24. the love of my life

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Me encontraba tumbada en la cama mirando el techo de mi habitación, me había despertado hace relativamente poco, alrededor de unos diez minutos.

Teníamos que alejar una horda que los guardias habían avistado hace algunos días, cada vez se acercaba más a Alexandria.

Me dirigí hacia el armario y agarré una camiseta de tirantes ceñida a mi cuerpo, unos vaqueros largos, mis botas y una chaqueta vaquera corta, llegaba a la altura de debajo de mi pecho.

Abrí la llave del agua de la ducha y saqué la toalla junto a los productos para el pelo y el cuerpo.

(...)

Enrollé mi cuerpo en la toalla y cepillé mi cabello mojado, me vestí y agarré la ropa sucia para así echarla a lavar.

Arreglé la habitación y bajé las escaleras.

Me encaminé hacia la sala que estaba comunicada con la cocina, allí me encontré a Daryl haciendo el desayuno de espaldas a mi, una sonrisa tonta se posó en mi rostro.

Puse mis manos sobre sus brazos, los acaricié y acto seguido se giró para así quedar cara a cara, se apoyó en la encimera y sonrió.

-Buenos días Daryl.-Sonreí de vuelta.

Este agarró mis manos y me choqué contra su pecho, reímos al unísono e impulsé su cuello hacia delante para estampar sus labios contra los míos.

Apretó mi espalda contra su pelvis, se notaba la dureza en sus pantalones.

Me separé con una sonrisa mientras continuaba con mis manos en su cuello.

-Buenos días niña.

-¿Qué estabas cocinando?

-Estaba calentando café.

Me separé de él.-¿Me pones?

Dixon me miró con una ceja enarcada mientras una sonrisa pícara se posaba en su rostro.

-¡Daryl!.-Tapé mi rostro con ambas manos con vergüenza.

-Explícate mejor Smith.

-Café, quiero café.

Agarró una taza y virtió el líquido en esta, puso leche y trajo las tostadas además de la comida que había preparado.

Lo dejó en la isla de la cocina.

Acerqué mi plato al sitio en el que yo me encontraba junto a mi café.

-¿No te sientas?.

No respondió, sacó el bote de azúcar y una cucharilla.

Puso tres cucharadas de este, como yo siempre hacía.

-Te has acordado.-Sonreí.

-Sino no te lo ibas a tomar.-Respondió serio.

Me encogí de hombros y tomé de la taza que él me había servido.

-Está muy bueno.

-Es un simple café Dalia.

-Como digas.

-Como digas

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𝐒𝐂𝐀𝐑𝐒 - 𝐝𝐚𝐫𝐲𝐥 𝐝𝐢𝐱𝐨𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora