32. last day on earth

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Bajé las escaleras y vi como los Dixon reían mientras tomaban su café como todas las mañanas.

-Mira quien aparece, si es la bella durmiente.-Bromeó el mayor.

-Solo son las diez de la mañana Merle, no exageres.

Besé los labios del ballestero y abracé a su hermano.

Me apoyé en la encimera de la cocina.-¿Creéis que todo esto de los salvadores saldrá bien?.-Pregunté preocupada.

-Saldrá todo bien, Morenita.

-Ya es que...

El ojiazul agarró mi mano.-¿Pasa algo, Dal?

Suspiré con fuerza.-No os quiero perder, se lo peligrosos que son y las barbaridades que pueden llegar a hacer.

Merle se acercó hacia mi y rodeó mis hombros con su brazo.-Somos fuertes y juntos aún más. No nos perderás.

-¿Me lo prometes?

El ojiazul apretó más mi mano.-Te lo prometemos, niña.

Ambos dejaron los cafés en la mesa y me abrazaron, me sentía tan bien en estos momentos con ellos.

Si no les hubiera encontrado, no sabría que me había pasado.

(...)

-¿Cómo va tu embarazo?.-Pregunté abrazando a Maggie por detrás.

-Últimamente estoy preocupada por ello Dalia.-Le miré extrañada y agarré sus manos.

-Cuéntame lo que quieras Maggs.

-Me están dando muchos dolores en la parte baja de la tripa, tengo sangrado continuamente y me encuentro mareada.

Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo.

-¿Glenn lo sabe?

-No...

-Tienes que contárselo, necesitamos ir a Hilltop para que te vean los médicos.

-No es necesario, aquí está Isaac y...

Le apunté con mi dedo.- Maggie, Isaac es muy buen médico, si, pero necesitamos ir a ver a los mejores que tenemos y están allí.

-Si continuó teniendo dolores iremos.

-Esta bien, ven aquí.

La abracé con fuerza mientras intentaba aguantar mis lágrimas, sabía que no estaba bien lo que hacía mi amiga pero era imposible de convencerla.

-No hagas muchos esfuerzos Maggs, porfavor.

-Descansaré ahora un rato Dal.

-Bien, luego nos vemos.-Besé su mejilla y salí de su casa.

(...)

Recosté mi cabeza en el brazo de Daryl, él posó su mano en mi muslo.

Nos encontrábamos en el lago, hacia un clima templado y no íbamos a quedarnos en casa. No podíamos salir fuera del muro por el tema de los Salvadores así que no quedaba otra.

Noté la presencia de Sab, sonreí y palmeé el sitio delante nuestro.

- Siéntate, Sab. - Murmuré suavemente.

- ¿Sabéis qué? Liam ha decorado todas mis flechas con patitos. Dijo que el negro es aburrido.

Daryl soltó una risita.- Ese mocoso te quiere mucho.

Se formó un cómodo silencio entre nosotros, en el que yo me dedicaba a mirar las estrellas.

La niña soltó un sonoro suspiro y los dos volteamos a verla.- ¿Os puedo preguntar una cosa?

𝐒𝐂𝐀𝐑𝐒 - 𝐝𝐚𝐫𝐲𝐥 𝐝𝐢𝐱𝐨𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora