Perfilé las costuras del chaleco de Daryl por la parte delantera mientras le miraba fijamente.
-Siempre voy con cuidado niña.-Me empujó leve.
-Ven de una pieza ¿si?
-Lo haré, Dalia.
Este rompió la distancia que había entre los dos y se abalanzó con rapidez sobre mis labios, pasé mis brazos alrededor de su cuello mientras que él lo hacía por mi cintura.
-Luego nos vemos Dixon.
-Ten cuidado tú también.
-Estamos encerrados entre unos muros, no me pasará nada.
El ballestero posó un beso sobre mi frente y salió de la casa, arrancó la motocicleta y fue hacia el portón donde Rick le estaba esperando.
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Llamé a la puerta de la enfermería y una voz me indicó que podía pasar, dentro se encontraban Tara, Enid y Denisse.
Les saludé a todas con un cariñoso abrazo.
-¿Y Daryl?.-Preguntó la morena de forma curiosa.
-Se ha ido con Rick, volverán tarde.
-¿Para que han ido?.-Enid se puso junto a mi.
-Buscar alimentos y provisiones, ya sabes, lo que hacemos todas las semanas.
-¿Me podéis ayudar a colocar unas cosas aquí?.-Preguntó Denisse.
-Claro.-Respondimos todas al unísono.
Llegamos al almacén y vimos cajas llenas de medicamentos junto a camillas, goteros...
-¿Qué hacemos con todo esto?
-Reposición de medicinas, además de cambiar algunas cosas de las salas.
-Manos a la obra.-Enid dio una palmada.
(...)
Luego de unas horas colocamos todo lo que Denisse nos había pedido, las medicinas, los sueros, las camillas nuevas y, además, limpiamos toda la enfermería.
-Ha quedado increíble.-Denisse sonrió emocionada.- Muchas gracias a todas.
-No hay de que, estamos para lo que sea.-Sonreí.
-Podéis iros ya, habéis hecho suficiente por hoy.
Las tres salimos por la puerta, agotadas, necesitábamos salir a la calle y tomar el aire, las cajas eran muy pesadas.
-¿Qué tal con Ruby, Tara?.-Pregunté dándole un empujón.
-¡Ey! ¡No empujes!.-Rió mientras sus mejillas se tornaban de un color rosa.- Estamos muy bien, estoy muy feliz con ella.
