𝐒𝐂𝐀𝐑𝐒 - 𝐝𝐚𝐫𝐲𝐥 𝐝𝐢𝐱𝐨𝐧

17. hunting

-Daryl aquí no hay una mierda.-Refunfuñé.

Llevábamos más de dos horas caminando por el bosque y no encontrábamos ni un solo animal, solo habíamos tenido unos encuentros con algunos caminantes.

-Eres demasiado impaciente.

-Si, claro.

Salté unas ramas que se pusieron en mi camino y continué andando al lado de Dixon.

-Enserio, aquí no hay nad...

Dixon tapó mi boca con ambas manos y me estampó contra un árbol.

-¿Qué coño haces?.-Susurré.

-Hay un ciervo allí.-Señaló.

Miré hacia donde este me señalaba y ahí se encontraba el animal, era precioso.

-No vas a cazar eso.

-No, yo no.-Se quitó la ballesta y me la entregó. -Vas a ser tú quien lo lleve a casa.

-Ni de coña Daryl.

Este me agarró entre sus brazos y me colocó la ballesta de forma que yo miraba por la mirilla de esta.

-Apunta y dispara.

Apunté y cuando iba a disparar, un ruido alertó al ciervo y se fue corriendo.

-Genial Dalia.

-Yo no he sido, habrá sido un puto caminante.-le tiré la ballesta y este la recogió de mala gana.

-Eres muy cabezota, pareces una puta niña pequeña.

Me paré en seco y me giré hacia él.-¿Enserio me estás diciendo esta mierda?

-Muy enserio.-Se acercó más hacia mi.

-Muy bien, vete a la mierda Dixon, me vuelvo a Alexandria.-Comencé a andar de camino a la carretera.

-Hemos venido en moto, ¿recuerdas?

-Si, y no me importa, andaré las horas que hagan falta para estar sin ti.

-¿Sabes?.-Me giré hacia él.-Eres muy inmadura, vete tú y tu mierda de actitud a la puta comunidad y déjame tranquilo.

Asentí mientras todo mi cuerpo temblaba y comencé a caminar hacia la carretera.

A mitad de camino me paré en seco pensando en la estupida discusión que había tenido con Daryl y comencé a llorar inconscientemente, me senté en el suelo, apoyé mi espalda en el tronco de un árbol mientras sollozaba tapando mi boca con la mano para que no se me escuchara.

Luego de unos minutos me levanté y corrí hacia donde estaba antes con Dixon, no quería estar sola.

Llegué al lugar y no había ni rastro de él.

-¡Daryl!.

Grite con el cuchillo en la mano por si acaso,
caminé unos pasos más y unos gruñidos me pusieron en alerta, me giré hacia la dirección de donde provenían los ruidos y habían más de treinta caminantes.

-Joder, ¡daryl!.-Grité desesperada mientras huía de la horda.

Otra vez no, otra horda yo sola.

Me di la vuelta y comencé a matar a todos los podridos que había, clavaba mi cuchillo en la cabeza de todos y en algunas disparaba.

Mi cara y mi ropa estaba llena de sangre por culpa de los zombies.

Huí, eran demasiados, no podía con tantos yo sola.