo es.

Los humanos a nuestro alrededor empezaban a vernos extraño. Jungkook podría volver si se armaba un escándalo y me dejaría sin tocarlo por mucho más tiempo, así que tomé a la chica conejo de la mano y tiré de ella para salir de ese lugar.

—¡Creí que era la única que podía ser humano! —ella seguía hablando y saltando.

Yo también había creído ser el único.

—¡¿No es increíble?!

—¿Cuánto llevas así? —pregunté.

Su mano era muy suave comparada a la de Jungkook, parecía que fuera a romperla si la presionaba demasiado, ¿todas las hembras humanas eran así?

—¡Apenas llevo tres días! —dijo ella— ¿Puedes creer que los humanos entran a esa cosa llamada baño a...?

—Sí, sí lo sé —la interrumpí, empezaba a fastidiarme—. Llevo mucho tiempo siendo humano. —presumí.

Ella esbozó un gesto de sorpresa enorme, sus ojos se iluminaron y su naricilla se movió de manera graciosa. —¡Enséñame, maestro! —exclamó emocionada y dió un brinco hasta colgarse de mí.

Era raro, podía sostenerla sin problema, de hecho era muy ligera y tenía un aroma dulce pero podía olfatear su aroma de conejo debajo de ese olor.

—Ya que insistes —sonreí altanero—. ¿Tu humano también tiene agujero?

—¿Agujero? —ella movió la nariz de nuevo, bajando de mi espalda para colocarse frente a mí y lo meditó— No estoy segura, ¡pero es muy bonita! Es la humana más bonita que he visto.

—Una humana. —repetí.

«Me pregunto si las mujeres también pueden hacer lo mismo que Jungkook y yo... Sigue hablando sin parar, ¿debería darle un puñetazo?»

—¡Incluso tengo esto! —dijo y se tocó esas cosas redondas que le sobresalían del pecho.

—¿Qué son? —me acerqué a verlas.

—No lo sé pero las hembras humanas las tienen, creo que es para alimentar a las crías.

—¿En serio?

«Vaya, eso era interesante».

Las analicé a fondo por un momento.

—¿Y te sale leche de ahí? —pregunté curioso.

—¡¿Eh?! Pero yo no he tenido crías nunca.

Moví la mano hasta alcanzar a tocar una de esas, en verdad era suave y me cabía en toda la mano. 

—¿Verdad que son raras? —dijo ella sin dejar de sonreír— ¡Cuando encuentre a mi humana se las voy a mostrar!

—¿Y dónde está ella? —pregunté sin dejar de presionar esa cosa suave, a la chica conejo no parecía molestarle.

—No tengo idea, pero seguí a su hermana hasta ese lugar en donde nos encontramos.

—Allí es donde trabaja mi humano. —expliqué.

Ella sonrió y asintió dando un pequeño salto.

—¿TaeTae?

Una voz conocida me hizo voltear la mirada. El veterinario se encontraba de pie con algunas bolsas de plástico en una de sus manos mientras que con la otra alzaba el celular en alto frente a su rostro.

—Enviando pruebas de tu infidelidad a Jungkook. —lo escuché suspirar. 

«¿De qué hablaba?»

Finalmente retiré la mano de la chica conejo y me acerqué a Yoongi para ver si tenía comida en esas bolsas.

—¿Tu nombre es TaeTae? —la chica conejo movía la nariz analizando al veterinario.

—Sí. —asentí con una mueca, aún no me agradaba ese nombre.

—¡El mío es NingNing! —gritó como si alguien le hubiese preguntado. 

—¡¿Es broma?! —Yoongi se acercó a ella con cara de espanto haciendo que la chica conejo se escondiera detrás de mí— ¡¿También eres...?!

El veterinario pasaba la mirada sobre ella con asombro, desde sus orejas hasta la nariz que temblaba nerviosa y el rabo esponjoso que salía de su ropa. 

—¿Cómo te transformaste? —preguntó ahora con seriedad.

—¡Extrañaba a mi humana, quería verla! —sonrió ella.

—¿Y dónde está?

—No lo sé, los humanos dicen que está en un lugar llamado hospital pero que no volverá.

«¿Hospital? Yo no conozco esa palabra».

Yoongi tragó saliva y retrocedió.

—¡Tengo que encontrarla pronto, ella es muy linda para andar por allí sola! —NingNing hizo puchero— Su hermana no me quiere decir dónde está y me quiere mantener encerrada en casa, pero mi humana es una niña buena así que debo protegerla. ¡Ayudáme a encontrarla, maestro!

«Demonios, ahora quiere que la ayude. Debía haberle dado el puñetazo cuando tuve la oportunidad».

El celular de Yoongi empezó a sonar.

—¿Diga? —respondió él sin quitar la vista de nosotros dos.

—¡¿Dónde está TaeTae y quién es esa chica?! —el grito de Jungkook se escuchó tan fuerte que el veterinario tuvo que alejarse el celular de la cara.

La chica conejo me tomó de la mano para llamar mi atención. —TaeTae, ¿me ayudarás a buscar a Giselle, verdad? —preguntó con aquellos enormes ojos brillando con ilusión.












BLACK CAT. ➸taekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora