21. you look better when you smile

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- Ya he vuelto. - Mencioné acomodándome al lado de Sabrina.

Sab y yo nos encontrábamos en el tejado de mi casa, se había hecho habitual desde que llegamos a Alexandria.

Allí charlábamos de nuestras cosas mientras veíamos el atardecer, era el mejor momento del día.

- En la fiesta me besé con Carl.- Soltó la pequeña rápidamente.

Le miré sorprendida y comencé a gritar mientras me sacudía. - ¡Lo sabía!.- Exclamé. - Lo supe dese que bajasteis agarrados de la manos.

Pasé un mechón de su cabello por mi oreja y apoyé la barbilla sobre mis rodillas.
- Y dime, ¿Has hablado con él?

- No.- Murmuró.

Sab se tiró hacia atrás, quedando boca arriba. - No hemos vuelto hablar desde ese día, nos evitamos mutuamente.

Acaricié su pierna. - Pues deberíais hacerlo, porque sé que en el fondo ambos queréis hablarlo, solo tenéis miedo de la reacción del otro, os queréis Sab, ambos lo sabéis.

-Es que es raro, tan solo nos conocemos de hace unos meses, Dal. — Bufó cansada.

-Es más que suficiente para ver cómo os miráis, como os protegéis y cómo cuidáis del otro.

- Agh, odio esto. - Murmuró con frustración.

La miré con gracia.- Apenas tienes dieciséis años, aún eres una niña, no te agobies por eso.

- Cambiando de tema, ¿Qué pasó entre el sucio y tú?

- ¡Sabrina! - reproché. — Tiene nombre por una cosa, no para que tú le llames sucio.

- Bueno, vale. Ahora cuenta que ocurrió.

Mis mejillas se tornaban en un color carmesí y me rascaba la nuca nerviosa.

- Oh, mierda.-Rió.- ¡Te lo has tirado!

Le tapé la boca. -¿Siempre tienes que acabar exponiendo mis intimidades o qué?

Se separó de mi.- Perdón, lo hago sin querer.

- Bueno, me llevó a la cocina, me acorraló, y el resto te lo puedes imaginar.

Espinosa gritó emocionada.

- Te lo montaste en una cocina, menuda cerda. -Se burló.

Comencé a reír por el comentario de Sabrina y poco después, se unió a mi.


(...)


Bajamos hacia la cocina y comenzamos a hacer galletas.

- La masa está lista. - Avisó Sab acercando el bowl a la isla de la cocina.

Asentí.-Genial, ayúdame a poner la mezcla en la bandeja. - Nos pusimos manos a la obra. Cuando todas estuvieron listas, les agregamos chocolate y las metimos en el horno.

Vi como los Dixon entraban por la puerta y Daryl se acercaba a mi, agarró mi cintura y dejó un casto beso en mis labios.

Merle y Sabrina comenzaron a reírse.

El ballestero les miró mal. - ¿De qué os reís, idiotas?

- No comáis frente a los pobres. - Mencionó Sab apoyándose sobre el mayor de los Dixon.

Enarqué una ceja. - ¿Tú, pobre? Te recuerdo que hace tres días te besaste con un vaquero.

- ¿Cómo? - Preguntó Daryl.

Merle rió y le dio palmaditas en la espalda. - Estoy orgulloso de ti.

Daryl se acercó a Sabrina con el ceño fruncido. - ¿El niño, en serio? - Esta se encogió de hombros.

𝐒𝐂𝐀𝐑𝐒 - 𝐝𝐚𝐫𝐲𝐥 𝐝𝐢𝐱𝐨𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora