Capítulo 32

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—¡Ya voy!

Namjoon abrió la puerta al tiempo que bostezaba y aproveché para darle el puñetazo. Él se tambaleó pero logró mantenerse en pie y observarme con cara de espanto una vez que se recuperó de la impresión.

—¿TaeTae? —parpadeó, ahora ya no parecía tan adormilado— ¡¿Eso por qué fue?! —se quejó.

—¡Te vi intentando robarme a Jungkook! "¿Quieres decir que estás soltero?" —repetí su estúpida frase. 

Él abrió mucho los ojos antes de volver a su actitud relajada de siempre. —Ah, así que allí estabas.

—¡Claro que estaba! —quería volver a golpearlo— ¡Me tenías justo enfrente!

Namjoon no parecía comprender lo que decía. ¿Por qué los humanos son tan idiotas? 

—Como sea, déjame pasar —lo aparté del camino y entré a su departamento—. Estamos en crisis.

—¿Qué pasó?

—Jungkook no me deja tocarlo. —me sentía molesto de solo recordarlo.

Estaba convencido de que me estaba torturando. Ya habían pasado dos días desde que había regresado a ser un humano. Admito que al principio me sentía horrible pero una vez que me recuperé él siguió evitándome, sin embargo ahora usaba ropa muy ajustada y se paseaba por allí sin camisa.

Jungkook solo quería ver mi pollo arder y estaba disfrutándolo, podía verlo en su mirada burlona.

—Ya veo, te tiene en abstinencia —Namjoon parecía estar meditando las cosas—. ¿Has escuchado hablar de los vibradores? —sonrió.

—Sí.

—¿En serio? ¿Dónde? Y yo que te creía ingenuo, ¡já!

—Tú me los enseñaste. ¿Recuerdas que dijiste que eran como penes pero de plástico que hacían ese sonido de "brrrrrrrrr" y se movían?

Namjoon pareció recordar de pronto. —Vaya, soy muy buen maestro —sonrió nuevamente pero borró esa sonrisa de inmediato—. De acuerdo, te ayudaré con una condición.

—¿Cuál?

—Hablemos del veterinario y su aparente gusto por las cositas lindas y adorables que parecen bolitas de ternura.

«Este idiota acaba de llamarme bolita de ternura».

—¿Qué quieres saber de él?

—Dónde vive, dónde trabaja, cuántos años tiene, número de seguro social, si tiene novia, novio, amante o todo un ganado...

—Alto, alto… —lo detuve— ¿Me viste cara de mocosa acosadora de trece años o qué?

—¿Quieres tocar a Jungkook de nuevo o qué?

«Raioz».



•     •     •



—Jungkookie… —me recosté sobre él meneando la cola en alto.

Mi humano idiota tragó saliva sonoramente mientras yo me ponía en cuatro gateando sobre la cama para llegar un poco más cerca de su rostro. Llevaba el horrible collar de encaje con aquel molesto cascabel que Namjoon me había dado y la falda rosa que había dicho que funcionaría para despertar el generoso pedazo de carne caliente que le colgaba a Jungkook de las piernas.

—TaeTae… —murmuró, y creo haber sentido su pene saltando dentro de sus pantalones.

Meneé la cola aún más soltando un ronroneo bajo hasta que recosté la mejilla sobre su pecho y suspiré. —Me siento solo, amo. —hablé con la voz suave que Namjoon dijo que serviría y pasé uno de mis dedos por el cuello de Jungkook.

Los ojos de mi humano se ampliaron y casi sonreí saboreando la victoria.

—TaeTae…

Antes de darme cuenta Jungkook me sujetó con fuerza y nos hizo rodar hasta que quedé debajo de él.

«¿Qué demonios?»

—Tranquilo, bebé —dijo con voz profunda—, Daddy te ayudará.

«¿Qué está pasando aquí?»

Observé un destello de algo desconocido en su mirada y por un momento me provocó un poco de miedo.

Lo ví inclinarse sobre mí, atrapó mis labios, y solté un suspiro de alivio extendiendo los brazos para rodear su cuello y atraerlo más. Había extrañado esto. Sus manos recorrieron mis piernas y fue raro, no se sentía horrible pero tampoco era cómodo, aún así me dejé hacer ya que estaba obteniendo lo que quería. Debía agradecerle a Namjoon más tarde. Sentía su polla haciéndose grande, y entonces Jungkook hizo un movimiento rápido y se colocó entre mis piernas empezando a restregar su cosa contra mi...

—¡¿Qué haces?! —lo empujé ligeramente hacia atrás al sentir uno de sus dedos entre mis nalgas.

—Shhh, lo versátil te encantará. —dijo sin dejar de lamer mi oreja como si fuera la mamá gato limpiando a su cría. 

—No tengo idea de lo que sea esa palabra pero tienes cinco segundos para sacar tu dedo de allí o vas a perder las piernas. —reclamé con enojo.

—¿Eh? —Jungkook finalmente se separó— ¿A dónde se fue tu lado pasivo de hace rato? —parpadeó rápidamente. 

«¿Quién se ha creído este humano?»

Estaba a punto de soltarle el peor arañazo de su vida cuando su estúpido celular sonó, salvándolo y arruinando mi oportunidad de enterrarme en él. 

Jungkook respondió con torpeza y lo escuché hablando unos minutos para luego colgar.

—Debo ir al trabajo, TaeTae. —dijo con rapidez, aún podía ver el bulto en sus pantalones.

—¿Puedo ir también?

—No, tú te quedas —me observó y se mordió el labio inferior—. Tú... Yo... Nosotros —resopló molesto consigo mismo y frunció el ceño para hablar de nuevo—. ¿M-me quieres?

«Más que a mí mismo, estúpido».

—Un poco. —respondí en cambio. 

Obviamente no podía dejar mi lado genial atrás, los gatos no somos tan expresivos, ni que fuéramos perros. 

Jungkook asintió, pero no parecía feliz con esa respuesta. —Bien, supongo.











BLACK CAT. ➸taekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora