Capítulo 18

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—No te muevas... —pidió Jungkook, cuya respiración se volvía inestable.

El hombre con rasgos felinos observaba en silencio mientras el chico se iba sacando la ropa de manera apresurada hasta quedar desnudo. TaeTae ladeó la cabeza con curiosidad pero no se movió de su lugar en la cama. Observó al humano buscar algo entre los cajones de una de sus mesitas; un tubo con líquido dentro. 

—Bien... —Jungkook murmuró con un ligero tono nervioso.

—¿Debo tocarme?

—¡No! —lo detuvo— Déjame a mí.

TaeTae no entendía lo que pasaba en realidad pero decidió obedecer.

Jungkook vertió una generosa cantidad de lubricante con olor a cereza en su mano, esparciéndolo por sus dedos, con sus ojos fijos en la erección del hombre frente a él. Estaría mintiendo si dijera que no estaba ligeramente asustado cuando se inclinó al frente sobre la cama hasta quedar en cuatro y buscó a tientas entre sus glúteos. Sus ojos encontraron la mirada atenta de TaeTae y no pudo evitar sentir la vergüenza en su máximo esplendor.

En verdad se estaba preparando frente y para su gato, había caído bajo, ¿dónde estaba su sentido común ahora? Seguro en algún lugar cerca de su entrepierna, pensó. 

—No veas... —pidió entre jadeos cuando finalmente uno de sus lubricados dedos traspasó el anillo de músculos tan contraídos. 

—¿Qué estás haciendo? —el curioso gatito quiso moverse para tener una mejor vista de lo que el humano hacía.

—¡No te muevas! —gritó Jungkook, gimiendo cuando un segundo dedo resbaló al interior acariciando su próstata y las imágenes se volvieron borrosas a su alrededor. 

Un tercer dedo se introdujo luego de pocos minutos y esta vez soltó un alarido de dolor. Estaba muy apretado. Debía prepararse adecuadamente o terminaría medio inválido el próximo par de días, TaeTae no era para nada pequeño; aunque eso ya lo había notado antes. 

Siguió enterrando tres de sus dedos con el culo alzado al aire, las mejillas sonrojadas, y el rostro de TaeTae frente a él. Era extraño, pero tener un espectador lo encendía más. Él siempre se había considerado una persona penosa, ahora esa pena no existía, quizás en el fondo Jungkook era un exhibisionista reprimido al que le gustaba que lo observaran dándose placer. Tal vez luego quisiera hacerlo en el balcón en donde cualquiera pudiera verlos; a ese paso no lo dudaba. 

El hombre felino permanecía demasiado atento a sus movimientos, su erección seguía en pie y tan tentadora como antes. 

—Ya no aguanto... —sollozó Jungkook con la boca echa agua.

Jadeando, terminó por sacarse los tres dígitos y se acomodó a horcajadas sobre el cuerpo desnudo que permanecía recostado, y con una mano dirigió la erección ajena a su punzante entrada. TaeTae siseó ante el toque, su mirada cambió tomándo un brillo lujurioso, y Jungkook saltó en anticipación.

Sería bueno. Sería muy bueno. 

Con un ligero sentón, la enorme cabeza penetró y Jungkook soltó un gemido. TaeTae apretó los puños y la mandibula, sus ojos veían la manera en que era engullido muy lentamente al interior de su humano. Cuando estuvo hasta la mitad, Jungkook tomó aliento y dio otro sentón hasta enterrarlo por completo. 

—Tan bueno... —suspiró aliviado, moviéndose en círculos lentamente con los ojos cerrados y la cabeza echada hacia atrás. 

Dejó que su entrada se acostumbrara y su propio pene escurriera, y se puso a jugar un poco con sus pezones. 

BLACK CAT. ➸taekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora