Capítulo 10

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Había algo extraño, y no solo porque Jungkook pareciera un demente con los ojos bien abiertos, el rostro desdibujado en un gesto de terror y por la manera en la que había corrido hasta la esquina más alejada. No. Es que yo mismo me sentía extraño.

—¡¿Quién eres tú?! —gritó mi estúpido humano.

Giré hacia atrás para ver a quién le gritaba, pero no había nadie. —¿Por qué los humanos son tan raros? —suspiré.

«Espera... ¡¿Acabo de hablar?!»

Algo andaba definitivamente mal, lo comprobé cuando bajé la mirada y observé unas enormes manos humanas en lugar de mis patitas peludas. Todo mi pelaje negro no estaba, en cambio tenía la horrible piel humana, esa que se reseca fácilmente. 

—¡¿Pero qué...?!

—¡No te acerques! —gritó Jungkook— ¡Por Dios, ponte ropa! —se cubrió el rostro sonrojado. 

«¿Por qué está tan rojo este humano?»

Seguí recorriendo mi extraño cuerpo. ¿Qué me había pasado? 

Mi cola ondeó libremente como siempre y eso me relajó un poco mientras la tomaba entre aquellas manos humanas que obedecían mis órdenes. Busqué mis orejas peludas y las encontré fácilmente. 

«Bien, bien...»

Al parecer el problema solo era el resto de mi cuerpo. 

Recorrí aquella piel humana con desagrado.

—¡Oh, encontré parte de mi pelaje! —exclamé pasando la punta de aquellos largos dedos por encima del pelo negro intenso que se encontraba bajo mi vientre— ¿Y esto? —tomé una cosa rara que caía entre mis piernas, no se parecía a lo que yo solía tener antes. 

—¡Ahhhhh! —Jungkook gritó— ¡Un pervertido, alguien ayudaaaaaa!

—¡Ya basta, mis orejas son sensibles a tus horribles gritos, estúpido humano! 

Jungkook se recargó aún más contra la pared, como si quisiera atravesarla. —N-No sé quién eres, pero...

—¿Quién más voy a ser? —resoplé molesto— Soy TaeTae, ¿qué no ves mi cola? Y por cierto, ahora que me entiendes aprovecharé para decirte que el nombre que me pusiste es horrible, pero ya que, lo bueno es que me deshice de ese collar que no era de salmón.

Él entrecerró los ojos con sospecha. —¿Cómo que te deshiciste del collar? 

Agaché las orejas. 

—¡Lo sabía! —Jungkook finalmente parecía haber dejado el susto atrás— ¿Dónde lo dejaste? —ahora parecía molesto.

—Lo enterré lejos —le dí la espalda ondeando la cola—. Era horroroso, me asfixiaba, y lo peor es que ¡era rojo! Odio ese color. —refunfuñé.

—¡Espera! Entonces, ¿en verdad eres TaeTae? —se animó a acercarse. 

Primero me tocó con cuidado como si esperara que yo explotara en mil pedazos en cualquier momento, luego tomó más confianza y empezó a picotearme, palmearme y hasta pellizcarme. 

—¡Ya basta, estúpido humano! —reclamé girando de regreso para encararlo.

Era extraño, ahora podía ver su rostro mucho más cerca. Fue así como lo ví recorrerme con intensidad hasta que su mirada descendió y entonces tragó saliva. 

—¿Qué tanto ves? —pregunté molesto.

—N-Nada… —alzó la mirada rápidamente— ¿Qué pasó? —preguntó en un murmullo— Me siento atrapado en la trama de un anime barato. —rió bajito. 

Alcé la mano para tocarlo también, él se estremeció, su rostro era mucho más suave de lo que había imaginado. Toqué sus mejillas, su nariz, su frente, y esos labios que solían hacer pucheros la mayor parte del tiempo. —Qué bueno que ya no lloras, humano. —sonreí, o al menos eso creo, no lo sé.

Jungkook contuvo la respiración nuevamente, hasta que la puerta se abrió y el humano Seokjin apareció con bolsas de supermercado. Detuvo sus movimientos al encontrarnos y su cara empezó a reflejar lo mismo que la de Jungkook minutos antes. 

—Y-Yo, lamento interrumpir... No sabía q-que tú... De verdad lo siento… —Seokjin hablaba tonterías sin dejar de observarme de arriba a abajo, deteniéndose en esa zona donde aún conservaba un poco de mi pelaje negro.

—¡Ah, al fin llegas! —exclamé— ¿Dónde está mi salmón? Estoy muriendo de hambre.

Caminé, o al menos eso intenté, antes de caer al suelo. Esas estúpidas patas humanas eran inútiles, casi tanto como Jungkook intentando cocinar kimchi.

—Acaso tiene... ¿cola? —dijo Seokjin entrecerrando los ojos para alcanzar a ver mejor. 

—Jin… —Jungkook me observaba retorcer en el suelo intentando volver a ponerme en pie sin lograrlo— No lo vas a creer.









BLACK CAT. ➸taekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora